Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "ayer" aquí tienes una selección de 100 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.
En cada una de las frases aparece resaltada la palabra ayer para que la puedas detectar fácilmente.
Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.
- Pero ayer.
- Ayer te vi.
- Ayer la vi.
- Lo de ayer.
- Ayer estuvo.
- Y ayer me dijo.
- La he visto ayer.
- Ayer fui a verlas.
- Ayer me mandó esto.
- ¿No te obedecí ayer.
- Ayer hice un artículo.
- Hombre, si eso es de ayer.
- Ayer me trajeron a la niña.
- ¿Qué le dije a usted ayer?
- Ayer me hizo daño el baile.
- ¿No le hizo mal lo de ayer?
- Parece que me conoces de ayer.
- Debieron haberme avisado ayer.
- Ayer vi a las niñas con el Sr.
- Y he llegado ayer al anochecer.
- Se falló en la Audiencia ayer.
- Ayer ese hombre estaba borracho.
- Hoy sé algo que no sabía ayer.
- Lo he sabido ayer por casualidad.
- Pues desde ayer noto no sé qué.
- Muy triste está usted desde ayer.
- Ayer ha estado usted en el teatro.
- A ella la ha visto ayer Joaquín Pez.
- Ayer me apostaba que no me la darían.
- ¡Ay!, una cosa que me ha pasado ayer.
- Sí, ayer di orden de que principiaran.
- ¿No me prometió que estarían por ayer?
- Sí, señor, le ha dado usted cuerda ayer.
- Ayer estuvo doña Guillermina en la tienda.
- Pero ayer, la exaltación tomó otro rumbo.
- Ayer, cuando me pasó lo que me pasó, dije.
- ¿Saben ustedes lo que me llevé ayer a casa?
- Nada, van a felicitarme por la broma de ayer.
- Ayer amagó el ataque, te pusiste nerviosilla.
- Ayer era mística, estaba enamorada del cielo.
- Ayer estuvo la Jacinta en casa de Don Plácido.
- Ayer tarde no fuiste a ver al señor de Ronzal.
- Más liberal hoy que ayer, mañana más que hoy.
- No creo que esa señora haya ido ayer al teatro.
- Ayer estuve muy malita dijo ella con voz apagada.
- Lo de ayer fué para hacerte un poquito de miedo.
- Ayer mandé que para las siete estuviera la cena.
- ¿Qué has hecho en todo en todo el día de ayer?
- Ayer, cuando me abrió la puerta, no me dijo nada.
- ¿En qué has gastado los mil reales que ayer te di?
- Ayer, sin saber lo que hacía compré un nacimiento.
- Ayer el señorito Álvaro, que es el que manda allí.
- Ayer entró aquí a ver la casa, y yo pasé a la suya.
- Honrada, sí, hoy más que ayer y mañana más que hoy.
- ¿No nos contaba ayer que dejó tres novias en Londres?
- ¿Ve usted qué chillidos di ayer por la dichosa araña?
- Se piensa en un mañana tan doloroso como hoy y como ayer.
- Es que ayer estuvo en casa doña Jacinta, la esposa del Sr.
- ¡Con que yo viudo! Lo mismo que mi tía, que me dijo ayer.
- Y lo peor es que lo que hizo ayer me parece muy bien hecho.
- Por eso le he dicho ayer a nuestro pariente Ramón Trujillo.
- Es que ayer tarde trinqué la Biblia y leí el pasaje aquel de.
- Ayer, en casa de la Lage, se han puesto en la mesa dos principios.
- Pues ayer tarde, cuando se retiró, ¡iba con una cara de mal humor.
- Y otra vez principia otro día igual al de ayer e idéntico al de mañana.
- ¿De modo que usted cree que ayer era devota, exageradamente devota porque.
- Me lo han dado ayer en una casa, y lo reservo para los amigos que me ayudan.
- Sé que ayer tarde estuvo aquí otra vez y le dieron chocolate con mojicón.
- Ayer, al volver del pasto, el rapaz que la cuida le encontró dos puñaladas.
- ¿Es que supones que el hombre de hoy es menos egoísta y cruel que el de ayer?
- Creo que con la justiciada de ayer, esa picarona ha redimido parte de sus culpas.
- Ayer el teatro era espectáculo tan inocente, para usted, como el resto del año.
- ¿Cómo estás hoy tan serio y ayer te reías tanto y me enseñabas tu lengüecita?
- Le confieso que me quedé pasmada cuando mi amiguita me dijo ayer quién era usted.
- Ayer se me ocurría una aplicación del hierro dializado a sin fin de medicamentos.
- Al volver de San Ginés, me encontré con Manolo Moreno, que llegó ayer de Londres.
- Ayer le di a Guillermina cuatro piezas de paño del Reino para que les haga chaquetas.
- ¡la desesperación! ¡qué palabra! Ayer tarde, no puede usted figurarse cómo estaba yo.
- Ayer noté yo bien marcadas en el felpudo de la entrada las suelas de unas botas de persona fina.
- Si parece que fue ayer decía Moreno, tocándose la frente, en el sitio donde estaba la cicatriz.
- Ayer hablaba de un labrador que descuida sus tierras por alquilar sus mulas por tres reales diarios.
- Ni don Víctor era hoy más liberal que ayer, ni trataba de usted a Ripamilán, ni le tenía por calavera.
- Ayer creo que hubo un escándalo en la catedral, que el Palomo tuvo que echarlos poco menos que a escobazos.
- Ayer no pasó usted le dijo ella con amabilidad, porque yo no sabía quién era, y no quiero recibir visitas.
- Ayer estuvieron aquí y me dijeron si les quería pespuntar y dobladillar unas tiras para tableado de vestidos.
- Anoche soñaba con la ropa nueva dijo Severiana, y ayer, cuando se la puso, no hacía más que mirarse al espejo.
- Ayer hablaban pestes de usted y su familia, y bien sabe Dios que en muchas ocasiones les he censurado esa maldad.
- Y resulta que son las de Mínguez, es decir, las eternas Mínguez, las de ayer, las de antes de ayer, las de siempre.
- Ayer, cuando entré en casa, lo primero que hizo, mientras me saludaba, fue un registro de todos los bolsillos de mi ropa.
- Digo que ayer me retiré yo de la huerta cerca del obscurecer, que dejé allá dentro unas semillas envueltas en un papel.
- Ayer venía en La Caridad de Madrid, una correspondencia de Vetusta, y, mucho me engaño, o en ella andaba la mano de Glocester.
- Y por fin ayer se volvieron las tornas, porque Mauricia se enfureció, y acometiendo a doña Malvina le llenó la cara de arañazos.
- Ya se ve, la agitación de ayer, la mala noche, porque a las tres de la mañana desperté creyendo que era la hora, y no volví a dormir.
- Pero el de ayer con tan mala fortuna, que no le sacaron más que medio litro, y dicen que tiene en aquel cuerpo la friolera de catorce litros.
- Ayer y anteayer entró el niño en una tienda de la Concepción Jerónima, donde venden filigranas y corales de los que usan las amas de cría.
- Aquella elocuencia de ayer era falsa, no me salía del alma, yo no soy el vir bonus, yo soy lo que dice el mundo, lo que dicen mis detractores.
- El modelo llegó ayer en gran velocidad, y también vino un fichú del cual estamos haciendo imitaciones de clase inferior, con puntilla ordinaria.
- (Ayer noche, a las once, en las rocas de la Zurriola.) No sé a punto fijo en qué categoría colocaba Yurrumendi a su gigante de los ojos encarnados.
- Pues ayer refirió la joven con los ojos bajos, alzándolos al final de cada frase, como si pusiera con ellos las comas, más que con el acento, pues ayer.
- Lo que importa es dirigirse a Mí con el corazón limpio y la intención recta, como os ha dicho ayer vuestro capellán, que no habrá inventado la pólvora.