Palabras

Ejemplos de oraciones con la palabra basura

Lista de frases en las cuales se puede ver cómo se usa la palabra basura en el contexto de una oración.

Término basura: Frases

Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "basura" aquí tienes una selección de 13 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.

En cada una de las frases aparece resaltada la palabra basura para que la puedas detectar fácilmente.

Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.

  • Él la arrojó a la basura.
  • Era aquello un montón de basura.
  • Le vamos a llenar de polvo y basura.
  • En la basura replicó Sor Natividad frunciendo el ceño.
  • Después cogió un montón de aquella basura y me lo tiró.
  • Y cuidadito con echarme basura en el portal y en la escalera.
  • El barco estaba sucio, lleno de basura, de manchas de sangre.
  • El mundo era como el confesonario lo mostraba, un montón de basura.
  • Se va a la basura y coge los puñados de ceniza para echárnosla por la cara.
  • La pasión hablaba entonces con el murmullo ronco y gutural de la basura corriente y encauzada.
  • No espere usted a llegar a viejo y a ver de cerca la muerte para creer que somos algo más que montoncitos de basura animados por fuerza semejante a la electricidad que hace hablar a un alambre.
  • El pozo, después de una semana de descensos y penosos acarreos, quedó limpio de todas las piedras y la basura con que la pillería huertana lo había atiborrado durante diez años, y otra vez su agua limpia y fresca volvió á subir en musgoso pozal, con alegres chirridos de la garrucha, que parecía reirse de las gentes del contorno con una estridente carcajada de vieja maliciosa.
  • Cual turbas de pilluelos, aquellas migajas de la basura, aquellas sobras de todo se juntaban en un montón, parábanse como dormidas un momento y brincaban de nuevo sobresaltadas, dispersándose, trepando unas por las paredes hasta los cristales temblorosos de los faroles, otras hasta los carteles de papel mal pegado a las esquinas, y había pluma que llegaba a un tercer piso, y arenilla que se incrustaba para días, o para años, en la vidriera de un escaparate, agarrada a un plomo.