Palabras

Ejemplos de oraciones con la palabra ancas

Lista de frases en las cuales se puede ver cómo se usa la palabra ancas en el contexto de una oración.

Término ancas: Frases

Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "ancas" aquí tienes una selección de 12 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.

En cada una de las frases aparece resaltada la palabra ancas para que la puedas detectar fácilmente.

Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.

  • No aguanto ancas!
  • Retiraba el ladrón con las ancas de la mano que era lástima.
  • Mulas negras y coceadoras, con rojos caparazones y ancas brillantes agitadas por nerviosa inquietud.
  • Apenas le pasó la mano por las ancas, sintió junto á sus orejas un aliento ardoroso y un murmullo.
  • Las parejas de mulas iban a la labranza, y los campesinos, de negro, montados en las ancas de los borricos, les seguían.
  • Poco a poco, señor canónigo, yo no soy barullero, ni miento, ni soy obscurantista, ni admito ancas de nadie y menos de un cura.
  • Apenas pasó una mano por las ancas del rocín, apareció junto á éste un gitano, obsequioso, campechanote, tratándole como si le conociese toda su vida.
  • Metió sus dedos entre la amarillenta dentadura, pasó sus manos por las ancas, levantó sus cascos para inspeccionarlos, lo registró cuidadosamente entre las piernas.
  • Este género de imposición y fiscalización, aunque tan disculpable, irritó a don Pedro, que según decía, no aguantaba ancas ni gustaba de ser manejado por nadie en el mundo.
  • No pudiendo dar a su amigo los golpecitos en el hombro, con que solía saludarle, los aplicó a las ancas del caballo, que se dignó a mirar volviendo un poco la cabeza al humilde infante.
  • Ahora que engordaba, se redondeaban sus ancas puntiagudas y su dorso nudoso, moría de repente, sin saber de qué, tal vez en uso de su perfecto derecho al descanso, después de sacar á flote la familia.
  • Y á los pocos pasos lo vió caído sobre sus ancas, enganchado aún al arado, pero intentando en vano levantarse, tendiendo su cuello, relinchando dolorosamente, mientras de su costado, junto á una pata delantera, manaba lentamente un líquido negruzco, del que se iban empapando los surcos recién abiertos.