Palabras

Ejemplos de oraciones con la palabra bonifacio

Lista de frases en las cuales se puede ver cómo se usa la palabra bonifacio en el contexto de una oración.

Término bonifacio: Frases

Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "bonifacio" aquí tienes una selección de 11 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.

En cada una de las frases aparece resaltada la palabra bonifacio para que la puedas detectar fácilmente.

Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.

  • Ver Don Bonifacio las primeras muestras del estilo de Senquá y chiflarse por completo, fue todo uno.
  • En esto apareció en el extremo Oriente un nuevo artista, un genio que acabó de perturbar a Don Bonifacio.
  • Y ved aquí el secreto de lo poco que dio de sí el establecimiento, y la justificación de los vaticinios de Don Bonifacio.
  • Barbarita y su hermano Gumersindo, mayor que ella, eran los únicos hijos de Don Bonifacio Arnaiz y de doña Asunción Trujillo.
  • También la casa de Gumersindo Arnaiz, hermano de Barbarita, ha pasado por grandes crisis y mudanzas desde que murió Don Bonifacio.
  • Madrid se inundaba de género a precio más bajo que el de las facturas de Don Bonifacio Arnaiz, y era preciso realizar de cualquier modo.
  • Cuando Don Bonifacio Arnaiz enfermó para morirse, Plácido no se separó de él ni enfermo ni difunto hasta que le dejó en la sepultura.
  • Al despachar, entretenía demasiado a los parroquianos, y si le mandaban con un recado o comisión a la Aduana, tardaba tanto en volver, que muchas veces creyó Don Bonifacio que le habían llevado preso.
  • También había entre estos dos respetables sujetos parentesco de afinidad, porque doña Bárbara, esposa de Santa Cruz, era prima del gordo, hija de Bonifacio Arnaiz, comerciante en pañolería de la China.
  • Tres o cuatro meses emplearon en clasificar, ordenar, poner precios, confrontar los apuntes de don Bonifacio con la correspondencia y las facturas venidas directamente de Cantón o remitidas por las casas de Cádiz.
  • Ocuparon más adelante el primer lugar en el tierno corazón de la hija de Don Bonifacio Arnaiz y en sus sueños inocentes, otras preciosidades que la mamá solía mostrarle de vez en cuando, previa amonestación de no tocarlos.