Palabras

Ejemplos de oraciones con la palabra inclinarse

Lista de frases en las cuales se puede ver cómo se usa la palabra inclinarse en el contexto de una oración.

Término inclinarse: Frases

Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "inclinarse" aquí tienes una selección de 10 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.

En cada una de las frases aparece resaltada la palabra inclinarse para que la puedas detectar fácilmente.

Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.

  • Interrumpió a la señora la aparición del Padre Nones, que no cabía por la puerta, y tuvo que inclinarse para poder entrar.
  • Don Álvaro tenía que inclinarse para que su aliento, al hablar, rozase blandamente la cabeza graciosa y pequeña de la dama.
  • Frígilis, si veía a su querida Ana detrás de los cristales, la saludaba con una sonrisa y volvía a inclinarse sobre la tierra.
  • Sólo el Provisor se contentó con sonreír, inclinarse y poner cara de santo que sufre por amor de Dios el escándalo de los oídos.
  • Empujábanse en la estrecha escalerilla, con las faldas recogidas entre las piernas para inclinarse y hundir su cántaro en el pequeño estanque.
  • El cuello robusto parecía más fuerte ahora por la tensión a que le obligaba la violencia de la postura, al inclinarse sobre el lavabo de mármol blanco.
  • Y mientras los soldados requerían su fusil para inclinarse al paso del Sacramento, la muchedumbre agitábase para ganar un palmo de terreno donde hincar las rodillas.
  • Batiste, al entrar en el estudi é inclinarse sobre la cama, se agitó con un estremecimiento de frío, algo así como si acabasen de soltarle un chorro de agua por la espalda.
  • Don Saturno, cortado y sospechando algo del motivo de aquella inesperada oposición, se contentó con inclinarse a lo Magistral y torcer la boca y las cejas de una manera inventada por él mismo frente al espejo.
  • Lo que hacía era aproximarse lo más que podía al balcón, ponerse en pie sobre los estribos, estirar el cuello y hablar bajo para que ella tuviese que inclinarse sobre la barandilla si quería oírle, que sí quería aquella tarde.