Palabras

Ejemplos de oraciones con la palabra fantástico

Lista de frases en las cuales se puede ver cómo se usa la palabra fantástico en el contexto de una oración.

Término fantástico: Frases

Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "fantástico" aquí tienes una selección de 24 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.

En cada una de las frases aparece resaltada la palabra fantástico para que la puedas detectar fácilmente.

Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.

  • Rechacemos todo lo fantástico.
  • Francisco era muy fantástico, según su mujer.
  • En medio de la bruma parecía un inmenso y fantástico gusano de luz.
  • Otras veces se quejaba el idealismo fantástico del clérigo como una tórtola.
  • Era éste un cuarto fantástico, grande, con el techo artesonado, abierto en muchas partes.
  • ¿Te acuerdas de aquel baile fantástico que bailaban los Bufos que vinieron el año pasado?
  • Las cámaras situadas a popa eran un pequeño palacio por dentro, y por fuera una especie de fantástico alcázar.
  • Se trataba de alguna poesía o cuento fantástico que había mandado a cualquier periódico y que no acababa de salir.
  • Una porción de chimeneas, como tubos de órgano, le daban un aspecto fantástico, y otras en zig zags parecían brazos en flexión.
  • ¡Mira, Nelet! Y la señora permaneció algunos instantes contemplando el aspecto fantástico de la plaza con tan original iluminación.
  • Visita se sentó al piano y tocó la polka de Salacia, un baile fantástico de gran espectáculo que se representaba aquellas noches en Vetusta.
  • Las paredes eran como de carbonería, y en ciertos puntos habían recibido bofetadas de cal, por lo que resultaba un claro oscuro muy fantástico.
  • A la claridad lunar divisa por fin un monstruo de fantástico aspecto, pegando brincos prodigiosos, apareciendo y desapareciendo como una visión.
  • IX YURRUMENDI, EL FANTÁSTICO En mi tiempo, el muelle largo de Lúzaro, que en vascuence se llama Cay luce, no era tan ancho ni tan bien empedrado como ahora.
  • Toda la feria adquiría un aspecto fantástico alumbrada por las bengalas, que tan pronto la coloreaban de alegre rosa como daban a las personas un tinte lívido.
  • Dio dos o tres bufidos de cansancio sin soltar la cesta, y rompió a hablar en un castellano fantástico, ya que en casa de doña Manuela no era permitido otro lenguaje.
  • Como nunca pude satisfacer mi curiosidad, viendo de cerca aquellas formidables máquinas, yo me las representaba de un modo fantástico y absurdo, suponiéndolas llenas de misterios.
  • Yo, que, de muchacho, tenía cierto ascendiente sobre él, intentaba convencerle de que debía tomar aquel mundo fantástico como real, si quería, pero sin darle demasiada importancia.
  • Era el cómico alto, rubio aquella noche flexible, elegante y suelto, lucía buena pierna, y le sentaba de perlas el traje fantástico, con pretensiones de arqueológico, que ceñía su figura esbelta.
  • Estábamos dispuestos a hacer un esfuerzo supremo, cuando, con un enorme estupor, vimos la goleta de Machín, que venía, saliendo de las puntas, con el foque hinchado, como un cisne fantástico, rasando el agua.
  • Nuestra inclinación aventurera, en la cual latía ya la inquietud atávica del vasco, pudo aumentarse más oyendo las narraciones de Yurrumendi el piloto, el viejo y fantástico Yurrumendi, amigo y contertulio de Zelayeta padre.
  • Las nueve sería, cuando los tres entraban por el portal de la casa de corredor, y no fue poco su asombro al ver en el patio resplandor de hoguera y multitud de antorchas, cuyas movibles y rojizas llamas daban a la escena temeroso y fantástico aspecto.
  • Tales lecturas eran de fantástico efecto, particularmente al caer de las adustas tardes invernales, cuando la hoja seca de los árboles se arremolinaba danzando, y las nubes densas y algodonáceas pasaban lentamente ante los cristales de la ventana profunda.
  • Y después de aspirar ese perfume fantástico de un mundo desconocido que su familia parecía traerle entre los pliegues de sus ropas, el pobre muchacho volvía a la cama, para dormir tres horas más y emprender después el camino de la tienda, mientras la mamá y los hermanos roncaban su primer sueño con la fatiga propia de las noches de baile.