Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "bonito" aquí tienes una selección de 63 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.
En cada una de las frases aparece resaltada la palabra bonito para que la puedas detectar fácilmente.
Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.
- Como bonito.
- Bonito dibujo.
- ¡Qué bonito.
- Bonito juguete.
- Estaré bonito.
- Sí, es bonito.
- ¡Bonito porvenir!
- Es bonito, ¿verdad?
- Te has puesto bonito.
- Sí, es bonito número.
- Es un viaje muy bonito.
- ¡bonito genio tengo yo.
- ¡Bonito genio tenía él.
- Pues hacía yo bonito papel.
- Le compraré otro más bonito.
- Pues tienes bonito el delantal.
- Está esto bonito, sí, señor.
- Hasta cuando me enfado es bonito.
- Descuide, que lo bonito no se pega.
- Bonito genio tengo yo para estas cosas.
- Pues estás bonito, Juanín díjole Ido.
- Vea usted qué bonito papel hemos hecho.
- Xiii Todo esto era muy bonito y muy tierno.
- Buscar algún bonito tiesto de bonibus, hija.
- Bonito camino, sí señor, bonito camino tomas.
- Eso de la honradez es muy bonito prosiguió Feijoo.
- Y era lástima que tan bonito capital se destruyese.
- , bonito como un ángel, y tan granuja como su papá.
- Bonito diputado querían ustedes enviar a las Cortes.
- ¡qué bonito! Bueno, ¿y qué diría a esto la Tía?
- ¡Cuidado que es bonito! dijo Ballester inclinándose.
- Verás qué instrumento tan bonito y qué buenas voces.
- ¡Ah, señora Doña Francisca! ¡Bonito se puso aquello!
- ¡Hombre, qué bonito! Errores de la teogonía egipcia y persa.
- Por lo bonito que eres no quiero reñirte ni enfadarme contigo.
- Todo esto era muy bonito para dicho en la tertulia de una tienda.
- ¡Bonito porvenir! Yo le voy a enseñar a usted una cosa que no sabe.
- Di ajumao, que es más bonito y atenúa un poco la gravedad de la falta.
- Ya salen con que ha de ser bonito, ya con que ha de ser Fulano y si no, no.
- Lúzaro es un pueblo bonito, obscuro, como todos los pueblos del Cantábrico.
- Conchita estaba furiosa contra Roberto del Campo, el pollo bonito, como le llamaban algunas.
- Aseguraba que tenía un pie bonito y una pantorrilla mucho mejor de lo que podría esperarse.
- Veo cómo pescan en Cay luce, y cómo van entrando las barcas de bonito y las goletas de cabotaje.
- Resultaba un conjunto bonito y muy simpático, y así lo declaró la señora, echándole sus gafas.
- ¿Qué me importará a mí que sea mañana último día de billetes, ni que el número sea bonito o feo.
- ¡Bonito papel iban representando ella y el bobalicón de su marido! Le había hecho señas, pero inútilmente.
- ¡Bonito programa, sí, señor, bonito contrato! Sólo que ya no puede realizarse, porque falta una de las partes.
- No se os ocurre nada dijo Guillermina, volviendo a la sala, y en las ramas verdes atáis flores de trapo, y resulta muy bonito.
- El paisaje era cada vez más bonito, y el campo, convirtiéndose en jardín, revelaba los refinamientos de la civilización agrícola.
- Pues aquella noche se le representaron tan al vivo la muchacha ciega, su fealdad y su canto bonito, que creía estarla viendo y oyendo.
- De manera que, continuando con la posada y conversación, mi madre vino a darme un negrito muy bonito, el cual yo brincaba y ayudaba a calentar.
- ¡Qué bonito aquel paso de Pío IX bendiciendo a las tropas! Y la conversación rodaba, sin saber cómo, de la bendición papal a los amoríos del narrador.
- ¡Era pasmoso lo bonito que había hecho Dios a aquel muñeco! Todos los días, que gritase o que se resignase el chiquillo, Julián lo lavaba así antes de la lección.
- Verás, verás, ¡qué nacimiento tan bonito! le decía Jacinta para calmarle ¡Y qué niños tan guapos! Y un pez grande, tremendo, todo de mazapán, para que te lo comas entero.
- En esto, como en todo lo malo, hemos progresado de tal modo, que las barrabasadas de aquel niño bonito hace quince años, nos parecerían hoy timideces y aun actos de ejemplaridad relativa.
- ¡Y he de morirme sin tener ese gusto! ¡Bonito gusto, hombre de Dios! ¡Ver cómo se matan esos locos! Si el Rey de las Españas me hiciera caso, mandaría a paseo a los ingleses y les diría.
- Como los palomos no comen sino del pico de la madre, Fortunata se los metía en el seno, ¡y si vieras tú qué seno tan bonito!, sólo que tenía muchos rasguños que le hacían los palomos con los garfios de sus patas.
- Más por coquetería de virtud que por abnegación, aceptó aquel bonito papel que se le ofrecía, ¡y vaya si era bonito! Como no le costaba trabajo desempeñarlo por no estar enamorada ni mucho menos, respondió en tono dulce y grave.
- Los huesos crujieron, hizo diferentes contorsiones que parecían un trabajo de gimnasia, y luego volvió a sentarse, abrazando a su mujer y quedándose ante ella (pues estaba sentado en una banqueta junto al sofá) en actitud semejante a la que toman los amantes de teatro cuando van a decirse algo muy bonito en décimas o quintillas.
- Un edificio construido por contrata, tan bonito como frágil, con sus tejados rojos y escalinatas con jarrones de yeso, situado en el centro de un jardincillo excavado en las rocas, con dos docenas de árboles tísicos que gemían melancólicamente, martirizadas sus raíces por la capa de dura piedra que encontraban a pocos palmos del suelo.
- Comprimiéndose con dos dedos de la mano la ceja izquierda, habló a Fortunata de lo buenas que debían de ser aquellas madres Micaelas, de lo bonito que sería el convento, y de las preciosas y utilísimas cosas que allí aprendería, soltando como por ensalmo la cáscara amarga y trocándose en señora, sí, en señora tan decente, que habría otras lo mismo, pero más no.
- , sólo cinco y no más que cinco, ni uno menos, ni uno más, ¡qué bonito! ¡Y no puede ser de otro modo, tiene que ser así!, y al decirlo me mostraba los cinco modelos en cartulina blanca, blanquísima, que ella misma había construído, con sus santas manos, que eran prodigiosas para toda labor, y parecía como si acabase de descubrir por sí misma la ley de los cinco poliedros regulares.
- Después, cuando entraron Ido, Refugio y otras personas, estuvo muy comunicativo, discurriendo admirablemente sobre todo lo que se trató, que fue la insurrección de Cuba, el alza de la carne, lo que se debe hacer para escoger un bonito número en la lotería, la frecuencia con que se tiraba gente por el Viaducto de la calle de Segovia, el tranvía nuevo que se iba a poner y otras menudencias.