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Ejemplos de oraciones con la palabra país

Lista de frases en las cuales se puede ver cómo se usa la palabra país en el contexto de una oración.

Término país: Frases

Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "país" aquí tienes una selección de 100 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.

En cada una de las frases aparece resaltada la palabra país para que la puedas detectar fácilmente.

Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.

  • ¡Pobre país!
  • Es un país rico.
  • En este país, Sr.
  • Tenemos al país así.
  • ¡Pero qué país, hijo!
  • De buena escapó el país.
  • España es un país católico.
  • Por el país vasco, mi oficial.
  • Eso al menos iba ganando el país.
  • ¡Pobre país! dijo el extranjero.
  • Así está el país que es un dolor.
  • Allen se vistió a la moda del país.
  • ¿Y no hay más borricos en el país?
  • Mi país es el monte contestó Zalacaín.
  • La mayoría parecían campesinos del país.
  • La riqueza que hay en ese país es un asombro.
  • Es la más grande del país añadió con orgullo.
  • ¿Qué país elegirá para pasear sus inquietudes?
  • Conocía aquel país como si hubiese nacido en él.
  • Me representaba, pues, a mi país como muy valiente.
  • Aunque era de Vetusta, no tenía el acento del país.
  • Pero el representante del país no aportaba por allá.
  • Verás cómo prospera el país y se acaban las guerras.
  • El país y el ambiente eran propicios a esta vida nueva.
  • Dicen que el país no está preparado para la República.
  • Vuestra Majestad va a gobernar el país de la ingratitud.
  • No había para mí porvenir de ninguna clase en el país.
  • Ya estaba deseando dejar este país, miserable y atrasado.
  • Nos habríamos ido a otro país, a un país lejano, muy lejano.
  • En Cataluña y en el país vasco navarro iba haciendo progresos.
  • Capistun estaba tranquilo, pensaba retirarse a vivir a su país.
  • Verificábase en él lo que Don Baldomero había dicho del país.
  • ¡Qué país de lobos! dijo para sí, tétricamente impresionado.
  • ¡Ni esto es país, ni esto es capital, ni aquí hay civilización!
  • ¿Es que habían desaparecido por los naturales progresos del país?
  • El otro había hecho una afirmación rotunda de su país y de su raza.
  • Luego, Bautista cantó la bella canción del país de Soul, que dice así.
  • ¡Qué país! dijo Haussonville la gente no hace más que ir a la iglesia.
  • Pensaba que Europa es un pueblo y que Inglaterra es un país de acreedores.
  • Una mujer ligera de otro país, al pensar en su juventud seguramente, dirá.
  • La vida es hermosa, y gobernar un pedazo de país es el mayor de los deleites.
  • Tenía el aspecto severo de esos antiguos caserones de piedra del país vasco.
  • Del robo se habló largo tiempo en el país, y corrieron rumores muy extraños.
  • Cuanto más lejos estaba el país cuyos intereses se discutían, más le convenía.
  • Él era la primera persona del país, la más importante, la de origen más ilustre.
  • En medio de la sacristía ocupaba largo espacio una mesa de mármol negro, del país.
  • Como particular puedo procurar la salvación del país por los medios más adecuados.
  • Si milito en un partido es por servir a mi país, pero la política me es antipática.
  • Sabia más que la generalidad de las mujeres, y, sobre todo, que las mujeres del país.
  • Figúrese usted una mina de oro en un país donde nadie sabe explotar las minas de oro.
  • Él solía en tales ocasiones buscar un aldeano que usara la antigua montera del país.
  • La entraña de un país no puede renovarse de un día para otro con un simple real decreto.
  • Los Samaniegos, oriundos, como los Morenos, del país de Mena también son ciento y la madre.
  • Sin embargo, son los caracteres que constituyen la tradición de su país dijo el extranjero.
  • No sin aprensión cruzó de nuevo el triste país de lobos que antecedía al valle de los Pazos.
  • Me representé a mi país como una inmensa tierra poblada de gentes, todos fraternalmente unidos.
  • Mi país me es bastante antipático, y desde que me meto en el express de Irún ya estoy renegando.
  • El ser el muerto un aventurero extranjero, y él una persona del país, le favorecía también mucho.
  • En nuestro país no suele ser ningún desdoro el que una muchacha entre a servir en una casa del pueblo.
  • Era este un anciano de rostro simpático, de voz dulce, hablaba con el acento del país muy pronunciado.
  • Era una camada de estiércol vegetal, tendida, según costumbre del país, ante la casucha de un labrador.
  • Prefería, acompañándose de un acordeón que no le abandonaba, cantar canciones sentimentales de su país.
  • Lo único que sabemos es que nuestro país padece alternativas o fiebres intermitentes de revolución y de paz.
  • Mal iba todo, y la culpa la tenía el gobierno, un puñado de ladrones que no se preocupaban de la suerte del país.
  • Como era natural, el irlandés, encontrándose en su país, lo conocía mejor y tenía más simpatías que nosotros.
  • Por ser nuevo en el país y haber rehusado siempre quedarse a comer en las fiestas, era blanco de todas las miradas.
  • El país que se nos presentaba ante la vista era una tierra desolada, con colinas bajas y pantanos cerca de la costa.
  • Seamos prácticos, señores, seamos prácticos, y no confundamos las pandillas de politicastros con el verdadero país.
  • Se viste como las aldeanas del país, canta con ellas en la quintana, se mete en la danza y toca la trompa con maestría.
  • En el país de las máquinas de coser el hacer unos cuantos uniformes era un conflicto enorme, según se decía en Madrid.
  • En esto aventaja nuestro país a otros, donde están pendientes de sentencia los graves pleitos históricos de la igualdad.
  • Tú puedes abarcar en tu contemplación la casa, el pueblo, el país, la sociedad, el mundo, todo lo vivo y todo lo muerto.
  • Frígilis estudiaba la fauna y la flora del país de camino que cazaba, y además meditaba como filósofo de la naturaleza.
  • Gobernaban a la sazón el país los dos formidables caciques, abogado el uno y secretario el otro del ayuntamiento de Cebre.
  • Y le conviene sacar diputado al señorito, para disponer de más influencia en el país y poder hacer todo cuanto le acomode.
  • A Melchor de Relimpio y a Leopoldo Montes, personas todas muy dadas a la política, y que hablaban del país como de cosa propia.
  • El general pidió víveres a Francia, y gracias a la ayuda del país vecino, pudo dar de comer a su gente y preparar alojamiento.
  • Cada país tiene el Gobierno que merece, y aquí no puede gobernar más que un hombre que esté siempre con una estaca en la mano.
  • Con Barbacana es preciso concluir, pues corresponde con las juntas carlistas de la provincia para llevar el país a fuego y sangre.
  • Y como no hay secreto bien guardado entre tres, y menos entre tres docenas, el país y el gobierno supieron pronto la gran noticia.
  • Cuando estoy fuera de España siguió diciendo Ibarra quiero convencerme de que nuestro país no está muerto para la civilización.
  • Y entonces era el imaginar aventuras románticas, de amores en París, que era el país de sus ensueños, en cuanto hombre de mundo.
  • Continuó el viejo Malespina, ya sabe usted que el Gobierno inglés me mandó llamar para perfeccionar la Artillería de aquel país.
  • Si esta gente no comprende decía en el café inflado de autoridad, que sin presupuesto no hay política posible, ni hay país, ni nada.
  • En el reinado de Don Baldomero I, o sea desde los orígenes hasta 1848, la casa trabajó más en géneros del país que en los extranjeros.
  • Vestía siempre de negro, con pañuelo del mismo color en la cabeza, atado con las puntas hacia arriba, como es uso entre las viudas del país.
  • Esa tendencia natural a la mentira, a la ilusión del país pobre que se aisla, contribuía al estancamiento, a la fosilificación de las ideas.
  • Como el niño era linfático, algo propenso a catarros, consideraron conveniente llevarlo a un país templado, a orillas del Mediterráneo a ser posible.
  • Especie de señor feudal acatado en el país, que enseñaba prácticamente al heredero de los Ulloas el desprecio de la humanidad y el abuso de la fuerza.
  • Mi madre quiere ayudarme a la reconquista de mi calidad luzarense, haciendo ella misma una porción de guisos complicados y de postres clásicos del país.
  • ¡Quién se lo hubiera dicho! después de haber hecho su fortuna en América, ahora en el país natal, sin moverse de casa, podían ganar fácilmente el cielo.
  • Ayer, al morir el día, junto a la Puerta Vieja tocaba, con la lengüeta de hierro vibrando entre sus labios, los aires del país monótonos y de dulce tristeza.
  • El candidato era una excelente persona de Orense, instruido, consecuentísimo tradicionalista, pero sin arraigo en el país y con fama de poca malicia política.
  • ¡Qué país! Allá los hombres van con unos sombreros blancos y felpudos, casacas de color con los cuellos hasta el cogote, botas altas como las de la caballería.
  • En la cumbre de este revoltijo veíanse tres niños abrazados, que contemplaban los campos con ojos muy abiertos, como exploradores que visitan un país por vez primera.
  • El estudiante culto, aunque quisiera ver las cosas dentro de la realidad e intentara adquirir una idea clara de su país y del papel que representaba en el mundo, no podía.
  • Pero no se atrevía a interrumpir la sobremesa, y menos ahora que se entregaban al deleite de encender algún pitillo y murmurar de las personas más señaladas en el país.
  • Si usted es extranjero y no quiere vivir aquí, váyase usted a su país pronto, y sin hablar, porque si no, se expone usted a que le echen por la ventanilla, y voy a ser yo.
  • Hubo que dejar el país y por recomendaciones del párroco de Matalerejo, Paula fue a servir de ama de llaves al cura de La Virgen del Camino, a una legua de León, en un páramo.
  • El otro día leí en un libro añadió Andrés burlonamente que un viajero cuenta que en un remoto país los naturales le aseguraron que ellos no eran hombres, sino loros de cola roja.