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Ejemplos de oraciones con la palabra diestra

Lista de frases en las cuales se puede ver cómo se usa la palabra diestra en el contexto de una oración.

Término diestra: Frases

Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "diestra" aquí tienes una selección de 21 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.

En cada una de las frases aparece resaltada la palabra diestra para que la puedas detectar fácilmente.

Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.

  • En la diestra columpiaba un manojo de llaves.
  • Nucha respiró de nuevo, llevándose la diestra a la garganta, que sin duda le oprimía el consabido ahogo.
  • El Tuerto empuñó una especie de tralla, que, manejada por diestra vigorosa, debía ser de terrible efecto.
  • Nucha permanecía indecisa, recogiendo el vestido con la diestra, sin soltar de la otra el saquillo de viaje.
  • El velón, oscilando más y más en su diestra trémula, proyectaba en las paredes caleadas extravagantes manchones de sombra.
  • , y salían de la barraca, besando antes la diestra escamosa de don Joaquín y repitiendo todos de corrido al pasar junto á él.
  • Y después de depositar otro beso, por propia iniciativa, en la frente de Ana, salió de la alcoba con la palmatoria en la diestra mano.
  • Como el viento era flojo, los barcos de diversa andadura y la tripulación poco diestra, la nueva línea no pudo formarse ni con rapidez ni con precisión.
  • Y así se mantuvo inmóvil, sin atreverse a retraer aquella diestra pecadora y cargada de botín al seguro rincón del seno, donde almacenaba siempre sus latrocinios.
  • Blandía en la diestra un plumero enorme, y parecía una guapísima criada de servir, semejanza que lejos de repeler al marqués, le hizo hervir la sangre con mayor ímpetu.
  • Cuando el padre se retiraba ya, murmurando Adiós, Nuchiña, hija querida, la novia le asió la diestra y se la besó humildemente, con labios secos, abrasados de calentura.
  • En torno á cada caballería cuya venta se estaba ajustando se formaban grupos de gesticulantes y parlanchines labriegos en mangas de camisa, con una vara de fresno en la diestra.
  • Noé, encorvado como un arco, apoyado convulsivamente en su bastoncillo, enseñaba el palomo que llevaba en su diestra a aquella muchedumbre que reía locamente ante esta caricatura de la vejez.
  • Nosotros, con gente en gran parte menos diestra, con armamento imperfecto y mandados por un jefe que descontenta a todos, podríamos, sin embargo, hacer la guerra a la defensiva dentro de la bahía.
  • Enumerar los rizos, moñas, lazos, trapos, adobos, bermellones, aguas y demás extraños cuerpos que concurrían a la grande obra de su monumental restauración, fatigaría la más diestra fantasía.
  • Luego, tendiéndole un brazo por el hombro, doblando su cabeza hasta casi darle en éste con ella y cojiéndole con la otra mano, con la diestra, de su diestra, se fué lentamente, así apoyada en él y gimoteando.
  • Al pasar ella por segunda vez, quedó como encantado, con una pierna de cordero en la diestra sin dársela á su panzudo patrón, que en vano la esperaba, y el cual, soltando un taco redondo, llegó á amenazarle con su cuchilla.
  • Lo era hasta en el modo de ayudar a Nucha a bajarse de la borrica, en la naturalidad galante con que le ofreció no el brazo, sino, a la antigua usanza, dos dedos de la mano izquierda para que en ellos apoyase la palma de su diestra la señora de Ulloa.
  • Pintón coronado de verdes culebrones, con la roja horquilla en la diestra, y a sus pies, asomando entre guirnaldas de llamas y serpientes, los Pecados capitales, horribles carátulas con lacias y apolilladas greñas, que asustaban a los chicuelos y hacían reír a los grandes.
  • Julián pasaba la revista con especial devoción, puesto que el patrón de Naya era el suyo mismo, el bienaventurado San Julián, que allí estaba en el altar mayor con su carita inocentona, su estática sonrisilla, su chupa y calzón corto, su paloma blanca en la diestra, y la siniestra delicadamente apoyada en la chorrera de la camisola.
  • Atravesando la cocina, colóse en la habitación baja donde despachaba Primitivo, y empujando la puerta, le vio sentado ante una gran mesa antigua, sobre la cual se encrespaba un maremágnum de papelotes cubiertos de cifras engarrapatadas, de apuntes escritos con letra jorobada y escabrosa, por mano que no debía ser diestra ni aun en palotes.