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Ejemplos de oraciones con la palabra beber

Lista de frases en las cuales se puede ver cómo se usa la palabra beber en el contexto de una oración.

Término beber: Frases

Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "beber" aquí tienes una selección de 77 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.

En cada una de las frases aparece resaltada la palabra beber para que la puedas detectar fácilmente.

Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.

  • Bien puedes beber.
  • Me hicieron beber.
  • Beber y más beber.
  • No debía beber tanto.
  • Había que dejarle beber.
  • Estoy harto de beber aguas.
  • ¡Yo beber esas porquerías!
  • Diéronme a beber no sé qué.
  • No tenía la costumbre de beber.
  • Sólo que eran todas cosas para beber.
  • Se moría de sed, pero temía beber agua.
  • Cuando el pobreto iba a beber, no hallaba nada.
  • Pero al beber otra vez, tornáronse melancólicos.
  • Otros no hicieron más que probar golosinas y beber.
  • Es muy chiquito para beber así, y va a ponerse malo.
  • Le dio a beber una copa de Jerez, llena hasta los bordes.
  • Hasta Batiste tuvo que beber, apremiado por los del corro.
  • Va usted a beber del mejor tostado que por aquí se produce.
  • Vamos a ver al hermano Juan, y a pedirle algo de comer y de beber.
  • El piloto nos hizo beber a los cuatro vascos y al timonel un poco de líquido.
  • Después le habían hecho comer más de la cuenta y beber, últimamente, de todo.
  • Seis gotas nada más de esta medicina en un vaso de agua, y me las darás a beber.
  • El enamorar me avergüenza, el beber vino me emborracha, el fumar en pipa me marea.
  • Ese estuvo de médico militar en Cuba, y se acostumbró a beber de una manera terrible.
  • La muchacha dió a beber al viejo un poco de café, y yo pude contemplar al padre y a la hija.
  • Paco Vegallana había hecho beber al ateo, sin que este lo sintiera, más de lo que la justicia manda.
  • Cada día traía la pretina llena de jarras de monjas, que les pedía para beber y me venía con ellas.
  • Empezaron, por bienvenido, a beber a mi honra, que yo hasta que la vi beber no entendí que tenía tanta.
  • Cuando acabó de beber el vaso de agua que sabía a polvo, el Magistral aún no sabía lo que iba a decir.
  • Es bueno el avisillo para beber, y se lo chocló en la boca, comencé a reír por una parte y a rabiar por otra.
  • ¡sin saber lo que hacía! Pues qué, ¿casarse es un acto insignificante y maquinal como beber un buche de agua?
  • Esto es lo bueno y no las borracherías que enseñan estos bellacos maestros de esgrima, que no saben sino beber.
  • Mira, mozo, los sacerdotes han de ser muy templados en su comer y beber, y por esto yo no me desmando como otros.
  • Además, hoy día el pobre don Santos ya no tiene dinero ni para emborracharse, ya no puede beber de pura miseria.
  • Después de comer los fiambres y de beber regulares tragos, don Víctor sintió su pena con intensidad cuatro veces mayor.
  • Miraba con envidia, de la que no se daba cuenta, á los que podían beber una taza de café para combatir el fresco matinal.
  • Hasta pensó novedad extraña entrar por primera vez en la taberna para beber un vaso de vino cara á cara con sus enemigos.
  • Tellagorri pagó caro el triunfo obtenido por su sobrino en la caza de los jabalíes, porque de tanto beber se puso enfermo.
  • Guillermina tuvo más suerte o puso en ejecución mejores medios, porque logró hacerle beber algo de aquel eficaz medicamento.
  • Y luego que hubimos charlado un poco, me hicieron beber una copa de aguardiente que al punto dio con mi pobre cuerpo en tierra.
  • ¿Era que aquella señora pensaba que él había de beber los vientos para averiguar cuándo vendría a favorecerle con su visita?
  • ¡Y cómo se relamía la otra después de beber, y qué bien le supo! Conocía muy bien al galapaguito para atreverse a pedir más.
  • El calor, el andar al sol le producían una sed constante que le obligaba a beber cerveza y cosas frías que le estragaban el estómago.
  • Y echando en un vaso un poco de vino, salió con la lana y estopa un vino salvaje, tan barbado y velloso que no se podía beber ni colar.
  • Praschcu era un mocetón grueso, barbudo, sonriente y rojo, que, a juzgar por sus palabras, no pensaba más que en comer y en beber bien.
  • Se trataba de permanecer sentados jugando al truque, y sin beber más líquido que aguardiente, hasta ver quién era el último que caía.
  • Se lo hizo beber a don Santos, sujetándole la cabeza que temblaba y sin permitirle tomar la taza con su flaca mano, que temblaba también.
  • Los marineros de la Fleche comenzaban a beber, y uno de ellos cantaba, entre gritos y patadas, la canción de Les matelot de la Belle Eugenie.
  • En medio de este calor sofocante, las abejas rezongaban, las avispas iban a beber el agua del riego y las mariposas revoloteaban de flor en flor.
  • Aficionado a robar, aficionado a beber aficionado a las muchachas, eres tú.) Tellagorri, al oir la canción, fruncía el entrecejo y se ponía serio.
  • Pensó en el cilicio, lo deseó con fuego en la carne, que quería beber el dolor desconocido, pero el Magistral había prohibido tales tormentos sabrosos.
  • Porque para el abad de Ulloa, la última de las degradaciones en que podía caer un hombre era beber agua, lavarse con jabón de olor y cortarse las uñas.
  • Tenía su pobre mujer algo de planta en la silenciosa mansedumbre, en la callada tarea de beber y atesorar luz con los ojos y derramarla luego convertida en paz.
  • Le gustaba contar sus hazañas, y hasta sus aventuras, esto en secreto, después de colocar unos cuantos pellejos de Toro, al beber en compañía del parroquiano.
  • Entró Merlo Díaz, hecha la pretina una sarta de búcaros y vidros, los cuales, pidiendo de beber en los tornos de las monjas, había agarrado con poco temor de Dios.
  • Hurtado, cansado del ruido y de las gracias de los saineteros, fué a la cocina a beber un vaso de agua y se encontró con Casares y el director de El Masón Ilustrado.
  • Los hacían entrar, los convidaban á beber y luego les iban hablando al oído con la cara ceñuda y el acento paternal y bondadoso, como quien aconseja á un niño que evite el peligro.
  • Bien era verdad que no podía volverse la vista á ningún lado sin tropezar con alguna obra maestra, cuyos rabiosos colores parecían alegrar á los parroquianos, animándoles á beber.
  • Si ante él sucedían tales cosas, a la mesa por ejemplo, Julián torcía la cara, haciéndose el distraído, o alzaba el vaso para beber, o fingía atender a los perros, que husmeaban por allí.
  • ¡Infames, burlar así a quien era la misma sobriedad! Me le hicieron beber con engaño evidente aquellas nefandas copas, y después no vacilaron en escarnecerle con tanta crueldad como grosería.
  • Hiciéronnos amigos la mesonera y los que allí estaban, y con el vino que para beber le había traído, laváronme la cara y la garganta, sobre lo cual discantaba el mal ciego donaires, diciendo.
  • Entrar en una de esas tiendas de montañés a tomar pescado frito y a beber vino blanco, ver cómo patea sobre una mesa una muchachita pálida y expresiva, con ojeras moradas y piel de color de lagarto.
  • El pícaro del Delfín hacía beber a Aparisi y a Ruiz para que se alegraran, porque uno y otro tenían un vino muy divertido, y al fin consiguió con el Champagne lo que con el Jerez no había conseguido.
  • Y cuando las pobres, hinchadas ya por esta inundación azucarada, se negaban á beber, las oficiosas comadres iban por turno echándose al gaznate los refrescos, pues también necesitaban que les pasase el disgusto.
  • El párroco de la Virgen tenía la imprudencia de alabar su talento culinario, su despacho, su integridad, su pulcritud, su piedad y demás cualidades delante de otros clérigos, a la mesa, después de comer bien y beber mejor.
  • Pedí yo de beber, que los otros, por estar casi en ayunas, no lo hacían, y diéronme un vaso con agua, y no le hube bien llegado a la boca, cuando, como si fuera lavatorio de comunión, me le quitó el mozo espiritado que dije.
  • Las que ya habían llenado sus cántaros sentábanse en los bordes de la balsa, con las piernas colgando sobre el agua, encogiéndolas luego con escandalizados chillidos cada vez que algún muchacho bajaba á beber y miraba á lo alto.
  • Como Villalonga y yo teníamos dinero largo para juergas y cañas, unos y otros tomaron el gusto a nuestros bolsillos, y pronto llegó un día en que allí no se hacía más que beber, palmotear, tocar la guitarra, venga de ahí, comer magras.
  • Las locomotoras chorreaban agua y fuego juntamente, y en los hules de las plataformas del tren de mercancías se formaban bolsas llenas de agua, pequeños lagos donde habrían podido beber los pájaros, si los pájaros tuvieran sed aquel día.
  • Él, hombre sobrio, incapaz de beber alcohol sin sentir náuseas y dolores de cabeza, no podía ocultar un asombro muy cercano á la admiración ante estos brutos, que, según sus suposiciones, debían tener el estómago forrado de hoja de lata.
  • Aún tuvo que beber una segunda copa, obsequio del gitano, y al fin, cortando en seco su raudal de ofrecimientos y zalamerías, cogió el ronzal de su nuevo caballo, y con ayuda del ágil Monote, montó en el desnudo lomo, saliendo á paso corto del ruidoso mercado.
  • Aquella que gozaba en una mañana de Mayo cerca de Junio, contento de vivir, amigo del campo, de los pájaros, con deseos de beber rocío, de oler las rosas que formaban guirnaldas en las enramadas, de abrir los capullos turgentes y morder los estambres ocultos y encogidos en su cuna de pétalos.
  • Oración ha de ser el comer y el beber y el pasearse y el jugar y el leer y el escribir y el conversar y hasta el dormir, y rezo todo, y nuestra vida un continuo y mudo ¡hágase tu voluntad! y un incesante ¡venga a nos el tu reino! no ya pronunciados, mas ni aun pensados siquiera, sino vividos.
  • Entraba siempre con el sombrero echado atrás, afectando una grosería de maneras que no tenía, imitando los modales y hasta el andar de los borrachos, arrastrando las palabras, pero absteniéndose de beber con disculpa de mal de estómago, en realidad porque se mareaba y embrutecía a la segunda copa.
  • Las del barón se humanizaban, las niñas de la clase media olvidaban los huesos que enseñaba la nobleza, y pensaban en la alegría ambiente, se entregaban al baile con furor invencible, como ansiando beber en aquella atmósfera perfumada, demasiado perfumada tal vez, el licor desconocido que pudiera saciar sus vagos anhelos.
  • Ítem, advirtiendo que después que dejaron de ser moros (aunque todavía conservan algunas reliquias) se han metido a pastores, por lo cual andan los ganados flacos de beber sus lágrimas, chamuscados con sus ánimas encendidas, y tan embebecidos en su música que no pacen, mandamos que dejen el tal oficio, señalando ermitas a los amigos de soledad.
  • Entre las casas de a lo largo del muelle de Cay luce, antes, como ahora, había algunos almacenes de carbón, y una fila de tabernas en donde los pescadores se reunían y se reúnen a beber y a discutir, y que destilaban, sobre todo los domingos, por su única puerta, una tufarada de sardina frita, de atún guisado con cebolla, y de música de acordeones.