Palabras

Ejemplos de oraciones con la palabra remordimientos

Lista de frases en las cuales se puede ver cómo se usa la palabra remordimientos en el contexto de una oración.

Término remordimientos: Frases

Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "remordimientos" aquí tienes una selección de 39 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.

En cada una de las frases aparece resaltada la palabra remordimientos para que la puedas detectar fácilmente.

Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.

  • Sintió un egoísmo horrible lleno de remordimientos.
  • ¡Cuánta infamia! ¿Y no siente usted remordimientos?
  • El infeliz Guimarán sintió terribles remordimientos.
  • Es verdad le dijo, y esto aumentaba mis remordimientos.
  • La primera vez que pensó esto tuvo remordimientos para una semana.
  • Y en cambio los remordimientos la volverán a ti, a quien siempre quiso.
  • Temía los remordimientos si faltaba a lo que creía deber a aquel hombre.
  • Y ahora, créete que me entran remordimientos de engañar a ese pobre chico.
  • Desde que empezó a faltar, no había sentido remordimientos como los de aquella noche.
  • Ana explicó todo esto a Benítez como pudo, eludiendo el referirse a sus remordimientos.
  • Ramiro vagaba por la casa como atontado, presa de extraños remordimientos y de furias súbitas.
  • Y sentía como remordimientos de haber dado a su marido una familia que era un problema económico.
  • Don Víctor, al llegar a la puerta del parque, volvió a mirar hacia el balcón, lleno de remordimientos.
  • No daba nombre a su pasión, pero reconocía todos sus derechos y estaba muy lejos de sentir remordimientos.
  • Así vivía Ana, menos aburrida si no contenta, sin grandes remordimientos, aunque no satisfecha de sí misma.
  • Pensaba lo menos posible en sus remordimientos, en su soledad, en el porvenir triste, monótono en su negrura.
  • Acordábase mucho, mucho, con extraños remordimientos casi incestuosos, del robusto tronco de su cuñada Rita.
  • Y el capellán experimentó otra vez compasivos remordimientos, causados por la vista de la ya repudiada criatura.
  • Julián aceptó la comisión, y entonces el señorito mostró remordimientos o escrúpulos de habérsela encomendado.
  • Se van a poner perdidos exclamó Quintanar, acordándose de su mujer, lleno de remordimientos por no haberlo dicho antes.
  • Sintiendo quizá remordimientos en su corazón endurecido, llamó a su presencia a un misionero de Parrachagua, para confesarse con él.
  • Y don Pompeyo sentía remordimientos cuando se sorprendía deseando que jamás cundiese la doctrina racional, salvadora, que por tal la tenía.
  • Y como hombre que ha caído tan hondo, tan hondo que ya no puede sentir remordimientos, apartó su vista del incendio para fijarla en aquella luz macilenta.
  • Doña Ana sintió terribles remordimientos por haber engañado y olvidado a aquel santo varón, que era perseguido por sus virtudes y ni siquiera se quejaba.
  • Don Víctor sintió que el ánimo aflojaba, no por amor a la vida propia, que no creía en gran peligro ante don Álvaro, sino por miedo a los remordimientos.
  • De Pas ya no era el mismo que sentía remordimientos románticos aquella noche de luna al ver a don Santos arrastrar su degradación y su miseria por el arroyo.
  • Resuelto a que su amistad con aquel ángel hermoso no acabase de mala manera, en una aventura de grosero materialismo llena de remordimientos y dejos repugnantes.
  • Alrededor del lecho estaban los dos médicos, Frígilis que tenía lágrimas heladas en los ojos, Ronzal, estupefacto, y el coronel Fulgosio lleno de remordimientos.
  • Sentía entonces remordimientos, se apiadaba de Mesía, le agradecía en el alma su silencio y atención, y le invitaba muchas veces a tomar un vaso de cerveza alemana en su casa.
  • No quería volver a las andadas, temía que viniesen la compasión y los remordimientos y las aprensiones a molestarla y al fin hacerla caer enferma, si por completo rompía con el Provisor.
  • Cuando se le preguntaba si, como hombre religioso, no sentía remordimientos por este robo, decía que no, porque lo había hecho con reservas mentales y sentido un gran propósito de enmienda.
  • Don Víctor, a quien los remordimientos, durante la recaída de su mujer, habían hecho jurar que hasta verla salva, sana, jamás se apartaría de ella, faltó al juramento en cuanto la creyó fuera de peligro.
  • En vano pensaba esto, porque agudos remordimientos le pinchaban cada vez que Ana, solícita, dulce y sonriente le pedía con las manos en cruz que se cuidara, que no entregase todas sus horas al trabajo y a la penitencia.
  • ¡Memento homo! decía el infeliz, y se arrojaba del lecho con tedio, procurando una reacción en el espíritu mediante agudos y terribles remordimientos y propósitos de buen obrar, que facilitaba con chorros de agua en la nuca y lavándose con grandes esponjas.
  • ¡decía tan bien aquel violín las cosas raras que estaba sintiendo él! De repente se acordó de sus treinta y cinco años, de la vida estéril que había tenido, fecunda sólo en sobresaltos y remordimientos, cada vez menos punzantes, pero más soporíferos para el espíritu.
  • Si en la conversación, o en aquellas polémicas que con su familia tenía a las horas de comer, se le escapaba una palabra más alta que otra, luego sentía remordimientos de haberla pronunciado, y si no la recogía, pidiendo perdón de ella, era porque la timidez le ponía un freno.
  • Cuando esta historia de su tibieza y de sus cobardes y perezosas transacciones con el mundo pasaba por la memoria de Ana, con formas plásticas, teatrales gracias a la salud que volvía a rodar con la sangre, sentía la débil convaleciente remordimientos que ella se complacía en creer intensos, punzantes.
  • ¡Cuántas veces sonreía el Magistral con cierta lástima al leer en un autor impío las aventuras ideales de un presbítero! ¡Qué de escrúpulos! ¡qué de sinuosidades! ¡cuántos rodeos para pecar! y después ¡qué de remordimientos! Estos liberales añadía para sí ni siquiera saben tener mala intención.
  • En nombre de Dios, prometo la bienaventuranza al que muera cumpliendo con sus deberes! Si alguno faltase a ellos, le haré fusilar inmediatamente, y si escapase a mis miradas o a las de los valientes oficiales que tengo el honor de mandar, sus remordimientos le seguirán mientras arrastre el resto de sus días miserable y desgraciado.