Palabras

Ejemplos de oraciones con la palabra finos

Lista de frases en las cuales se puede ver cómo se usa la palabra finos en el contexto de una oración.

Término finos: Frases

Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "finos" aquí tienes una selección de 18 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.

En cada una de las frases aparece resaltada la palabra finos para que la puedas detectar fácilmente.

Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.

  • Es una cadena de oro, compuesta de dos finos ramales juntos.
  • No sabía ella sentir con suavidad, no entendía de afectos finos, sublimes.
  • La frente pequeña, la boca, de labios finos, con una sonrisa entre irónica y amarga.
  • Abría la boca de labios finos y muy rojos, con gesto cómico sacaba más de lo preciso la lengua, húmeda y colorada.
  • Las figuras de los cromos finos y provocativos de la Marquesa reían con sus posturas de falsa gracia violentas y amaneradas.
  • Ana veía, sin poder remediarlo, unos dedos largos, finos, de cutis blanco, venas azules y uñas pulidas ovaladas y bien cortadas.
  • Y como no hay más que dos o tres sujetos finos y siempre les estás viendo, ¡qué peine!, acabas por encapricharte con alguno de ellos.
  • Las ruedas de un coche que corría muy lejos, la voz de un mercader ambulante que pregonaba a grito limpio paños de manos y encajes finos.
  • Estos eran muy finos, muy galantes con las de su clase, pero si no tenían dote se casaban con las hijas de los americanos y de los pasiegos ricos.
  • Pero a solas, don Álvaro se mesaba los rubios y finos cabellos ¡quién lo diría! se llamaba animal, bestia, bruto, como si no fuera todo lo mismo, y se decía.
  • La expresión amanerada del gesto anunciaba una idea fija petrificada en aquellos labios finos y en aquellos pómulos afilados, como gastados por el roce de besos devotos.
  • Recortaban cruelmente sus tiernos rabos mientras hablaban con los compradores, o aprisionaban sus finos tallos con el hilo, sin que les enterneciera el perfume que en son de protesta les arrojaban al rostro.
  • Los labios largos y delgados, finos, pálidos, parecían obligados a vivir comprimidos por la barba que tendía a subir, amenazando para la vejez, aún lejana, entablar relaciones con la punta de la nariz claudicante.
  • El otro se llamaba Pedernero y era del propio Ceuta, hijo de una oficiala del Fijo, joven y simpático, de modales mucho más finos que sus colegas, listo como un chorro de pólvora, y con un pico de oro que daba gusto.
  • Tendidos boca abajo, cubierto con un papel el cañón de la carabina a fin de que el olor de la pólvora no llegue a los finos órganos olfativos de la liebre, aplican el oído al suelo, y así se pasan a veces horas enteras.
  • Lo más que se le permitía era poner sobre el tablero de ajedrez que estaba en la vitrina de la ventana enrejada (entonces no había escaparates), todas las piezas de un juego, no de los más finos, a un lado las blancas, a otro las encarnadas.
  • Y recordaba máximas y aforismos religiosos que había oído al Magistral, sin penetrar su terrible severidad, aquel sentido lúgubre y hondo que no parecían tener en los labios finos, suaves, llenos de silbantes sonidos del pulquérrimo canónigo.
  • ¡Ah! ¡Si en vez de los cincuenta y pico tuviera él los años de aquel pazguato, cuánta guerra había de dar en el mundo! Al día siguiente, el señor Cuadros fue puntual A las tres de la tarde entraba en casa de doña Manuela, y se sorprendió agradablemente al ver que la señora estaba sola en el salón, vestida con la más elegante de sus batas y el rostro retocado con los más finos menjurjes del tocador de las niñas.