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Ejemplos de oraciones con la palabra deleite

Lista de frases en las cuales se puede ver cómo se usa la palabra deleite en el contexto de una oración.

Término deleite: Frases

Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "deleite" aquí tienes una selección de 24 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.

En cada una de las frases aparece resaltada la palabra deleite para que la puedas detectar fácilmente.

Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.

  • Leía con deleite los Caracteres de La Bruyère.
  • Las saca uno del purgatorio del deleite y allá se van otra vez.
  • Leyó con deleite aquella página, no recreándose en el estilo, sino en los recuerdos.
  • Unas, desengañadas de la poca sustancia que se saca al deleite, se quedan allí para siempre.
  • A mí no me pareció mal la moza para el deleite, y lo otro la comodidad de hallármela en casa.
  • Es mía pensó don Álvaro con deleite superior al que él mismo esperaba en el día del triunfo.
  • En efecto, su discurso, que escuchaban con deleite curas y damas, se ahogó sin que nadie lo echase de menos.
  • El oír con deleite, como oía, aquella música insinuante, ya era molicie, ya era placer sensual, peligroso.
  • La marquesa de Vegallana, que leía libros escandalosos con singular deleite, condenó los versos por mojigatos.
  • Era el desfallecimiento de aquel deleite que él llamaba moral, pero que le llegaba a los huesos en forma de soplo caliente.
  • Y fue un motín general del alma, que hubiera asustado al Magistral de haberlo visto, lo que la Regenta sintió con deleite dentro de sí.
  • Búsquelo usted primero con h dijo Ronzal con voz de trueno a Joaquinito, que había tomado a su cargo, con deleite, la tarea de aplastar al de Pernueces.
  • No estaba borracho, pero se sentía mal y a su pesar encontraba cierto deleite en oír aquellas escenas escandalosas que en otra ocasión le hubieran indignado.
  • Pero no se atrevía a interrumpir la sobremesa, y menos ahora que se entregaban al deleite de encender algún pitillo y murmurar de las personas más señaladas en el país.
  • Leopoldo Montes, cesante eterno, Relimpio, y otros que tenían entre los dientes alguna piltrafa del presupuesto, se arrojaban con deleite famélico sobre aquel tema picante.
  • No creas que lo hago a escondidas de la Superiora, pues acaba de autorizarme para darte esta golosina, siempre que sea en la medida que separa la necesidad del apetito y el remedio del deleite.
  • Por la mañana, mientras Barbarita y Plácido andaban por esas calles de tienda en tienda, entregados al deleite de las compras precursoras de Navidad, Jacinta salió acompañada de Guillermina.
  • Y como la historia ha de atreverse a decirlo todo, según manda Tácito, sépase que Anita, casta por vigor del temperamento, encontraba exquisito deleite en verificar la justicia de aquellas alabanzas.
  • Pero al despertar, como una neblina de incienso bien oliente envolvían su voluptuoso amanecer del alma aquellas dulces alabanzas de tantos labios condensadas en una sola, y con deleite saboreaba Ana aquel perfume.
  • Yo por bien tengo que cosas tan señaladas, y por ventura nunca oídas ni vistas, vengan a noticia de muchos y no se entierren en la sepultura del olvido, pues podría ser que alguno que las lea halle algo que le agrade, y a los que no ahondaren tanto los deleite.
  • (En aquel momento se figuraba la Regenta como una Babilonia aquella Vetusta que le pareciera siempre tan pequeña, tan monótona y triste.) Ella que había leído a San Agustín ¿no recordaba que el santo Obispo gustaba de la música religiosa, no por el deleite de los sentidos, sino porque elevaba el alma?
  • Segura de no ser vencida por la fuerza, enamorada a su modo del señorito, sobre todo por su audacia, acostumbrada a tales devaneos mudos, gimnásticos, callaba, forcejeaba, mordía con deleite, magullaba con voluptuosidad bárbara, y encontraba placer de salvaje en el martirio de mis sentidos, que tocaban su presa, y se sentían dominados por ella.
  • Pero él ¡con qué deleite hubiera saboreado el primer silbido del tordo, el arrullo voluptuoso de las tórtolas, el monótono ritmo de la codorniz, el chas, chas cacofónico, dulce al cazador, de la perdiz huraña! No se recuerda quién, pero él piensa que Anita, se atrevió a manifestar el deseo de una separación en cuanto al tálamo quo ad thorum.
  • Y viendo como veía un peligro, y desde luego una imprudencia en hablar así con don Álvaro, en mirarle con deleite que no se ocultaba, en alabarle y abrirle el arca secreta de los deseos y los gustos, no se arrepentía de nada de esto, y se dejaba resbalar, gozándose en caer, como si aquel placer fuese una venganza de antiguas injusticias sociales, de bromas pesadas de la suerte, y sobre todo de la estupidez vetustense que condenaba toda vida que no fuese la monótona, sosa y necia de los insípidos vecinos de la Encimada y la Colonia.