Palabras

Ejemplos de oraciones con la palabra contigo

Lista de frases en las cuales se puede ver cómo se usa la palabra contigo en el contexto de una oración.

Término contigo: Frases

Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "contigo" aquí tienes una selección de 68 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.

En cada una de las frases aparece resaltada la palabra contigo para que la puedas detectar fácilmente.

Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.

  • ¿Habló contigo?
  • Como iba contigo.
  • Ya comerá contigo.
  • Que me casó contigo.
  • El Señor es contigo.
  • Vida mía, soy contigo.
  • Yo soy muy tonta contigo.
  • Tenía que hablar contigo.
  • Vivir contigo es la muerte.
  • ¿Pero no la tienes contigo?
  • Yo no debí casarme contigo.
  • O me caso contigo o me muero.
  • ¿Y tu marido estaba contigo?
  • Yo me he portado mal contigo.
  • ¿Qué tengo que ver contigo.
  • Fortunata, yo me caso contigo.
  • Estás luchando contigo misma.
  • He agotado mi ciencia contigo.
  • ¿Te prometió casarse contigo?
  • Contigo se sabe a qué atenerse.
  • Ahora no me puedo entretener contigo.
  • Pero alma de Dios, si va ella contigo.
  • ¿Quieres que esta coma aquí contigo?
  • Trabaja contigo misma para conseguirlo.
  • Contigo no pienso más que en quererte.
  • ¿Qué tengo yo que ver contigo, mujer?
  • Perdona que no haya sido franco contigo.
  • No, tonto, Jacinta comerá aquí contigo.
  • ¡Bah! ¿Crees que se va a casar contigo?
  • No, te pide perdón y se casará contigo.
  • ¿A pesar de lo mal que me porté contigo?
  • Veo que es inútil hacer comedias contigo.
  • ¡Qué risa contigo! ¿Pues tú qué sabes?
  • Tú cuídate y cuida a lo que llevas contigo.
  • Para que veas que no me gustan farsas contigo.
  • Cuando no estoy contigo, me gusta algo, no mucho.
  • ¿Es posible, Pablos, que no he de poder contigo?
  • ¡Pero Gertrudis! Lo he dicho, se casará contigo.
  • Te quiero demasiado para andar en misterios contigo.
  • Quiero que seas leal conmigo, como yo lo soy contigo.
  • Y oiré todas las misas que quieras, y rezaré contigo.
  • ¡pero estás loco! Yo no tengo devaneos más que contigo.
  • Mira, aunque soy tan tonta, como he vivido siempre contigo.
  • Por lo bonito que eres no quiero reñirte ni enfadarme contigo.
  • He guardado reserva contigo, porque creí que no me comprenderías.
  • Ya te tengo dicho que no debo casarme ni contigo ni con otro menos.
  • La muerte la alumbra a una, y yo te digo que tu señor volverá contigo.
  • Troné contigo cuando siendo viuda tuviste aquello con el doctor Pajares.
  • Si yo no estuviera casado contigo, me consagraría por entero a la vida religiosa.
  • No me quiero meter en discusiones contigo, porque saldría con las manos en la cabeza.
  • Pero Rubín repitió el me caso contigo tan solemnemente, que Fortunata lo empezó a creer.
  • Así, a boca de jarro, de que me iba a casar contigo, ¡me corrió un frío por todo el espinazo.
  • Yo tenía contigo una deuda del corazón, y el cariño que te debía me pesaba en la conciencia.
  • Me encargó que tuviera cuidado contigo, y que si te movías de la cocina, te diera dos coscorrones.
  • ¡Ah!, ya conoce el muy pillo lo que has hecho por él, y no quiere estar con nadie más que contigo.
  • Por grandes que sean sus resentimientos, chica, creo que en cuanto le hablen de volver contigo, se le hace la boca agua.
  • ¡Qué risa! Lo que me daba más miedo cuando mi madre me habló de casarme, fue el compromiso en que estaba de hablar contigo.
  • Dice que las Samaniegas están trinando contigo, y que la viejona aquella, doña Casta, no parará hasta no verte en el modelo.
  • Pero ven acá, pillo dijo secándose las lágrimas que la risa había hecho brotar de sus ojos, si contigo no valen buenos medios.
  • Agora quiero yo usar contigo de una liberalidad, y es que ambos comamos este racimo de uvas, y que hayas dél tanta parte como yo.
  • No, por de pronto sigue ahí, es lo mejor, y dentro de unos días Bautista irá a ver a doña Águeda y a decirla que se casa contigo.
  • Y por la santidad que tengo entre mí, te digo que si el marido de la señorita se quiere volver contigo y le recibes, no pecas, no pecas.
  • ¡Y había infames, pensó Ana, que querían acabar con aquello! ¡Oh, no, no, yo no! Contigo, Virgen santa, siempre contigo, siempre a tus pies.
  • Pues yo te digo, Gabrielillo, que me confieso contigo, y que te voy a decir mis pecados, y cuenta con que Dios me está oyendo detrás de ti, y que me va a perdonar.
  • Soy infinitamente misericordioso contigo, dándote un bien que no mereces, deparándote un marido honrado y que te adora, y todavía refunfuñas y pides más, más, más.
  • Fíjate bien en una cosa, y es que doña Lupe la de los Pavos, que es la persona de más entendimiento en toda esa familia, no se ha de llevar mal contigo, si tienes tacto.
  • Supongamos que al poco tiempo de vivir con Maximiliano, encuentras que el muchacho se porta bien contigo, vas viendo sus buenas cualidades, que se manifiestan en todos los actos de la vida, y supongamos también que le vas teniendo algún cariño.
  • Mauricia, amiga de mi alma, ven y las dos juntas nos contaremos nuestras penas, hablaremos de cuando nos querían nuestros hombres, y de lo que nos decían cuando nos arrullaban, y luego beberemos aguardiente las dos, porque yo también quiero el aguardientito, como tú, que estás en la gloria, y lo beberé contigo para que se me duerman mis penas, sí, para que se me emborrachen mis penas.