Palabras

Ejemplos de oraciones con la palabra céntimo

Lista de frases en las cuales se puede ver cómo se usa la palabra céntimo en el contexto de una oración.

Término céntimo: Frases

Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "céntimo" aquí tienes una selección de 16 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.

En cada una de las frases aparece resaltada la palabra céntimo para que la puedas detectar fácilmente.

Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.

  • Llegó San Juan, y ni un céntimo.
  • Mis amigos se niegan a dar un céntimo.
  • Que la Junta carlista de Orense no soltaba un céntimo.
  • Eres capaz de morirte de hambre por no gastar un céntimo.
  • Pero la mayor parte se quedaban fríos, mascullando excusas y buscando pretextos para no darme un céntimo.
  • Tú serás siempre la misma Manuela, la loca, la pretenciosa, y morirás cuando gastes el último céntimo.
  • Y cuidado con dejar de tomarle la cuenta a la muchacha, al céntimo, pues Torquemada dice que no la abona y no hay que fiar.
  • Juan, primogénito del Fraile, simpatizaba con él como a cofrade en la orden del continuo trabajo y la conquista del céntimo.
  • Que la casa de los Pazos no soltaba un céntimo tampoco, porque a pesar de sus buenas rentas está siempre a la quinta pregunta?
  • Pero dinero, ¡ni un céntimo! Doña Manuela levantó la cabeza con altivez, mostrando la mirada ardiente y las mejillas rubicundas.
  • Pues el tal López no tenía un céntimo, pero metió la cabeza en la Bolsa, y ahora no se dejaría ahorcar por ochenta mil duros, ni por cien mil.
  • Por la tarde, la señora encargó a su sobrino que le hiciera unas cuentas algo complicadas, y él las despachó con presteza y exactitud, sin equivocarse ni en un céntimo.
  • Los lujos y prodigalidades de la familia tenía que pagarlos él, ¡él, que en su casa había ocupado un lugar intermedio entre los criados y sus hermanos! No daría un céntimo.
  • Y como el novio la aceptaba sin un céntimo de dote, la boda se arregló, y a los tres meses la señora de don Melchor Peña entró triunfalmente en sus dominios de la plaza del Mercado.
  • ¡Vaya un negocio ruin el de la tienda! Trabajar rudamente, exponerse a pérdidas, sufrir la mala educación de los compradores, todo para juntar, céntimo tras céntimo, unos cuantos miles de reales a fin de año.
  • Aunque pasaba la vida propalando los rumores maliciosos que corrían acerca del origen de la regular fortuna que se atribuía al Presidente, él, Ronzal, no creía que ni un solo céntimo hubiese adquirido de mala fe.