Palabras

Ejemplos de oraciones con la palabra diesen

Lista de frases en las cuales se puede ver cómo se usa la palabra diesen en el contexto de una oración.

Término diesen: Frases

Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "diesen" aquí tienes una selección de 15 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.

En cada una de las frases aparece resaltada la palabra diesen para que la puedas detectar fácilmente.

Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.

  • Ordenaron que nos diesen sustancias y pistos.
  • Introduje que no diesen nada sin prenda primero.
  • El demandador, como pudo, dijo que le diesen su cajilla.
  • Díjoles que me la diesen para que la aceptase, y fuese.
  • Avisé de dónde y cómo quedaba y que hasta que me diesen licencia no los vería.
  • Dieron las diez, y yo dije que era plazo de cierto martelo y que, así, me diesen licencia.
  • Apenas se reirían si porque vengo de los Pazos me diesen de buenas a primeras gato por liebre.
  • La mañana del miércoles nos encontrábamos ya a bastante distancia del pontón para no temer que diesen con nosotros.
  • Estos últimos han sido terribles y no he cesado de pedir a la Virgen Santísima y a su Hijo que me diesen fuerzas para ver claro en mi porvenir.
  • Pero los aldeanos, que no entienden de agnaciones, hechos a que los Pazos de Ulloa diesen nombre al título, siguieron llamando marqueses a los dueños de la gran huronera.
  • En la parte del corredor que había de recorrer el Viático, mandó que se pusieran las niñas que lucían pañuelo de talle, y como no tuvieran velas, ordenó que se les diesen.
  • Y con una paciencia de bestia sumisa esperaba que le diesen por las verduras el dinero que se había fijado en sus complicados cálculos, para mantener á Tòni y llevar la casa adelante.
  • Lo peor era que, con razón o sin ella, pero no sin que las apariencias diesen motivo para las hablillas, se decía que el Magistral quería seducir, y en camino estaba, nada menos que a la Regenta.
  • Quité el cuerno al porquero, el cual, ya que dormían los otros, no había hacerle callar, diciendo que le diesen su cuerno, porque no había habido jamás quien supiese en él más tonadas y que le quería tañer con el órgano.
  • ¡Quién dirá lo que yo sentía, lo uno con la vergüenza, descoyuntado un dedo y a peligro de que me diesen garrote! Al fin, de miedo de que me le diesen, que ya me tenían los cordeles en los muslos, hice que había vuelto, y por presto que lo hice, como los bellacos iban con malicia, ya me habían hecho dos dedos de señal en cada pierna.