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Frases que tengan las palabras: sin y fin

Si necesitas ejemplos de frases donde aparezcan los términos sin y fin aquí tienes una lista de oraciones.

Frases con: sin y fin

¿Necesitas buscar frases que contengan las palabras sin y fin aquí tienes ejemplos de oraciones con estas 2 palabras.

Estas son todas las frases que tienen TODAS las palabras que has indicado.

  • Ni extrañará nadie que un chico guapo, poseedor del arte de agradar y del arte de vestir, hijo único de padres ricos, inteligente, instruido, de frase seductora en la conversación, pronto en las respuestas, agudo y ocurrente en los juicios, un chico, en fin, al cual se le podría poner el rótulo social de brillante, considerara ocioso y hasta ridículo el meterse a averiguar si hubo o no un idioma único primitivo, si el Egipto fue una colonia bracmánica, si la China es absolutamente independiente de tal o cual civilización asiática, con otras cosas que años atrás le quitaban el sueño, pero que ya le tenían sin cuidado, mayormente si pensaba que lo que él no averiguase otro lo averiguaría.
  • Luego había un sin fin de martillos, garfios, peroles mu grandes, mu grandes.
  • Llegó por fin el día señalado para la boda, que fue el 3 de Mayo de 1835, y se casaron en Santa Cruz, sin aparato, instalándose en la casa del esposo, que era una de las mejores del barrio, en la plazuela de la Leña.
  • El tren se lanzaba por aquel campo triste, como inmenso lebrel, olfateando la vía y ladrando a la noche tarda, que iba cayendo lentamente sobre el llano sin fin.
  • Por último, no pudo mi hombre resistir el afán de explicarse, y preparando el terreno con un sin fin de zalamerías, le dijo.
  • Sin rótulo hay un Samaniego prestamista y medio curial, otro cobrador del Banco, otro que tiene tienda de sedas en la calle de Botoneras y, por fin, varios que son horteras en diferentes tiendas.
  • Aventurábase ella a contarle cuanto le pasaba, y muchas cosas que a la luz del día no osara decir, decíalas en la intimidad y soledad conyugales, porque allí venían como de molde, porque allí se decían sin esfuerzo cual si se dijeran por sí solas, porque, en fin, los comentarios sobre la sucesión tenían como una base en la renovación de las probabilidades de ella.
  • A su hijo le llevaba regalitos sin fin, corbatas que no usaba, botonaduras que no se ponía nunca.
  • Era mujer que cuando se proponía algo iba a su fin derecha como una bala, con perseverancia grandiosa sin torcerse nunca ni desmayar un momento, inflexible y serena.
  • El suelo intransitable ponía obstáculos sin fin, pilas de cántaros y vasijas, ante los pies del gentío presuroso, y la vibración de los adoquines al paso de los carros parecía hacer bailar a personas y cacharros.
  • Había ido allí con determinado fin, y por nada del mundo se retiraría sin intentar al menos realizarlo.
  • Primeramente tuvo un cajón de casquería en la plaza, y después puso tienda de quincalla iba a todas las ferias con un sin fin de arcas llenas de baratijas, y armaba tiendas.
  • Exclamó al fin bebiéndose sus lágrimas, sino que hoy, sin saber por qué ni por qué no, me veo tal y como soy.
  • Llegó por fin y subió los dos, tres, cuatro escalones, y le causaba tanta extrañeza verse en aquel sitio mirando de cerca la mesa aquella cubierta con finísimo y albo lienzo, que un rato estuvo sin poder dar el último paso.
  • ¡Y a todas estas la otra sin parecer! Por fin, a eso de las nueve y media, cuando el médico se fue, sintió doña Lupe un rebullicio, luego cuchicheos en el pasillo.
  • FIN DE LA PARTE SEGUNDA Parte tercera I Costumbres turcas i Juan Pablo Rubín no podía vivir sin pasarse la mitad de las horas del día o casi todas ellas en el café.
  • Te la has figurado como un monstruo de seducciones, como una de esas que, sin tener pizca de educación ni ningún atractivo moral, poseen un sin fin de artimañas para enloquecer a los hombres y esclavizarles volviéndoles estúpidos.
  • ¡Dar una canonjía a un clérigo joven, que entra en su casa a la una de la noche y pasa el tiempo charlando en el café con los curas de caballería que andan por ahí sueltos y sin licencias! Pero en fin, allá te la dé Dios, y si pescas el turrón, hijo, buen provecho, y escribe en llegando, y no parezcas más por aquí, egoistón, tragaldabas.
  • Severiana tenía su cama en la alcoba interior, y la sala primera estaba destinada a recibir visitas, como lo declaraban el relativo lujo de la cómoda, las sillas de Vitoria nuevecitas, el sofá de lo mismo, la mesa con cubierta de hule, el cuadrito de los dos corazones amantes, el de la Numancia en mar de musgo, los retratos de militares cuñados de Severiana, la estera de esparto flamante y sin ningún agujero, de empleitas rojas y amarillas, y en fin, las laminotas que recientemente habían sido adquiridas en el Rastro por una bicoca.
  • Comunicó estos temores a su amiga, quien la tranquilizó sonriendo, y por fin le dijo que siendo su intención limpia, no importaba que se le saliese de la boca sin querer algún término sucio.
  • Ya sabemos que tiene usted un sin fin de perfecciones.
  • Ayer se me ocurría una aplicación del hierro dializado a sin fin de medicamentos.
  • Valiéndose del sin fin de llaves que tenía, abrió todos los cajones y revolvió en ellos cuidadosamente, esmerándose en dejar las cosas, después de bien examinadas, en la misma disposición que antes tenían.
  • Y sin decir más, se fue a la cocina, pensando que toda severidad era poco contra aquella mujer, y que convenía aterrorizarla, a ver si se sometía al fin de una manera absoluta.
  • Un sin fin de ideas se le metió en la cabeza, y estuvo aturdida largo rato, sin saber con cuál de ellas quedarse.
  • Fortunata daba suspiros, sin que el anciano se enterase de esta expresiva manifestación de disgusto, y al fin, ella, comprendiendo que era inútil esperar de aquella ruina apuntalada un consuelo y un consejo, decidió retirarse.
  • El bueno de Platón, encontrando al fin el descanso de su vida vagabunda, se había sentado en una piedra del camino, a la sombra de frondoso árbol cargado de fruto (valga la figura) sin que nadie le disputase el hartarse de ella.
  • Luego, yo he dicho la verdad, y la que falta ahora a ella, sin duda con muy buen fin, es mi señora tía.
  • Fortunata, al fin, sospechando que la contrariedad podía irritarle, permitiole ver al nene, sin acercarse mucho, y protegiéndole con sus manos.
  • En fin, un buen golpe de gente joven y alegre, que bailaría, cantaría y sabría divertirse sin faltar a la decencia, hasta llegar la hora de la misa del Gallo.
  • Y al fin, un año después de abandonar la tienda, murió sin que los médicos supieran con certeza su enfermedad.
  • Pero al fin era su primo, y trataba con tanto cariño al huérfano Juanito, con tales cosas sabía alegrar al pequeñín, que éste no podía pasar sin el tío Rafael.
  • Transcurrió el tiempo sin encontrar ocasión para ir a casa de su tío, y al fin nada le dijo.
  • Mientras los novios, sentados en los pendientes ribazos, con los cañares a la espalda, hablaban del porvenir, acariciándose castamente, y en pleno idilio daban fin al puñado de altramuces, Micaela permanecía inmóvil, con la mirada mate fija en el sol, que, como una bola candente, resbalaba por la inmensa seda del cielo sin quemarla, y al acercarse en su descenso majestuoso al límite del horizonte, se sumergía en un lago de sangre.
  • No sabían adonde ir, y al fin, insensiblemente, sin ponerse de acuerdo, encamináronse allá.
  • Permaneció mucho tiempo mirando fijamente aquellos colosos de argamasa, hasta que por fin se dio cuenta de que algunos chicuelos del barrio formaban círculo en torno de él, contemplándolo con curiosidad, tomándole, sin duda, por uno de esos viajeros que para el vulgo han de ser forzosamente ingleses.
  • Otros aseguraban que era un desgraciado, un iluso, que, enloquecido por anteriores triunfos, se había empeñado en sostenerse a la baja, perdiendo su capital y el de sus admiradores, para huir al fin, pobre y avergonzado, sin que su deshonra le valiera nada.
  • Aquellos señores, sin acordarse del motivo que les obligaba a andar por las calles en procesión, hablaban de los negocios, de la fuga de Morte, con gran estallido de fin de mes, y de la desesperada situación de los discípulos del famoso banquero.
  • Comieron una comida eterna, sin principio ni fin.
  • Schopenhauer, más austero, más probo en su pensamiento, aparta esa rama, y la vida aparece como una cosa obscura y ciega, potente y jugosa sin justicia, sin bondad, sin fin.
  • Debe ser grande el asombro de esos hombres discretos, previsores y sensatos, al ver a muchos que, sin preocuparse gran cosa por las revueltas del camino, van llevados en alas de la suerte por iguales derroteros que ellos, y que tienen, ¡los insensatos!, además de la satisfacción de conseguir un fin, cuando lo consiguen, el placer de mirar a un lado y a otro de su ruta y de ver cómo sale el sol y se pone el sol, y cómo brotan las estrellas en el cielo de las noches serenas.
  • Ilustración La preocupación por conseguir un fin nos intranquiliza a todos los hombres, aun a los más desaprensivos, aun a los más indolentes, y yo, por mi parte, hubiera deseado vivir todavía más en cada hora, en cada minuto, sin la nostalgia del pasado ni la ansiedad por el porvenir.
  • Seríamos piratas, y después de aventuras sin fin, de desvalijar navíos y bergantines, y burlarnos de los cruceros ingleses.
  • El verano cruzan la carretera un sin fin de automóviles y casi todos se paran un momento en la casa de Ohando, convertido en Gran Hotel de Urbia.
  • Catalina seguía hablándole de tú y doña Águeda manifestaba por él afecto y simpatía, expresados en un sin fin de advertencias y de consejos.
  • Al salir Arizmendi con su mujer y sus hijas de misa, Cacochipi y su discípulo cayeron sobre ellos y les dieron un sin fin de apretones y de golpes.
  • Madre é hija le preguntaron un sin fin de cosas, y Martín tuvo que contar sus aventuras.
  • Está una diez o doce meses sin verle, y al fin, si no se le comen los señores salvajes, vuelve hecho una miseria, tan enfermo y amarillo que no sabe una qué hacer para volverle a su color natural.
  • No tardé, sin embargo, en explicarme su ausencia, pues Don Alonso, una vez arreglado su breve equipaje, se mostró muy impaciente, hasta que al fin apareció el marinero diciendo.
  • Todo, en fin, me suspendió de tal modo, que por un buen rato estuve absorto en la contemplación de tan hermosa máquina, sin acordarme de nada más.
  • Los cumplimientos del Magistral fueron escaseando, sin saberse por qué, cuando se jubiló don Víctor, y por fin cesaron las visitas.
  • Pero poco a poco, sin querer, había visto él también en ella a la antigua modista, y la trató al fin como un buen amo, suave y contento.
  • Después se hizo diputado provincial para venir a jugar al tresillo también, y por fin se hizo vecino de Vetusta para no separarse nunca de aquellos espadas a quien admiraba, de camino que les hacía ricos sin sospecharlo.
  • Los antiguos cuadros de la escuela de Cenceño sin duda, pero al fin venerables como recuerdos de familia, los había mandado al segundo piso, y en su lugar puso alegres acuarelas, mucho torero y mucha manola y algún fraile pícaro.
  • ¡Eran los celucos ! ¡Así miraban los celos! Era una belleza infernal, sin duda, la de aquellos ojos, ¡pero qué fuerte, qué humana! Dejaron ama y criada por fin el boulevard y entraron en la calle del Comercio.
  • Sin la perseverancia de aquella mujer, sin su voluntad de acero que iba derecha a un fin rompiendo por todo ¿qué hubiera sido él?
  • Murió con gloria el artillero, pero su viuda se encontró abrumada de trampas, de deudas y para sarcasmo de la suerte, dueña de créditos sin fin que no se cobrarían jamás.
  • Al fin, sin dar pretexto alguno, estaba fuera toda la tarde.
  • Las amistades falsas, gastadas hasta hacerse insoportables durante el común aburrimiento de un invierno sin fin, ahora se renovaban.
  • En fin, señora, me veo sin mí, sin Dios y sin vos, sin vos porque no os poseo.
  • A nuestro hablar sin fin de Dios, del cielo, del alma enamorada de las ideas de arriba.
  • Ella y don Álvaro no tomaban parte activa en la broma al principio, pero al fin le tocó a la Regenta algún pellizco, ninguno de Mesía, a este varios de Obdulia y Visita, y, sin pensarlo, Ana en la general contienda más de una vez sintió su espalda oprimida por la de Álvaro, y aunque huía el contacto delicioso, de un sabor especial, en cuanto lo notaba, el contacto volvía, y Ana iba sintiendo emociones extrañas, nuevas del todo, una inquietud alarmante, sofocaciones repentinas y una especie de sed de todo el cuerpo que hasta le quitaba la conciencia de cuanto no fuese aquel rincón obscuro, estrecho, donde cantaban, reían, saltaban.
  • Petra dijo, sin cesar de gemir, que necesitaba que la oyese en confesión, que no sabía si era una buena obra o un pecado lo que iba a hacer, que ella quería servirle a él, servir a su amo, servir a Dios, que al fin religión era también el interés del prójimo, pero.
  • Su temperamento le engañaba, fingiendo una juventud sin fin.
  • El rapaz se sentó sin soltar a la nena, diciéndole mil chuscadas y zalamerías a fin de acallarla, abusando del diminutivo que tan cariñosa gracia adquiere en labios del aldeano.
  • No olvida cuando el arzobispo le llama a su cámara, a fin de inquirir qué hay de verdad en todo lo ocurrido, y él, después de arrodillarse, lo cuenta sin poner ni quitar una sílaba, encontrando en la sincera confesión inexplicable alivio, y besando, con el corazón desahogado ya, la amatista que brilla sobre el anular del prelado.