Palabras

Ejemplos de oraciones con la palabra altivez

Lista de frases en las cuales se puede ver cómo se usa la palabra altivez en el contexto de una oración.

Término altivez: Frases

Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "altivez" aquí tienes una selección de 15 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.

En cada una de las frases aparece resaltada la palabra altivez para que la puedas detectar fácilmente.

Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.

  • Doña Manuela contestó con altivez.
  • La altivez le hacía recobrar su puesto.
  • Salió triunfante, echando a una parte y otra miradas de altivez y desprecio.
  • Ya ves, hija, tú has cometido una falta, tratar a la señora con altivez, con insolencia.
  • Con altivez de grandes señores, arrojaron su puñado de cobre sobre el mostrador, como abofeteando al dueño.
  • Mueres representando la fortuna que se aleja de casa, el prestigio que se pierde, la altivez que se desvanece.
  • ¡Todo ese lujo, esa altivez que ostentáis, son debidos a la trampa, a la desvergüenza, a que vuestra madre es una.
  • La viuda tenía la altivez de los grandes señores que creen de buen tono dejarse robar descaradamente por sus criados.
  • Un mes antes no habría vacilado en acudir a su antiguo dependiente, a pesar de lo mucho que esto lastimaba su altivez.
  • Pero dinero, ¡ni un céntimo! Doña Manuela levantó la cabeza con altivez, mostrando la mirada ardiente y las mejillas rubicundas.
  • Ahora reaparecía la altivez de su carácter, estremeciéndose al pensar en la mortificante lástima con que se hablaría de su ruina.
  • Toda su altivez, su gravedad moruna, desaparecieron de golpe, y arrodillóse ante el vejete pidiendo que no le abandonase, pues veía en él á su padre.
  • Pero él echaba la culpa de todo a la maldita ambición, que la sumía en los enredos y trampas, donde dejaba a jirones poco a poco, por sostener el boato de familia, aquella altivez que tan bien le sentaba.
  • Las niñas, a pesar de sus elegantes trajes, creían que todos se fijaban en ellas para sonreír compasivamente, y doña Manuela marchaba erguida, con altivez dolorosa, poco más o menos como Napoleón en Santa Elena después de la denota.
  • Pero su espíritu de mujer honrada y enferma sabía sobreponerse á esta impresión, y continuaba adelante con cierta altivez vanidosa, con un orgullo de hembra casta, consolándose al ver que ella, débil y agobiada por la miseria, aún era superior á otras.