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Ejemplos de oraciones con la palabra materia

Lista de frases en las cuales se puede ver cómo se usa la palabra materia en el contexto de una oración.

Término materia: Frases

Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "materia" aquí tienes una selección de 78 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.

En cada una de las frases aparece resaltada la palabra materia para que la puedas detectar fácilmente.

Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.

  • Fuerza y materia.
  • No hay más que materia.
  • Aquí lo que sobra es la materia.
  • Él prefería esta última materia.
  • Y Frígilis era inexorable en esta materia.
  • La ciencia había adelantado mucho en esta materia.
  • Como materia inerte, donde no se cobija ya un alma.
  • (Era liberal en materia de folletines.) No, señora.
  • En materia de elecciones no se me coge a mí de susto.
  • La podredumbre de la materia para los espíritus podridos.
  • Nada, nada, fuerza y materia, no hay más que eso, pensaba.
  • No era muy escrupuloso el Marqués en materia de moral privada.
  • Fuerza y materia dijo Orgaz padre que lo había oído a su hijo.
  • Así se había hecho un redomado escéptico en materia de prensa.
  • En que prosigue la materia comenzada y cuenta algunos raros sucesos.
  • En que prosigue la misma materia, hasta dar con todos en la cárcel.
  • Sus aptitudes educativas tenían ya materia blanda en quien emplearse.
  • Acaso no estaría él aquella mañana para tratar materia tan sublime.
  • Nunca había creído ella que tal abandono fuese materia de confesión.
  • ¿Cómo aquel hombre de tan escasas luces discurría así en tal materia?
  • Aquel día doña Lupe tenía, más que nunca, materia larga de meditaciones.
  • El menor desliz en tal materia solía costarle un severo regaño de don Julián.
  • Comprendía que era ridículo buscarlo y se declaraba escéptico en esta materia.
  • él, que conocía la materia, no dudó en calificar de celos aquello que había sentido.
  • Todo lo llevaba a materia de maravedís, que es gente que naturalmente nació para bolsas.
  • Y empezó a meter una parola tan grande que me forzó a preguntarle qué materia profesaba.
  • Leyó Fuerza y materia de Buchner y algunos libros de Flammarion, pero estos le disgustaron.
  • Vas a pasar mala noche, con pesadilla y todo, o sea con clase de Materia farmacéutica animal.
  • Nada, es que me quiere convencer manifestó Maximiliano con calor, de que todo es fuerza y materia.
  • Don Álvaro, inteligente en la materia, dijo que se parecía, en pequeño, a la de la princesa Matilde.
  • Era el enemigo natural de Don Saturnino Bermúdez en materia de monumentos históricos y ornato público.
  • Mas en materia grave, en lo que no admite parvedad de materia, nadie la acusaba, a lo menos públicamente.
  • Oh, hija mía, cuando nos conozcamos mejor, cuando usted sepa cómo pienso yo en materia de placeres mundanos.
  • La plasticidad de los cuerpos era una especie de bienestar de la materia, una prueba de la solidez del universo.
  • Se han echado encima hambres, crueles carestías, guerras, y doña Teresa ha tenido materia en que ejercitar su virtud.
  • Se la había separado sistemáticamente del trato íntimo de los hombres, como se aparta del fuego una materia inflamable.
  • El gozar sin querer junto a aquel hombre le sonaba como la frase del miércoles de ceniza, ¡quia pulvis es! eres polvo, eres materia.
  • Ripamilán citaba, como solía en tal materia, al Obispo de Nauplia, la fonda de Madrid, los vestidos de la prima cortesana, etc., etc.
  • Y como Don José se apresurara a referir nuevas proezas, mi amo, cansado ya de tanto mentir, quiso desviarle de aquella materia, y dijo.
  • En materia de amor la criada no creía en las clases y concebía muy bien que un noble se encaprichara y se casase con ella verbigracia.
  • Yo no quiero creer, Azorín dice Verdú, que esto sea todo perecedero, que esto sea todo mortal y deleznable, que esto sea todo materia.
  • Rubín creyó o aparentó creer, y puso la atención más filosófica del mundo en lo que su amigo siguió diciendo sobre materia tan importante.
  • , qué llenita se va poniendo! En materia de desnudeces infantiles, Julián no era voto, pues sólo conocía las de los angelotes de los retablos.
  • Lo aseguraba él, que era persona competente en tal materia, por ser poeta y no inédito, pues sus triunfos había alcanzado en la Juventud Católica.
  • Que así la llamaré ahora, porque no es ocasión de explicar a usted los grados, caminos y descaminos de la gracia, materia delicadísima, peligrosa.
  • Md., que no diga nada de todos los altísimos secretos que le he comunicado en materia de destreza, y guárdelo para sí, pues tiene buen entendimiento.
  • Pues tratada en materia de afeites, cuervos entraban y les corregía las caras de manera que al entrar en sus casas, de puro blancas no las conocían sus maridos.
  • Desde muy niña acostumbraba a cantar el olé y las cañas, con la maestría de los ruiseñores, que lo saben todo en materia de música sin haber aprendido nada.
  • Y no era de estos días el ser don Cayetano muy honesto en el orden aludido, sino que toda la vida había sido un boquirroto en tal materia, pero nada más que un boquirroto.
  • Primitivo, más blando que un guante, le daba cuenta en voz reposada de lo ocurrido allí durante medio año, en materia de vacas paridas, obras emprendidas, rentas cobradas.
  • Comprendían que valía más, mucho más de lo que habían pagado por él, abusando de la situación apurada de don Carlos, que además era un aturdido en materia de intereses.
  • Vendió el carruaje y los caballos, y doña Manuela, que tan exigente se mostraba en materia de ostentación con su primer esposo, acató servil y gustosa las órdenes del segundo.
  • ¡Y que le dijeran a don Saturno que la materia no es vil y grosera! Aquel día había recibido antes de comer un billete perfumado de su amiguita Obdulia Fandiño, viuda de Pomares.
  • La persecución en esta materia llegó a tal extremo, tales disgustos le causó su afán de expresar por escrito sus ideas y sus penas, que tuvo que renunciar en absoluto a la pluma.
  • Y tras estos preámbulos entraban en materia con la petición de veinte duros para pasar el mal tiempo, de una pieza de sarga para vestir a la familia, y otras demandas menos aceptables.
  • Las muchachas de Vetusta eran incapaces de comprenderle, así como él se confesaba a solas que no se atrevería jamás a acercarse a una joven para decirle cosa mayor en materia de amores.
  • Así era la verdad, porque el pueblo, en nuestras sociedades, conserva las ideas y los sentimientos elementales en su tosca plenitud, como la cantera contiene el mármol, materia de la forma.
  • Rosa Carraspique en el mundo, sor Teresa en el convento, murió de una tuberculosis, según Somoza, de una tisis caseosa, según el médico de las monjas, que era dualista en materia de tisis.
  • Lo esencial de la humanidad, la materia prima, porque cuando la civilización deja perder los grandes sentimientos, las ideas matrices, hay que ir a buscarlos al bloque, a la cantera del pueblo.
  • Bien se sabía ella que allá hilaban muy fino en esto de explotar las debilidades humanas, y que Madrid era, comparado en esta materia con París de Francia, un lugar de abstinencia y mortificación.
  • Lo que nunca variaba ni disminuía era la atención del lector, siempre intensa y fija al través de todos los sacudimientos de la materia muscular, como el principio que sobrevive a las revoluciones.
  • La casa de campo y los predios que la rodeaban y pertenecían, valían mucho menos de lo que podía presumir el conspirador, si juzgaba por lo que le costaban, pero él no paraba mientes en tal materia.
  • El marqués se paseaba por la habitación ceñudo, contraído, hosco, con esa expresión torva y estúpida a la vez que da la falta de sueño a las personas vigorosas, muy sometidas a la ley de la materia.
  • Una corriente llevada por una fuerza X, que él llama voluntad y que, de cuando en cuando, en medio de la materia organizada, produce un fenómeno secundario, una fosforescencia cerebral, un reflejo, que es la inteligencia.
  • Además, como en materia de confesión los buenos clérigos son muy reservados, Ripamilán, que sabía tratar en serio los asuntos serios, nunca había hablado al Magistral de lo que podía ser la Regenta, juzgada desde el tribunal sagrado.
  • Y aclaróseme tanto en materia de ser pobre, que me confesó, a media legua que anduvimos, que si no le hacía merced de dejarle subir en el borrico un rato no le era posible pasar adelante, por ir cansado de caminar con las bragas en los puños.
  • Todos eran escépticos en materia de moral doméstica, no creían en virtud de mujer nacida salvo Don Frutos, que conservaba frescas sus creencias, y despreciaban el amor consagrándose con toda el alma, o mejor, con todo el cuerpo, a los amoríos.
  • Y también ¡qué triste era ver ideas grandes, tal vez ciertas, y frases, en su original sublimes, allí manoseadas, pisoteadas y por milagros de la necedad convertidas en materia liviana, en lodo de vulgaridad y manchadas por las inmundicias de los tontos!
  • Parecía que era sustancia humana pero de una humanidad ruda, primitiva, inferior, hundida hasta el cuello en la ignorancia y en la materia la que nutría y hacía brotar con tan enérgica pujanza y savia tan copiosa aquella flora lúgubre por su misma lozanía.
  • Sabel, por su parte, a medida que el banquete se prolongaba y el licor calentaba las cabezas, servía con familiaridad mayor, apoyándose en la mesa para reír algún chiste, de los que hacían bajar los ojos a Julián, bisoño en materia de sobremesas de cazadores.
  • Cómo un motín quemaba el Mercado Nuevo, que era de madera, y cómo las tiendas, agrandando cada vez más sus puertas, saneando sus interiores, atraían al público con grandes escaparates, y en materia de alumbrado pasaban del aceite al petróleo y de éste al gas.
  • Don Saturnino Bermúdez, que juraba tener documentos que probaban al inteligente en heráldica venirle el Bermúdez del rey Bermudo en persona, era el más perito en la materia de contar la historia de cada uno de aquellos caserones, que él consideraba otras tantas glorias nacionales.
  • Después de las hojas del libro de memorias que se referían, a su modo, a la materia que va reseñada brevemente, Ana encontró, y en ella se detuvo, la página en que rápidamente había reflejado sus impresiones al entrar en el Vivero en un día de Abril que parecía de Junio, alegre, ardiente, despejado.
  • A lo que dijo el eximio sentenciador de obras literarias, que había allí elementos para un drama o novela, aunque a su parecer, el tejido artístico no resultaría vistoso sino introduciendo ciertas urdimbres de todo punto necesarias para que la vulgaridad de la vida pudiese convertirse en materia estética.
  • Sin que ella los provocase, acudían a su memoria recuerdos de la niñez, fragmentos de las conversaciones de su padre, el filósofo, sentencias de escéptico, paradojas de pesimista, que en los tiempos lejanos en que las había oído no tenían sentido claro para ella, mas que ahora le parecían materia digna de atención.
  • Por toda la provincia tenía esparcidos sus dominios el Marqués, en forma de arrendamientos que allí se llaman caseríos, y a más de la renta, que era baja, por consistir el lujo en esta materia en no subirla jamás, pagaban los colonos el tributo de los mejores frutos naturales de su corral, del río vecino, de la caza de los montes.
  • Una de las habilidades de don Gabriel fue hacer partijas con su hermana cogiéndole mañosamente casi toda su legítima, despojo a que asintió la pobre señora, absolutamente inepta en materia de negocios, hábil sólo para ahorrar el dinero que guardaba con sórdida avaricia, y que tuvo la imprudente niñería de ir poniendo en onzas de oro, de las más antiguas, de premio.
  • Sin embargo, los entendidos y prácticos en la materia comprendían que cualquier intentona a mano armada en territorio gallego se quedaría en agua de cerrajas, y que por más rumores que corriesen acerca de armamentos y organización en Portugal, venidas de tropa, nombramientos de oficialidad, etc., la verdadera batalla que allí se librase no sería en los campos, sino en las urnas.