Palabras

Ejemplos de oraciones con la palabra durmiendo

Lista de frases en las cuales se puede ver cómo se usa la palabra durmiendo en el contexto de una oración.

Término durmiendo: Frases

Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "durmiendo" aquí tienes una selección de 27 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.

En cada una de las frases aparece resaltada la palabra durmiendo para que la puedas detectar fácilmente.

Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.

  • Y el rey estaba durmiendo.
  • Con que ahora siga usted durmiendo.
  • Dígame usted, ¿está durmiendo ahora?
  • Porque el ama durmiendo es lo mismo que si estuviese muerta.
  • , ¡y durmiendo como una santa de Dios! ¿Pero roncar, no roncaba?
  • Cuando se asome el carcelero podrá creer que sigo aquí durmiendo.
  • ¿Pero usted cree que por allá hay alguien que se esté durmiendo hasta el medio día?
  • Están siempre igualmente tristes, igualmente severas, durmiendo, envueltas en la bruma.
  • Tú, como te estás durmiendo hasta las once de la mañana, no te acuerdas del que madruga.
  • Que venga mi sobrino inmediatamente, y si está durmiendo, encargue usted a Papitos que le despierte.
  • Mozo eres, no me espanto que hagas algunas travesuras, sin mirar que, durmiendo, caminamos a la güesa.
  • Estando en casa, tendrías que ir en el carro a llevar vino, durmiendo mal y trabajando como los machos.
  • Haga usted la prueba, sólo por gusto, de aquillotrarme algunas cosas de las que Primitivo maneja durmiendo.
  • A su lado estaba, durmiendo con plácido sueño, el recién venido personaje, cuyas precoces gracias quería mostrar a su amigo.
  • A pesar de esto, Fortunata se ponía tan nerviosa que no podía pegar los ojos en toda la noche, durmiendo algunos ratos de día.
  • Pero se estuvo durmiendo toda la mañana del 23, por lo que pudo Jacinta dar otro salto, acompañada de Rafaela, a la calle de Mira el Río.
  • Considerábase como si hubiera estado durmiendo hasta el momento en que su destino le puso delante la mujer aquella y el problema de la redención.
  • Su antigua vida parecíale la existencia soñolienta de una bestia amarrada a la estaca, rumiando la comida o durmiendo, sin noción alguna de un más allá.
  • Buscando ayuda, tomaba criados, que le robaban trabajando poco, y finalmente los despedía, al sorprenderles durmiendo dentro del establo en las horas de sol.
  • Vino mi amo y como me halló durmiendo y no sabía la asquerosa aventura, enojóse y comenzó a darme repelones con tanta prisa, que a dos más, despierto calvo.
  • Se sale de trapillo, se recorre la parte nueva, la calle del Comercio, la plaza del Pan, que tiene soportales, aunque muy estrechos, el boulevard un poco más tarde, cuando ya está durmiendo la chusma.
  • Pues estando una noche desvelado en este pensamiento, pensando como me podría valer y aprovecharme del arcaz, sentí que mi amo dormía, porque lo mostraba con roncar y en unos resoplidos grandes que daba cuando estaba durmiendo.
  • Y una tarde salió el picador de entre un montón de banastas donde estaba durmiendo la siesta, todo lleno de plumas, y llegándose a mí me echó la zarpa, quiero decir, que me dio la manaza y yo se la tomé, y me convidó a unas copas, y acepté y bebimos.
  • Le dolía verle revolcarse constantemente en el lodo del patio, pasarse el día hundido en el estiércol de las cuadras, jugando con los becerros, mamando del pezón de las vacas leche caliente o durmiendo en el pesebre, entre la hierba destinada al pienso de la borrica.
  • Pero el asesino vagó como un loco por la huerta, huyendo de las gentes, tendiéndose detrás de los ribazos, agazapándose bajo los puentecillos, escapando á través de los campos, asustado por el ladrido de los perros, hasta que al día siguiente lo sorprendió la Guardia civil durmiendo en un pajar.
  • En unos cuantos años de fatigosa peregrinación por las carreteras de la provincia, comiendo mal, durmiendo al raso y sufriendo el tormento de pasar meses enteros lejos de la familia, á la que adoraba con el afecto reconcentrado de hombre rudo y silencioso, Batiste sólo experimentó pérdidas y vió su situación cada vez más comprometida.
  • Quisieron mis hados, o por mejor decir mis pecados, que una noche que estaba durmiendo, la llave se me puso en la boca, que abierta debía tener, de tal manera y postura, que el aire y resoplo que yo durmiendo echaba salía por lo hueco de la llave, que de cañuto era, y silbaba, según mi desastre quiso, muy recio, de tal manera que el sobresaltado de mi amo lo oyó y creyó sin duda ser el silbo de la culebra.