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Ejemplos de oraciones con la palabra mansedumbre

Lista de frases en las cuales se puede ver cómo se usa la palabra mansedumbre en el contexto de una oración.

Término mansedumbre: Frases

Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "mansedumbre" aquí tienes una selección de 15 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.

En cada una de las frases aparece resaltada la palabra mansedumbre para que la puedas detectar fácilmente.

Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.

  • ¡Milagro asombroso! Tampoco se alteró entonces la mansedumbre de Primitivo.
  • Si su familia estaba ciega, en las barracas vecinas bien adivinaban la situación de Barret, compadeciendo su mansedumbre.
  • Siempre había sido la misma mansedumbre, y tan económico que su tía le amaba más quizá por la virtud del ahorro que por las otras.
  • En cuanto se abrochó el alzacuello, el Magistral volvió a ser la imagen de la mansedumbre cristiana, fuerte, pero espiritual, humilde.
  • No sabiendo ya qué decirle, llegó hasta sacarle el ejemplo de Maximiliano, que llevaba con tan cristiana mansedumbre el cargamento de sus agravios.
  • Todo su cuerpo se estremecía de cólera, esa terrible cólera del pacífico, que cuando rebasa el límite de la mansedumbre es para caer en la ferocidad.
  • Tenía su pobre mujer algo de planta en la silenciosa mansedumbre, en la callada tarea de beber y atesorar luz con los ojos y derramarla luego convertida en paz.
  • ¡No se pueden presenciar ciertas cosas! Al protestar, Julián se había incorporado, encendido de indignación, echando a un lado su mansedumbre y timidez congénita.
  • En esta época, el confesor era un curita joven llamado don Félix, hombre de apariencia tranquila y dulce que ocultaba vagas ambiciones de dominio bajo una capa de mansedumbre evangélica.
  • Aquel valor que él sentía ante una sotana, por la esperanza irreflexiva de que la mansedumbre obliga al clérigo a no devolver las bofetadas, aquel valor desaparecía pensando en los puños de don Fermín.
  • Desde que un ladrón muerto de hambre había logrado imponerse á todos ellos, los propietarios se reían, y para vengarse de diez años de forzada mansedumbre, se hacían más malos que el famoso don Salvador.
  • Batiste tenía que labrar una parte del terreno que aún conservaba inculto, preparando la cosecha de hortalizas, y él y su hijo engancharon el caballo, enorgulleciéndose al ver la mansedumbre con que obedecía y la fuerza con que tiraba del arado.
  • Torquemada había sido alabardero en su mocedad, y conservando el bigote y perilla, que eran ya entrecanos, tenía un no sé qué de eclesiástico, debido sin duda a la mansedumbre afectada y dulzona, y a un cierto subir y bajar de párpados con que adulteraba su grosería innata.
  • Pero el más pequeño, Pascualet, un chiquillo regordete y panzudo, que sólo tenía cinco años, y á quien adoraba la madre por su dulzura y su mansedumbre, prometiéndose hacerlo capellán, lloraba apenas veía á sus hermanos enzarzados en terrible pelea con los otros condiscípulos.
  • Y el viejo, que lo citaba como modelo á los otros arrendatarios, cuando estaba frente á él extremaba su crueldad, se mostraba más exigente, excitado por la mansedumbre del labrador, contento de encontrar un hombre en el que podía saciar sin miedo sus instintos de opresión y de rapiña.