Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "afectos" aquí tienes una selección de 18 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.
En cada una de las frases aparece resaltada la palabra afectos para que la puedas detectar fácilmente.
Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.
- Pero ya le iba dando de lado en sus afectos.
- En esta reunión estaban todos los afectos y alegrías de don Eugenio.
- Y mi corazón se llena de afectos desconocidos, tan puros, pero tan puros.
- No sabía ella sentir con suavidad, no entendía de afectos finos, sublimes.
- Eran afectos puros, nada parecidos a los amores de un Lutero, ni siquiera de un Abelardo.
- No sólo era ya pacífico, sino tiernísimo, y sus afectos se habían sutilizado, como el licor que pasa por el alambique.
- La vida en común de ambos en San Carlos y en el hospital, iba unificando sus costumbres, aunque no sus ideas ni sus afectos.
- Pero al tío le había profesado siempre tanto cariño como respeto, y fluctuando su carácter entre los dos afectos, limitábase a callar.
- El comprendía nuestro desamor por cuanto constituía sus afectos, y contestaba, instintivamente, odiando al pueblo y a todo lo que era vasco.
- Yo pienso mucho en esto, y me entregaría desde luego a la vida interior, si no fuera porque está uno atado a un carro de afectos, del cual hay que tirar.
- Los afectos que se desbordaban del corazón de la Delfina eran combinación armoniosa de alegría y de pena, por las circunstancias en que aquella tierna criatura había ido a sus manos.
- Ningún sonido articulado salía aún de su boca, pero sabía expresar divinamente, con las onomatopeyas que según ciertos filólogos fueron base del lenguaje primitivo, todos sus afectos y antojos.
- Vaya, quedaos con Dios decía doña Barbarita, levantándose de la silla a punto que aparecía el principal por la puerta de la trastienda, y saludaba con mil afectos a su parroquiana, quitándose la gorra de seda.
- ¡Terrible duelo entre el sermón y el lenguaje sincero de los afectos! Ponía singular atención doña Lupe a la voz del sietemesino, y se hubiera alegrado de oír algo estupendo, categórico y que se saliera de lo común.
- Parecía que la leñosa corteza se le iba cayendo, poco a poco, al marqués, y que su corazón bravío y egoísta se inmutaba, dejando asomar, como entre las grietas de la pared, florecillas parásitas, blandos afectos de esposo y padre.
- ¡Ay, hija, qué malo es estar loco! Cuánto mejor es estar cuerdo, aunque uno, al recobrar el juicio, se encuentre apagado el hornillo de los afectos, toda la vida del corazón muerta, y limitado a hacer una vida de lógica, fría y algo triste.
- Veía la joven con gusto llegar la ocasión de aquellas visitas, las deseaba y las esperaba, porque Maximiliano era el único lazo efectivo que con el mundo tenía, y aunque el sentimiento religioso conquistara algo en ella, no la había desligado de los intereses y afectos mundanos.
- ¡Ah, si ella tuviera una persona que se interesase por su suerte y la de la casa, qué gran favor le haría encargándose de sermonear a aquel hombre que, a pesar de sus bigotazos y sus palabras campanudas, se dejaba engañar como un niño! ¡Qué obra tan caritativa lograr que aquel hombre alejado de los afectos de la familia volviese a ser buen padre y buen marido! Y Teresa miraba ansiosamente a su altiva amiga al formular tales deseos.