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Ejemplos de oraciones con la palabra enemigo

Lista de frases en las cuales se puede ver cómo se usa la palabra enemigo en el contexto de una oración.

Término enemigo: Frases

Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "enemigo" aquí tienes una selección de 100 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.

En cada una de las frases aparece resaltada la palabra enemigo para que la puedas detectar fácilmente.

Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.

  • Entró el enemigo.
  • El enemigo en puerta.
  • Aquel era el enemigo.
  • ¿quién es tu enemigo?
  • Allí estaba el enemigo.
  • El enemigo estaba desarmado.
  • Interrumpió el enemigo del clero.
  • Eso es ser enemigo de la Humanidad.
  • Me chocó ver a mi enemigo de cerca.
  • Al enemigo que huye, puente de plata.
  • ¿Ya está otra vez suelto el enemigo?
  • Vamos, usted se me ha pasado al enemigo.
  • ¡Si por acaso el enemigo se le aparecía.
  • Aquel don Álvaro era un enemigo de su hijo.
  • Apenas recobró la vista, buscó á su enemigo.
  • En la vida, paciencia para vengarse del enemigo.
  • Que era dignidad! ¡Siempre el enemigo triunfante!
  • Era el demonio, era el poderoso enemigo de Jesús.
  • Bien sabía cuál era el flanco débil del enemigo.
  • El miedo, el pícaro miedo era su principal enemigo.
  • Por un instante el humo me quitó la vista del enemigo.
  • Los republicanitos tenían en él un enemigo formidable.
  • O se apoderaban del enemigo, o no eran ellas quienes eran.
  • Figurábase que su enemigo estaba escondido tras un pilar.
  • Pimentó era un embustero y además su enemigo implacable.
  • Ninguna luz nos indicaba la presencia de un buque enemigo.
  • Pensar, pensar en el enemigo, gozar con recuerdos vitandos.
  • El pueblo es así, sumamente ejecutivo y enemigo de trámites.
  • El sol avanzaba hacia el zenit, y el enemigo estaba ya encima.
  • ¿Era esa razón suficiente para salir con el enemigo al campo?
  • A don Víctor se le saltaron las lágrimas al ver a su enemigo.
  • Era el de Mourelo el más cordial enemigo que tenía el Provisor.
  • Tenía miedo del aire libre, quería un refugio, todo era enemigo.
  • Porque aquel era el enemigo, sí, don Fermín volvía a sospecharlo.
  • Esto le enfurecía más aún que si el enemigo se hubiera presentado.
  • Y No peace beyond the line (Todo es enemigo más allá de la línea).
  • Pero el enemigo era fuerte, mucho más de lo que ella había creído.
  • No era fácil que mi enemigo me cogiese desprevenido como la otra vez.
  • Le veía triunfante abusar tal vez de la victoria, humillar al enemigo.
  • Subieron, de puntillas, dispuestos a intentar un ataque contra el enemigo.
  • Era enemigo de lo violento y de lo exaltado, perezoso, tranquilo, comodón.
  • Aquella virtud como el Cid, ahuyentaba al enemigo después de muerta acaso.
  • Este don Custodio era un enemigo doméstico, un beneficiado de la oposición.
  • Si echo a ese enemigo, no encuentro quien me guise ni quien venga a servirme.
  • El enemigo era más fuerte, pero a ella le quedaba aquel reducto inexpugnable.
  • Antes que ella quisiera, Ana sintió sus dedos entre los del enemigo tentador.
  • El mismísimo enemigo malo, ¡Dios me perdone! No le tenga lástima, señorita.
  • Machín, nuestro enemigo, se convertía en nuestro protector y nuestro pariente.
  • Era enemigo de dar nombres a las cosas, sobre todo a las difíciles de bautizar.
  • Sociable y tolerante, había logrado no tener un solo enemigo entre sus compañeros.
  • ¡Qué humanidad, Dios mío! El hombre honrado no tiene defensa contra tanto enemigo.
  • ¡Y ya me las pagará! Pero usted, le aborrece por aquello de ¿quién es tu enemigo?
  • Nuestro comandante mandó meter sobre estribor para atacar al abordaje al buque enemigo.
  • Veía su virtud y su casa bloqueadas, y acababa de ver al enemigo asomar por una brecha.
  • El Provisor no sospechaba que don Álvaro pudiera ser el enemigo tentador de la Regenta.
  • Si el enemigo se presenta a barlovento y nos ataca, debemos esperarle en línea de batalla.
  • Atribuía supersticiosamente al plastón gran parte en las victorias de amor de su enemigo.
  • Malicioso, y enemigo de los curas, porque así creía probar su liberalismo con poco trabajo.
  • Al saber luego que yo había desaparecido, comprendieron el plan del poderoso enemigo nuestro.
  • ¡Se parece a tu enemigo! repitió Maxi, volviendo a la idea que le había excitado ligeramente.
  • Hurtado era enemigo de la burguesía, Montaner partidario de la clase rica y de la aristocracia.
  • Ya estaban dispuestos los grupos, cuando oímos juramentos españoles a bordo del buque enemigo.
  • Para un perezoso enemigo de la ropa limpia y del agua, la pulcritud es un tormento, un imposible.
  • Don Fermín como un amigo protector, el otro como un enemigo de su honra, pero amante de su belleza.
  • Pero convenía suponerlo, para cargar el delito a la cuenta de los muchos que atribuían al enemigo.
  • El ex alabardero era enemigo del materialismo de las hipotecas con seguridad legal y rédito prudente.
  • Y al decir esto miró al vendedor con tanta indignación como si fuese un enemigo del sosiego público.
  • También los vimos españoles y franceses, unos desarbolados, otros remolcados por algún barco enemigo.
  • Era el enemigo natural de Don Saturnino Bermúdez en materia de monumentos históricos y ornato público.
  • ¡seor ciruelo! Déjese usted de insultos y explique por qué he de ser yo enemigo personal del Provisor.
  • Este movimiento de la huerta hacia la barraca de su enemigo era una prueba de que Pimentó se hallaba grave.
  • Rendido el Bucentauro, todo el fuego enemigo se dirigió contra nuestro navío, cuya pérdida era ya segura.
  • Instintivamente se agachó, queriendo confundirse con la lobreguez del suelo, no presentar blanco al enemigo.
  • ¡El mundo entero! gritó don Santos Barinaga, que siempre acudía a maldecir de su mortal enemigo el Provisor.
  • ¡Oh! ¡sí! aquella tentación fuerte, prometiendo encantos, placeres desconocidos, era un enemigo digno de ella.
  • Sobre todo, cuando sus pies se enredaban en redes sutiles que le tendía un enemigo, ¿quién le libraba de ellas?
  • Los dos carlistas exaltados comprendían que Garmendia era su enemigo, y uno de ellos dijo una vez, amenazadoramente.
  • Saludó con su aire grave, con aquel aire de gentleman que tanto le envidiaba Trabuco, su admirador y mortal enemigo.
  • Ya sabe usted que yo, en general, soy enemigo de las preocupaciones que toman por religión muchos espíritus apocados.
  • Llegó Nicolás Rubín a la mañanita siguiente, y Maxi le vio entrar como un enemigo más con quien tendría que batirse.
  • Ya no había tía, ni hermanos, ni familia, ni nada, y quien quiera que se le atravesase en su camino era declarado enemigo.
  • El barco enemigo se nos venía encima, lo cual me encabrilló (me alegró) el alma, porque así nos enredaríamos más pronto.
  • Julián murmuró una oración, desvióse aprisa, creyendo sentir bajo sus plantas el cuerpo de bronce de su formidable enemigo.
  • Al cabo levantó la faz, con el orgullo de un gran estratégico, seguro siempre de inventar algún ardid para burlar al enemigo.
  • Y él, inerme, sin poder defenderse de aquel enemigo que se desvanecía apenas intentaba revolverse contra él, cansado de sufrir.
  • No llegaba a más su audacia que a poner un gesto de vinagre de cuando en cuando, muy de tarde en tarde, al enemigo, al Magistral.
  • Ni el mismo don Fermín le tenía por enemigo, por más que varias veces había adivinado en él un rival en el dominio de Vetusta.
  • El elemento eclesiástico y el secular, de común acuerdo para librar a Vetusta del enemigo general, tramaban la ruina del monstruo.
  • ¡Morralón! ¡chodío! 11, sin añadir más á tales insultos, como si éstos sólo pudiesen ser aplicables al enemigo de la huerta.
  • La tropa, después de cañonear las trincheras carlistas, avanzaba, y el enemigo abandonaba sus posiciones refugiándose en los muros.
  • No sabía si era aquello un traje de Mefistófeles de ópera o el de cazador elegante, pero estaba el enemigo muy hermoso, muy hermoso.
  • ¡Hasta en latín sabe maldecir el pillastre!, pensó el padre, más satisfecho cada vez de los sacrificios que le costaba aquel enemigo.
  • No tenía el beneficiado la pretensión excesiva de coger para sí tan buen bocado, pero quería que a lo menos no se lo comiera su enemigo.
  • ¡Aquí de la Virgen! Pero ¡qué cosas! ¡Si María Santísima protegía ahora al enemigo! Esta idea extravagante no la podía echar de sí.
  • En el tiempo que medió de uno a otro disparo, la tripulación, que había podido observar el daño hecho al enemigo, redobló su entusiasmo.
  • Semejantes argumentos eran para él como sería para los poseedores de Gibraltar ver que les quisiera asaltar un enemigo armado con una caña.
  • Quedó inmóvil, con la cabeza baja y los ojos empañados por lágrimas de cólera mientras su brutal enemigo acababa de formular la denuncia.
  • Los amigos del valentón le daban broma al ver que después de las guindillas daba tientos al jarro, sin cuidarse de si su enemigo le imitaba.
  • Parecían sus opulentas cabelleras estandartes guerreros, no flotantes y victoriosos, sino enroscados y martirizados por las manos del enemigo.
  • Roguéle que me los dijese, y al punto, sacando de las faldriqueras un gran papel, me mostró pintado el fuerte del enemigo y el nuestro, y dijo.