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Ejemplos de oraciones con la palabra estudios

Lista de frases en las cuales se puede ver cómo se usa la palabra estudios en el contexto de una oración.

Término estudios: Frases

Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "estudios" aquí tienes una selección de 24 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.

En cada una de las frases aparece resaltada la palabra estudios para que la puedas detectar fácilmente.

Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.

  • ¿Y tus estudios, y tu carrera?
  • Bien dicen que ese Godoy es hombre sin estudios.
  • Y de los estudios físicos matemáticos había pasado a los filosóficos.
  • En los comienzos de aquella vida, Maximiliano abandonó mucho sus estudios.
  • Como que la Caña es el que hizo los primeros estudios del Registro fiscal.
  • No dejó el tráfico hasta que los estudios y la edad de Fermín lo exigieron.
  • La experiencia de la vida había despertado su afición a los estudios morales.
  • Los estudios de síntesis que hizo para la revista médica tuvieron gran éxito.
  • Hijo de un ganadero rico, pudo hacer sus estudios, que ya se verá qué estudios fueron, en la capital.
  • Ya se ve, con esos estudios que haces ahora en casa de los amigos, te habrás vuelto un pozo de ciencia.
  • Me han dicho que desde la separación está muy taciturno, muy dado a sus estudios, y que no se le conocen trapicheos ni distracciones.
  • Uno de ellos era un hombrecito bajito, cínico y rubio, que había llegado a olvidar sus estudios de cura y adquirido afición por la Medicina.
  • Antes soñaba con que su hijo fuese abogado, y ahora mira impasible cómo abandona los estudios y se entera con gusto de sus progresos en la equitación.
  • Nada, yo estoy satisfecho, y aunque creo que me lo merezco por mis estudios y por los servicios que he prestado en el confesonario, no he de tener orgullo.
  • De la puerta de la calle de los Estudios que daba a este patio, iban entrando muchachos jóvenes que, al encontrarse reunidos, se saludaban, reían y hablaban.
  • Al cabo de algún tiempo, no sólo tenía que hacer traducciones, sino estudios originales, casi siempre sobre datos y experiencias obtenidos por investigadores extranjeros.
  • Después le acompañaría a don Ciriaco en la derrota de Cádiz a Filipinas, y, tras este viaje de un año o año y medio, me quedaría en San Fernando para concluír mis estudios de náutica.
  • Apenas terminados los estudios académicos, verificose en Juanito un nuevo cambiazo, una segunda crisis de crecimiento, de esas que marcan el misterioso paso o transición de edades en el desarrollo individual.
  • Empezó Maximiliano sus estudios el 69, y su hermano y su tía le ponderaban lo bonita que era la Farmacia y lo mucho que con ella se ganaba, por ser muy caros los medicamentos y muy baratas las primeras materias.
  • Benítez, el joven de pocas palabras y muchos estudios, observador y taciturno, había permitido a su enferma, a la Regenta, que escribiera, si este ejercicio la distraía, a ciertas horas en que la aldea no ofrece ocupación mejor.
  • él iba lejos, muy lejos, llevado del sentimiento más que de la reflexión, y aunque no tenía base de estudios en qué apoyarse, pensaba en las causas que ordenan el universo e imprimen al mundo físico como al mundo moral movimiento solemne, regular y matemático.
  • Los temas más sutiles de Filosofía de la Historia y del Derecho, de Metafísica y de otras ciencias especulativas (pues aún no estaban de moda los estudios experimentales, ni el transformismo, ni Darwin, ni Haeckel eran para ellos, lo que para otros el trompo o la cometa.
  • Ya se ve, ¡un hombre sin estudios! Mi hermano el arcediano, que es partidario del príncipe Fernando, dice que ese señor Godoy es un alma de cántaro, y que no ha estudiado latín ni teología, pues todo su saber se reduce a tocar la y a conocer los veintidós modos de bailar la gavota.
  • La botica, los jaropes que él aborrecía, el miedo a equivocar las dosis, el pavor que le inspiraban las medicinas verdosas, creyendo que podían ser veneno (para don Víctor el veneno, a pesar de sus estudios físico químicos, siempre era verde o amarillo), las equivocaciones y torpezas de las criadas, las horas de hastío y silencio al pie del lecho de la enferma, las inquietudes naturales, el estar pendiente de las palabras de Somoza, el hablar con todos los que quisieran enterarse de la misma cosa, de los grados de la enfermedad.