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Ejemplos de oraciones con la palabra tez

Lista de frases en las cuales se puede ver cómo se usa la palabra tez en el contexto de una oración.

Término tez: Frases

Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "tez" aquí tienes una selección de 21 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.

En cada una de las frases aparece resaltada la palabra tez para que la puedas detectar fácilmente.

Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.

  • Su tez es blanca y fina.
  • La tez morena, áspera y aceitosa.
  • Era una mujer pequeña, de ojos vivos y tez tostada.
  • En efecto, su tez blanca tenía los reflejos del estuco.
  • La patrona era una mujer morena, de tez blanca, de cara casi perfecta.
  • Pero más alto, de nariz aguileña, pelo entrecano, tez cetrina y aspecto marcial.
  • Pero era más pequeña de estatura, de ojos más negros y de tez algo más morena.
  • Y a la luz del día se notaba más la frescura de su tez, muy blanca y como infiltrada de sangre.
  • La tez era una preciosidad por su pureza mate y su transparencia y tono de marfil recién labrado.
  • Su tez finísima y sus ojos que despedían alegría y sentimiento componían un rostro sumamente agradable.
  • Le frotaban para secarle y sus brazos torneados, su fina tez y hermosísimo cuerpo producían a cada instante exclamaciones de admiración.
  • Tenía la tez iluminada y rojiza, como la piel de un cochinillo asado y unos lunares en el mentón que le hacían parecer una mujer barbuda.
  • Jaime Massó, así se llamaba, tenía la cabeza pequeña, el pelo negro, muy fino, la tez de un color blanco amarillento, y la mandíbula prognata.
  • Se asomó al portal próximo y una vieja, con la tez curtida y negra por el sol, le dió la llave, un pedazo de hierro que parecía un arma de combate prehistórica.
  • Los que la trataban no podían imaginársela en estado distinto del que se llama interesante, porque el barrigón parecía en ella cosa normal, como el color de la tez o la forma de la nariz.
  • Y el viejo se conmovía, coloreábase su tez, gesticulaba con entusiasmo, y sus ojos brillaban como si viese en movimiento aquel centenar de telares y una turba activa y laboriosa en torno de ellos.
  • Allí estaba toda la aristocracia del Mercado, la sangre azul de la reventa, las mozas guapas y las matronas de tez tostada y espléndidas carnes, con su aderezo de perlas y pañuelo de seda de vivos colores.
  • En Matalerejo, y en todo su valle, reina la codicia, y los niños rubios de tez amarillenta que pululan a orillas del río negro que serpea por las faldas de los altos montes de castaños y helechos, parecen hijos de sueños de avaricia.
  • Su padre, sin duda, revivía en él, y por esto no podía aspirar el vaho de una cocina sin estremecimientos voluptuosos, ni ver a una muchachota de tez morena, brazo musculoso y robustas posaderas sin sentir que la sangre afluía rápida a su corazón, como si se viera ante el ideal realizado.
  • Por fin una mujer agitanada y con faldas de percal rameado, el talle muy bajo, un pañuelo caído por los hombros, el pelo lacio y la tez crasa y de color de terra cotta, se pareció por allí de repente, y quiso dar una lección a las vecinas delante de las señoras, diciendo que ella tenía agua de sobra para despercudir y chovelar a aquel ángel.
  • Figúrense ustedes, señores míos, un hombre viejo, más bien alto que bajo, con una pierna de palo, el brazo izquierdo cortado a cercén más abajo del codo, un ojo menos, la cara garabateada por multitud de chirlos en todas direcciones y con desorden trazados por armas enemigas de diferentes clases, con la tez morena y curtida como la de todos los marinos viejos, con una voz ronca, hueca y perezosa que no se parecía a la de ningún habitante racional de tierra firme, y podrán formarse idea de este personaje, cuyo recuerdo me hace deplorar la sequedad de mi paleta, pues a fe que merece ser pintado por un diestro retratista.