Palabras

Ejemplos de oraciones con la palabra perdiendo

Lista de frases en las cuales se puede ver cómo se usa la palabra perdiendo en el contexto de una oración.

Término perdiendo: Frases

Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "perdiendo" aquí tienes una selección de 25 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.

En cada una de las frases aparece resaltada la palabra perdiendo para que la puedas detectar fácilmente.

Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.

  • Los marineros iban perdiendo tono.
  • Bien lo pagué perdiendo la razón.
  • ¡Qué abuelito se están perdiendo!
  • Y calló don Víctor, perdiendo parte de su alegría.
  • El doctor había jugado fuerte, perdiendo miles de duros.
  • él faltaba a su juramento envejeciendo, perdiendo fuerzas.
  • En manos del filósofo no había hecho más que ir perdiendo.
  • ¡No tiene tal! gritó el Provisor, perdiendo un estribo por lo menos.
  • Va uno dando tumbos y tumbos, perdiendo las velas, hasta que queda uno desarbolado.
  • Señor se atrevió a decir Contracayes, algo amostazado y perdiendo mucha parte del miedo.
  • Pero esta idea, que se interponía entre su dicha y Juanín, iba perdiendo gradualmente su valor.
  • Ahora, amigo dijo ella, perdiendo gradualmente el uso de la palabra, coja usted a mi hijo y lléveselo.
  • Julián iba perdiendo el miedo a la nena, que al principio creía fácil de deshacer entre los dedos como merengue.
  • Por eso doña Casta la mandaba tocar cuando había personas extrañas, para que fuese perdiendo el miedo al público.
  • Algo se derrumbaba dentro de ella, y perdiendo toda entereza, rompió a llorar como un niño a quien le descubren una travesura gorda.
  • Julián iba perdiendo el miedo y un gozo muy puro le inundaba el espíritu cuando saludó al crucero con verdadera efusión religiosa.
  • Los recuerdos directos del mayorcito, de Ramirín, se iban perdiendo y fundiendo en los recuerdos de lo que de ellos oía contar a su tía.
  • Por aquel tiempo se mudó doña Lupe a Chamberí, buscando siempre casas baratas, y Maximiliano fue perdiendo poco a poco la ilusión de los alumnos de Estado Mayor.
  • Cansado de casamatas, cortinas, paralelas y castillos, procurose un empleo en la corte y fue perdiendo sus aficiones militares, quedándose sólo con las científicas.
  • Eso no, madre gritó el Magistral perdiendo el aplomo, con las mejillas cárdenas y las puntas de acero, que tenía en las pupilas, erizadas como dispuestas a la defensa.
  • Si se juntan todos tus acreedores y exigen que les pagues las deudas, más los intereses disparatados que les has reconocido, te verás en medio de la calle, perdiendo hasta la camisa que llevas puesta.
  • Había comprendido que el salón amarillo había ido perdiendo poco a poco la severidad propia de un estrado, y se había decidido a convertir en sala de recibir la del segundo, que estaba sobre el salón Regencia.
  • Iba perdiendo la serenidad de su carácter, y se lamentaba de que a un hombre tan grave y bien equilibrado como él le trastornase tanto un mero capricho, una tenacidad del ánimo, desazón de la curiosidad no satisfecha.
  • Doña Lupe, que escuchaba este coloquio desde el pasillo, aplicando su oído a la puerta entornada, fue perdiendo el miedo al oír la voz serena de su sobrino, y abrió un poquito, dejando ver su cara inteligente y atisbadora.
  • Otros aseguraban que era un desgraciado, un iluso, que, enloquecido por anteriores triunfos, se había empeñado en sostenerse a la baja, perdiendo su capital y el de sus admiradores, para huir al fin, pobre y avergonzado, sin que su deshonra le valiera nada.