Palabras

Ejemplos de oraciones con la palabra bonitos

Lista de frases en las cuales se puede ver cómo se usa la palabra bonitos en el contexto de una oración.

Término bonitos: Frases

Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "bonitos" aquí tienes una selección de 15 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.

En cada una de las frases aparece resaltada la palabra bonitos para que la puedas detectar fácilmente.

Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.

  • ¡Cuando yo decía que el número era de los más bonitos.
  • La que tenga flores o tiestos bonitos que los lleve allá.
  • Yo a veces le declamaba algunos y él me decía que eran muy bonitos.
  • Francamente, aquellos ojos tan bonitos le habían hecho siempre muchísima gracia.
  • Por fin llegó el momento en que volvieron a su cuarto para ponerse los vestidos más bonitos.
  • Estaba orgullosa de sus ojos negros, tan bonitos que, según dictamen de ella misma, le daban la puñalada al Espiritui Santo.
  • Y observó que Mauricia traía unos zapatos muy bonitos de cuero amarillo, atados con cordones azules terminados en madroños.
  • ¡Para hombres bonitos está el tiempo! Con que resignarse, hijas mías, que por ser cabras no ha de abandonaros vuestro pastor.
  • Creció el asombro de Plácido cuando vio que la señora, después de tratar como en broma un portal de los más bonitos, lo compró.
  • Pareciéronle a Fortunata bonitos el edificio y su situación, expresando el deseo de entrar pronto, aquel mismo día si era posible.
  • Casi no se le veían más que los ojos, y como estos eran tan bonitos, muchos se le ponían al lado y le pedían permiso para acompañarla, diciéndole mil cuchufletas.
  • ¡Pues no falta más sino que esos señores con sus manos lavadas se fueran a llevar lo poco que tenemos! ¡Bonitos están los tiempos! Ahora cuesta todo un ojo de la cara.
  • Como que estaba infestada la gran ciudad de unas mujeronas muy guapas y elegantes que al pronto parecían duquesas, vestidas con los más bonitos y los más nuevos arreos de la moda.
  • Sobre la mesa había unos guantes, varios libros, dos retratos en bonitos marcos, uno de ellos del gordo Arnaiz, una papelera, juego de té de finísima porcelana, una cajita de marfil y otros objetos muy lindos.
  • Se figuró que el jefe del partido liberal dinástico la entendía, que no era como aquellos vetustenses de cal y canto que hasta se sonreían con lástima al oír tantos versos bonitos, sonorosos, pero sin miga, según aseguró don Frutos en el palco de la marquesa.