Palabras

Ejemplos de oraciones con la palabra barro

Lista de frases en las cuales se puede ver cómo se usa la palabra barro en el contexto de una oración.

Término barro: Frases

Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "barro" aquí tienes una selección de 57 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.

En cada una de las frases aparece resaltada la palabra barro para que la puedas detectar fácilmente.

Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.

  • El barro le manchaba la cara.
  • Algunas tienen arcaduces de barro.
  • No es que me importe el materialismo del barro.
  • El camino estaba intransitable y lleno de barro.
  • Todos los viajeros cayeron revueltos en el barro.
  • Abajo, alpargatas rotas, siempre manchadas de barro.
  • Estás metida en el barro y no saldrás nunca de él.
  • Ver si habían caído pedacitos de barro en alguna parte.
  • Su cabeza se hundió en el barro, tragando el líquido terroso y rojizo.
  • Con emplastos de cal y sinapismos de barro parecía un inválido de la arquitectura.
  • El corral delataba, á través de sus bardas de barro y estacas, la vida contenida en él.
  • En esta el barro es más recocho, de color más oscuro, y tiene por aquí una mancha negra.
  • Sí y Martín le llevó por el cuello, arrastrándole por el barro, hasta donde estaba Catalina.
  • Chorreando barro y agua, salió de la acequia, subió la pendiente por el mismo sitio que su adversario.
  • Aquel Pimentó tenía el pellejo duro, y arrojando sangre y barro iba tal vez á rastras hasta su barraca.
  • El tal hombre era un aldeano alto, flaco, vestido con un uniforme destrozado y una pipa de barro en la boca.
  • Y cayendo y levantándonos, con barro hasta la coronilla, llegamos a tocar tierra firme en una punta arenosa.
  • Y con las manos llenas de barro volvió á salir de la barraca, quedando plantado ante su bancal de mustio trigo.
  • A la segunda andanada, el palo mayor quedó hecho trizas, como el tubo de una pipa de barro, y mató a otro marinero.
  • En vísperas de fiesta y tiempo de oblata le obsequian con leche de cabra, queso de oveja, manteca en orzas de barro.
  • Comparó las dos huchas, observando con satisfacción que eran exactamente iguales en volumen y en el color del barro.
  • Si vierais lo ridículos que estáis con ese caparazón de barro, negro como el de un cangrejo, no os pondríais a reñir.
  • El sargento y su tropa quedaron asombrados, al ver a un militar carlista, a dos monjas y a sus acompañantes llenos de barro.
  • En suma, pocos encantos físicos, al menos para los que se pagan de la cantidad y morbidez en esta nuestra envoltura de barro.
  • Se desplomó un trozo del muro hecho de barro y estacas, y por la negra brecha salió como una centella un monstruo espantable.
  • Tras la inocencia infantil asomó la precocidad de la vida aventurera, las lecciones infames aprendidas sobre el barro de las calles.
  • De pronto, tras de un golpe furioso de viento, salió el sol, iluminando con una luz cadavérica el mar lleno de espuma y de color de barro.
  • El Padre Goberna, que sabía dar color local a sus oraciones, no decía en Vetusta que no somos más que un poco de polvo, sino un poco de barro.
  • Pues, finalmente, a los tres días me le vi en un faetón, como si tal cosa, y pasó por junto a mí y las ruedas me salpicaron el barro de la calle.
  • ¡Bebe, bebe, pobrecita! Y hundían sus pies en el barro, yendo encorvados de un lado á otro del campo, para ver si el agua llegaba á todas partes.
  • Nos lavamos lo mejor que pudimos, frotándonos con manojos de hierbas para quitarnos la capa de grasa y barro que nos cubría, y nos pusimos la ropa.
  • Es horroroso, es horroroso, pensaba el Magistral, pasar plaza de santo a sus ojos, y ser un pobre cuerpo de barro que vive como el barro ha de vivir.
  • Locos de alegría al verle y al oir sus palabras, no se fijaban en su cara manchada de barro, en sus pies descalzos, en la ropa sucia y chorreando fango.
  • Tenía un ídolo y era feliz entre sobresaltos nerviosos, punzadas de la carne enferma, miserias del barro humano de que, por su desgracia, estaba hecha.
  • Sobre la alfombra yacían dos o tres libros, pedazos de papel, barro del Vivero, hojas de flores, y una rota de Begonia, como un pedazo de brocado viejo.
  • Por un ochavo se procuraba tiras de mistos de cartón, groseras aleluyas impresas en papel amarillo, gallos de barro con un pito en parte no muy decorosa.
  • Las paredes, arañadas por las aguas, mostraban sus adobes de barro crudo, sin más que unas ligerísimas manchas blancas que delataban el antiguo enjalbegado.
  • Los cascos esparcidos semejaban pedazos de un cráneo, y el polvillo rojo del barro cocido que ensuciaba la colcha blanca pareciole al criminal manchas de sangre.
  • Maximiliano discurrió que para realizar su deseo, necesitaba comprar otra hucha de barro exactamente igual a aquella y llenarla de cuartos para que sonara y pesara.
  • Y allá iba dos veces al año, para manchar el piso con sus alpargatas cubiertas de barro y repetir que las cadenas son para los hombres, haciendo molinetes con la navaja.
  • El agua nace en un montecillo propincuo, corre por subterráneos atanores de barro, surte de un limpio caño, cae transparente con un placentero murmurio en la ancha pila.
  • Su barraca, deshabitada, sin una mano misericordiosa que echase un remiendo á la techumbre ni un puñado de barro á las grietas de las paredes, se iba hundiendo lentamente.
  • Era éste un conjunto de cabañas miserables, hechas con palos, piedras y barro, cubiertas unas con hierbas y otras con un tejido especial formado por pelo de camello o de cabra.
  • Tellagorri, tío abuelo de Martín, hermano de la madre de su padre, era un hombre flaco, de nariz enorme y ganchuda, pelo gris, ojos grises, y la pipa de barro siempre en la boca.
  • Inclinábase el chico a economizar, y tenía una hucha de barro en la cual iba metiendo las monedas de plata y algún centén de oro que le daban sus hermanos cuando venían a Madrid.
  • V A LA DERIVA Por fin, después de aquella larguísima noche, comenzó a aclararse la bruma y se presentó la mañana, una mañana triste, de un color sucio, como envuelta en lluvia y en barro.
  • Sólo se descubría su cabellera, el monte de rizos castaños como la propia castaña madura, envedijados, revueltos con briznas de paja y motas de barro seco, y el cuello y nuca, dorados por el sol.
  • La vajilla era mezclada, y entre el estaño y barro vidriado descollaba algún talavera legítimo, capaz de volver loco a un coleccionista, de los muchos que ahora se consagran a la arcana ciencia de los pucheros.
  • El corral, cercado antes con podridos cañizos, tenía ahora paredes de estacas y barro, pintadas de blanco, sobre cuyos bordes correteaban las rubias gallinas y se inflamaba el gallo, irguiendo su cabeza purpúrea.
  • Y mientras tanto, la cabeza, hundida en el barro, soltaba toda su sangre por la profunda brecha y las aguas se teñían de rojo, siguiendo su manso curso con un murmullo plácido que alegraba el solemne silencio de la tarde.
  • Los ojos de Batiste, habituados á la lobreguez de la bóveda vegetal, vieron con toda claridad á un hombre que, apoyándose en la escopeta, salía tambaleándose de la acequia, moviendo con dificultad sus piernas cargadas de barro.
  • Y mientras atravesaban el Mercado con pasos tímidos, resbalando en el barro pegajoso que cubría las losas, el joven oía a Tónica con la falsa atención del cómico en la escena, que finge escuchar mientras piensa en lo que va a decir.
  • Es que cuando un conjunto de circunstancias favorables pone en las manos del hombre gran cantidad de bienes, privándole de uno solo, la fatalidad de nuestra naturaleza o el principio de descontento que existe en nuestro barro constitutivo le impulsan a desear precisamente lo poquito que no se le ha otorgado.
  • Las dos familias, sufriendo los codazos de la muchedumbre, salieron de la plaza por entre los jinetes de la Guardia Civil que mantenían el turno en el desfile de los coches, fueron en busca de los suyos, teniendo las mamas y las niñas que recoger sus faldas de seda, y manchándose las medias con el barro de la carretera recién regada.
  • Y subieron a la acera de la Lonja, pasando por entre los grupos de gente menuda que, con un dedo en la boca o hurgándose las narices, contemplaba respetuosamente los pastorcillos de Belén y los Reyes Magos hechos de barro y colorines, estrellas de latón con rabo, pesebres con el Niño Jesús, todo lo necesario, en fin, para arreglar un Nacimiento.
  • ¡Cuántos años tenía que remontar en la historia de sus amores para encontrar paseos de aquella índole! Sin embargo de la risa, sin temor al barro que debía de haber en la calle de Tras la cerca, que no estaba empedrada, se metió por un arco de la Plaza Nueva, entró en un callejón, después en otro y llegó al cabo a la calle a que daba la puerta del Parque.
  • ¡Cristo! ¡Ara t pille! 27 27 ¡Cristo! ¡Ahora te pillo! Se lanzó por entre las cañas, bajó casi rodando la pendiente de una de las orillas de la acequia, y se vio metido en el agua hasta la cintura, los pies en el barro y los brazos altos, muy altos, para impedir que se le mojase la escopeta, guardando avaramente los dos tiros hasta el momento de dispararlos con toda seguridad.