Palabras

Ejemplos de oraciones con la palabra armarios

Lista de frases en las cuales se puede ver cómo se usa la palabra armarios en el contexto de una oración.

Término armarios: Frases

Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "armarios" aquí tienes una selección de 22 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.

En cada una de las frases aparece resaltada la palabra armarios para que la puedas detectar fácilmente.

Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.

  • Hay hombres que parecen cerrados como armarios.
  • Estaba Lulú sola, limpiando con el plumero los armarios.
  • Registrando los armarios, encontré un daguerrotipo en cristal, hecho en París.
  • Pero luego accedió, mandó quitar los armarios y baúles, y allí se instaló Andrés.
  • Dos monaguillos con ropón encarnado, guardaban casullas y capas pluviales en los armarios.
  • Visita era la que todavía encontraba placer en registrar cacerolas, y revolver vasares, armarios y alacenas.
  • Ryp, el cocinero, registró los armarios de Zaldumbide y vino ayudado por dos amigos con tres cofres de latón.
  • Pasamos a un despacho con armarios, que tenía en las paredes unas láminas anatómicas bastante desagradables.
  • Tenía varios armarios llenos de libros humedecidos, y sobre los armarios cuadros negros, agujereados y desgarrados.
  • Cuando volvieron a sus casas se apresuraron a guardar cuidadosamente la inteligencia en los armarios y en los cajones.
  • Los armarios colosales se contaban a docenas, todos de roble viejo, con tallas tan complicadas como sus enormes cerraduras.
  • Después vino con tila, recogió los restos de los cachivaches y los puso sobre mesas y armarios como si fueran reliquias santas.
  • Don Blas le invitó a Hurtado a ir a su casa y le mostró su biblioteca con varios armarios llenos de libros españoles y latinos.
  • Mandaba a la tienda por azúcar, pasas, pimienta, sal, ¡diablos coronados! si el señor Pedro no abría los cajones de sus armarios.
  • En arcas y armarios guardaba don Víctor con el cariño de un coleccionador los trajes de aficionado que había lucido en mejores tiempos.
  • Yo, movido por el interés de averiguar el paradero de mi tío Juan, registré los armarios de la abuela y leí todas las cartas y papeles viejos.
  • El despacho es de paredes blancas, con dos armarios llenos de libros, con una mesa de columnillas salomónicas, con anchos fraileros acá y allá adornados de chatones lucientes.
  • Hay viejas cámaras con puertas cuadradas, con cerraduras chirriantes, con techos inclinados de retorcidas vigas, con lejas anchas, con armarios telarañosos que encierran un espejo roto, un velón, una careta de colmenero.
  • Si se entusiasmaba hablando de sus marchitos laureles, abría las arcas, abría los armarios, y seda, galones y plumas, abalorios y cintajos en mezcla de colores chillones saltaban a la alfombra, y en aquel mar de recuerdos de trapo perdía la cabeza Quintanar.
  • Y menos mal para ti, que no has conocido los buenos tiempos, cuando desde el amanecer reinaba aquí un estrépito de dos mil demonios, y abajo, tu abuelo y yo sentíamos temblar el techo al empuje de los telares, mientras arreglábamos cuentas o sacábamos de los armarios las ricas piezas para enseñarlas a los compradores.
  • Él era quien iba al despacho de don Manuel a escoger pañuelos y piezas de seda, raso o terciopelo en aquellos armarios de roble con cerradura complicada, que databan del siglo anterior, y él también quien subía a los porches, donde con un tric trac ensordecedor movíanse los telares y volaban las lanzaderas, haciendo surgir los ricos tejidos entre polvo y telarañas.
  • En cada ventana había acumulado la Marquesa flores en tiestos, jardineras, jarrones japoneses, más o menos auténticos y contrastaban los colores vivos y metálicos de esta exposición de flores con los severos tonos del nogal mate que asombraban el artesonado del techo y se mostraban en molduras y tableros de los grandes armarios corridos, de cristales, que rodeaban el comedor en todo el espacio que dejaban libres los huecos y un gran sofá arrimado a un testero.