Ejemplos de oraciones con la palabra curiosidad

Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "curiosidad" aquí tienes una selección de 100 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.

En cada una de las frases aparece resaltada la palabra curiosidad para que la puedas detectar fácilmente.

Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.

• Pero la curiosidad.
• Por curiosidad, claro.
• Por fin, la pícara curiosidad.
  
• Me vas a satisfacer una curiosidad.
• Esta curiosidad me quema la sangre.
• Miraba con una curiosidad redoblada.
• Ana fue objeto de curiosidad general.
• Esta curiosidad por sorprender la vida.
• Preguntó la viuda con curiosidad ansiosa.
• Pero la fe es una cosa y la curiosidad otra.
• ¡Yo! Aunque no sea más que por curiosidad.
• Pero su curiosidad tuvo un final inesperado.
• Pero la curiosidad de Jacinta le desagradaba ya.
• Fermín, resignado, le oía con gran curiosidad.
• Si esto no es más que curiosidad, pura curiosidad.
• La curiosidad pudo más que nada y Fortunata miró.
• Su curiosidad femenil se excitó al fijarse en él.
• Con gran curiosidad leí la carta, que decía así.
• Sentía una inmensa curiosidad y cierta envidia vaga.
• Pero la curiosidad no disminuía, antes bien aumentaba.
• Como sentía gran curiosidad, quise marcharme en seguida.
• Las mujeres salían a sus puertas movidas de la curiosidad.
• ¡Verla yo! Sólo por curiosidad he querido saber lo que sé.
• Madrid seguía inmóvil, sin curiosidad, sin deseo de cambio.
• Patricia le dijo su ama, afectando una curiosidad indiferente.
• Vivir con una persona decente despertaba un poco su curiosidad.
  
• El pueblo ocupaba el sitio infalible que la curiosidad dispone.
• Los dos recorren las calles llevados de una curiosidad natural.
• Había preguntado doña Lupe a Nicolás con vivísima curiosidad.
• Las otras dos tiorras miraron a la joven con descarada curiosidad.
• Preguntó el Delfín que sentía el ardor de una curiosidad febril.
• Hízole otras mil preguntas para aplacar su ardentísima curiosidad.
• El Magistral miraba al médico con gran curiosidad y algo de asombro.
• Por satisfacer mi curiosidad, pregunté al grumete que tenía al lado.
• Ya el día anterior había despertado su curiosidad hermosura tan expresiva.
• Y no vio en él como otras veces, curiosidad estúpida, ni envidia ni malicia.
• ¡Un señorito! decían aquellos pequeños salvajes, con una curiosidad inmensa.
• Y la vieja, después de mirarle con curiosidad, siguió barriendo las escaleras.
• Preguntó Jacinta vivamente, y la curiosidad le alivió por un instante el miedo.
• La curiosidad del animalito interrumpía la audición, que era ya bastante penosa.
• Tenía los ojos cargados de una curiosidad maliciosa más irritada que satisfecha.
• Era la curiosidad, la expectación hostil que inspiran siempre los recién llegados.
• Pero tenía curiosidad por conocer a la familia, y fué una tarde con Julio a verla.
• Se miraba el espectáculo generalmente con curiosidad burlona, con algo de desprecio.
• Vamos a ver, Quintanar preguntó la Marquesa con verdadero interés y mucha curiosidad.
• Recordaba también las palabras de envidia, las miradas de curiosidad de doña Águeda (q.
• Después, como mi amo, impulsado por su gran curiosidad, le pidiese noticias, ella le dijo.
• Esta es la primera ley que promulga la curiosidad antes de ponerse a oficiar de inquisidora.
• Los más pacíficos huían por las sendas, volviendo atrás la cabeza con malsana curiosidad.
• Sentía el herido á un mismo tiempo el impulso de la curiosidad y el miedo á ver demasiado.
• Tan preocupado estaba con sus tierras, que apenas si se fijó en la curiosidad de los vecinos.
  
• Guillermina, movida de gran curiosidad, se sentó, y tomándole una mano, le dijo en voz queda.
• Pepeta, apoyada en el lomo de su vaca, les veía avanzar, poseída cada vez de mayor curiosidad.
• La pieza no era un modelo de curiosidad y delataba el desorden de una casa donde falta dirección.
• Repuso éste evasivamente, mientras el capellán le miraba con interés rayano en viva curiosidad.
• Su mujer trataba de reconocerle, echando en él la sonda de la curiosidad cuyo plomo eran los celos.
• La curiosidad y el deseo de dar el último adiós a su amiga empujaron a Fortunata hacia la escalera.
• Después empezó a dar noticias de la familia y amigos, las cuales oía Fortunata con gran curiosidad.
• Y si hay una molestia o un peligro para satisfacer mi curiosidad, no tengo inconveniente en afrontarlo.
• Santa Cruz no estaba en el caso de que le mortificara la curiosidad, porque Jacinta era la pureza misma.
• Aunque la curiosidad le quemaba las entrañas, aguantaba la comezón y se contentaba con sus conjeturas.
• No se había despertado en él ningún afán grande ni esa curiosidad sedienta de que sale la sabiduría.
• En seguida voy al café dijo el modelo, mostrando varios paquetes a su amigo, que los miraba con curiosidad.
• Empezó por asegurarse de la curiosidad de Papitos, echando la llave a la puerta después de encender la luz.
• Pero, ¿qué es la curiosidad digo yo para defenderme sino el deseo de saber, de comprender lo que se ignora?
• Y viéndoles ir por el callejón adelante, una idea o más bien sospecha encendió en él vivísima curiosidad.
• Cuando cayó el telón, quedó con gran curiosidad y deseó saber en qué paraba la apuesta de don Juan y Mejía.
• La multitud se arremolinó, movida por el regocijo, y exclamaciones de alegre curiosidad salieron de muchas bocas.
• La fama de hermosa que gozaba y el verla en el teatro de tarde en tarde, explicaba, en parte, la curiosidad general.
• Fortunata siguió inquiriendo con molesta curiosidad todo lo que quería saber respecto a la intimidad de los esposos.
• Pero no tenía gran curiosidad, y no hubiese ido por allí a no aconsejarme mi madre que fuera, aunque por otra causa.
• Estaba en el teatro, pero en un entreacto se le ocurrió salir a satisfacer una curiosidad intensa que había sentido.
• , decírselo también a mi amita, contándole la grandiosa escena, y excitando su atención, su curiosidad, su interés.
• Un texto desdeñado de puro sabido vuelve a interesar cuando la memoria principia a perderle y la curiosidad se estimula.
• Muchos vecinos ya esperaban con curiosidad maliciosa la hora del alboroto y salían a los balcones a presenciar la escena.
• Don Basilio estuvo vacilando entre su conciencia, que le exigía callar, y el deseo de satisfacer la curiosidad de sus amigos.
  
• Doña Silvia no había podido resistir la curiosidad y se plantó en la casa el mismo día en que la novia salió del convento.
• Miraba todo con la curiosidad alborozada que las cosas más insignificantes inspiran a la persona salida de un largo cautiverio.
• Ana sorprendió alguna de aquellas miradas rápidas y compadeció al enamorado galán, sin tomar a mal su curiosidad indiscreta.
• Luisito solía ir contentísimo al cuarto de su hermano, observaba las maniobras de los gatos, miraba la calavera con curiosidad.
• Mirábale, y, sonriendo regocijadamente, le pasaba las manos por la cara, gorjeaba, se bababa, y miraba con curiosidad alrededor.
• Teresa gimoteaba tras el abanico, y doña Manuela, a pesar de su curiosidad, en fuerza de mirar a la plaza acabó por distraerse.
• Vi No se le cocía el pan a Barbarita hasta no aplacar su curiosidad viendo aquella alhaja que su hija le había comprado, un nieto.
• Con esto la curiosidad de doña Lupe se acaloraba más, y ya no podía tener sosiego hasta no meter su propia nariz en aquel guisado.
• Después de hablar del triste pasado, la curiosidad despierta de Rosario fué preguntando por todos los de allá, y acabó en Pepeta.
• La gente pasaba revista con una curiosidad no exenta de ternura a la fila de rocas, como si su presencia despertara gratos recuerdos.
• Martín presenció todas estas maniobras con una curiosidad creciente, hubiera dado cualquier cosa por entrar, pero no tenía dinero.
• Sentía curiosidad por saber la organización del hospital y averiguar por dónde se filtraba el dinero consignado por la Diputación.
• La confusión y curiosidad del anciano llegaron al colmo cuando Barbarita, al subir la escalera de la casa, le dijo con cierto misterio.
• No había más que el impulso físico, y lo poco que de espiritual había en ello, engañábase a sí mismo creyéndose simple curiosidad.
• ¡Buen par de chiflados estáis los dos! dijo para sí Don Evaristo mirando con curiosidad el portillo que en la dentadura tenía Refugio.
• El Delfín, después de satisfacer la curiosidad de su amigo, hízole a su vez preguntas acerca de la vecindad de aquella casa en que estaba.
• Pero lo que mayormente excitó la curiosidad de ambas señoras fue un gran tablero que en el centro de la estancia había, cogiéndola casi toda.
• Y en el momento que tal habló arrepintiose de ello, porque lo que deseaba saber, si picaba mucho en curiosidad, también le picaba algo el pudor.
• Mas tanto la apremiaron la curiosidad y el enojo, que no pudo menos de personarse, pasito a paso, en la sala, y decir a Fortunata, con voz oprimida.
• Halló caras conocidas y amigas, caras desconocidas y repugnantes, y a todas pidió noticias, buscando remedio al tifus de curiosidad que le consumía.
• La doncella ardía de curiosidad, aventuraba algunos pasos de puntillas hacia la glorieta, esquivando tropezar con las hojas secas para no hacer ruido.
• VIII UNA FÓRMULA DE LA VIDA EL año siguiente, el cuarto de carrera, había para los alumnos, y sobre todo para Andrés Hurtado, un motivo de curiosidad.
• Eran tarjetas de felicitación, que se amontonaban en el velador de la antesala, y sobre las cuales se abalanzaban las dos hermanas, ávidas de curiosidad.
• Doña Bárbara se acuerda de haber visto el primer billete que llevaron a la tienda como un objeto de curiosidad, y todos convinieron en que era mejor una onza.