Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "levemente" aquí tienes una selección de 14 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.
En cada una de las frases aparece resaltada la palabra levemente para que la puedas detectar fácilmente.
Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.
- Visita se ruborizó levemente.
- De noche, las depresiones se manifestaban levemente, y a veces no se conocían.
- La tierra se estremecía de frío y humeaba levemente a la primera caricia del sol.
- Al punto se apagó la llamarada, y encogiéndose de hombros levemente, la señorita repitió.
- Tan bien le pareció el plan de su hermano, que el gozo le reprodujo el dolor de cabeza, aunque levemente.
- La carta del Magistral, escrita en papel levemente perfumado, y con una cruz morada sobre la fecha, decía así.
- El mismo instinto que le hacía recatarse fue quien hizo avanzar su mano levantando levemente un lado de la misteriosa colgadura.
- Al notar la presencia de los campaneros levemente turbado, y en seguida sonriente, con una suavidad resbaladiza en la mirada y una bondad estereotipada en los labios.
- Escuchaba, tratando de entender mejor lo que sólo confusamente percibía, y como al hacerlo cargase sobre el barandal de la escalera, éste crujió levemente, y la bruja alzó su horrible carátula.
- Y sin descender del lecho, sobre las sábanas tibias, levemente mecida por los muelles del colchón al incorporarse, rezaba, toda de blanco, sumidas las rodillas redondas y de raso en la blandura apetecible.
- Y, persignándose, rezó un padrenuestro, mientras el caballo, sin duda por olfatear el rastro de algún zorro, temblaba levemente empinando las orejas, y adoptaba un trotecillo medroso que en breve le condujo a una encrucijada.
- Tenemos caras de muertas, se decían todas las mañanas al mirarse al espejo, y martirizaban su fresca y jugosa piel con los polvos cargados de plomo, el bermellón que teñía levemente las mejillas y los lóbulos de las orejas.
- Pasaban misteriosas parejas por detrás de los macizos de árboles, unidas por dulce intimidad, con paso recatado, cuchicheando levemente y buscando un lugar a propósito para aislarse de otros a quienes la cita nocturna llevaba también allí.
- (el Magistral se puso levemente sonrosado, y le tembló algo la voz, porque estaba aludiendo a las confidencias de la tarde anterior), esas angustias de que usted se queja y se acusa tengan mucho de nerviosas y también puedan curarse, en la parte que al mal físico corresponde, con esa nueva vida que le aconsejan y le exigen.