Palabras

Ejemplos de oraciones con la palabra adornos

Lista de frases en las cuales se puede ver cómo se usa la palabra adornos en el contexto de una oración.

Término adornos: Frases

Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "adornos" aquí tienes una selección de 22 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.

En cada una de las frases aparece resaltada la palabra adornos para que la puedas detectar fácilmente.

Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.

  • Y a pesar de esto, no había un palmo de pared libre de muebles o adornos.
  • Eran unas señoras de las que viven con verdadero lujo, sin apelar a costureras ni a adornos caseros.
  • Y al poco rato, la blanca carne de la merluza, revuelta con los sabrosos adornos, estaba en todos los platos.
  • A los lados de la popa del pontón, en las aristas, había chaflanes con vidrieras llenas de adornos barrocos.
  • Con mucho gusto entró en aquel templo risueño, alegre, con sus adornos flamígeros de piedra blanca esponjosa.
  • Y doña Manuela, enfurecida por lo difícil de la situación, crispaba sus manos arañando los adornos de su bata.
  • El color negro, el tejado muy saliente, una fila de balcones muy espaciados, con los hierros llenos de florones y adornos.
  • Niños y mujeres del pueblo pasaban también, cargados de coronas fúnebres baratas, de cirios flacos y otros adornos de sepultura.
  • Pasamos por delante del coronamiento de popa, que tenía tres pisos fuera del agua, con galerías y ventanas recargadas de adornos barrocos.
  • Así que la luz amarillenta de los cirios se reflejó en los adornos y cristal de los cuadros, el alma de Julián sintió consuelo inefable.
  • Más ternura dolorosa inspiraba su cabecita pálida, con el verdor de la muerte, caída en la almohada de su madre, sin más adornos que sus cabellos rubios.
  • Y la fachada principal, renovada, recargada de adornos churriguerescos, sobre todo en la puerta y el balcón de encima, le daba un aspecto grotesco de viejo verde.
  • De repente, hizo presa en aquellos adornos, y en un segundo los devoró, escupiéndolos después como negras pavesas, que revoloteaban sobre las cabezas de la muchedumbre.
  • Gozar viendo cómo la pobre costurerilla se convertía, bajo la dirección de su vanidosa suegra, en señora elegante, con gran casa, carruaje y los demás adornos de la riqueza.
  • Aquella vasta extensión de terreno debía haber sido en otro tiempo cultivada con primor y engalanada con los adornos de la jardinería simétrica y geométrica cuya moda nos vino de Francia.
  • Muchos sostenían que la preponderancia de la casa sobre las otras tabernas de la huerta se debía á estos asombrosos adornos, y Copa maldecía las moscas que empañaban tanta hermosura con el negro punteado de sus desahogos.
  • ¡Malhaya el dignísimo Obispo, salvo el respeto debido, malhaya el dignísimo Obispo don García Madrejón que consintió este confuso acervo de adornos y follajes, quinta esencia de lo barroco, de la profusión manirrota y de la falsedad.
  • Los árboles floridos padecieron los furores de la intemperie, como engalanadas damiselas que en día de campo, vestidas con percales alegres, adornos vistosos y delicados de seda y tul, se ven sorprendidas por un chubasco, al aire libre, sin albergue, sin paraguas siquiera.
  • Los hábitos negros, la discreta media luz que filtraba al través de los cortinajes de los balcones, esfumando los adornos de la antesala en una dulce penumbra, y la calma discreta que reinaba en toda la casa, daban a ésta un ambiente conventual de profunda paz, dulce y atractivo.
  • Y la mamá satisfecha del éxito alcanzado por sus niñas, y a pesar del cansancio, sonriente y majestuosa con su vestido de seda, que crujía a cada paso, y encima el amplio abrigo de terciopelo, Juanito contemplaba con el cariño de un padre este desfile desmayado que iba en busca de la cama, arrojando al paso en las sillas los adornos exteriores.
  • Luego se apretó mucho el corsé, como si no le oprimiese aún bastante aquel armazón de altas palas, un verdadero corsé de labradora, que aplastaba con crueldad el naciente pecho, pues en la huerta valenciana es impudor que las solteras no oculten los seductores adornos de la Naturaleza para que nadie pueda pecaminosamente suponer en la virgen la futura maternidad.
  • Un mocetón de rostro carrilludo y afeitado que respiraba brutal jocosidad, luciendo con tanta satisfacción como embarazo los pesados borceguíes, el terno azul con vivos rojos y botones dorados y la gorra de hule de ancho plato, y a su lado una muchacha morena y guapota, con peinado de rodete y agujas de perlas, completando este tocado de la huerta su traje mixto, en el que se mezclaban los adornos de la ciudad con los del campo.