Ejemplos de oraciones con la palabra matrimonio

Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "matrimonio" aquí tienes una selección de 100 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.

En cada una de las frases aparece resaltada la palabra matrimonio para que la puedas detectar fácilmente.

Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.

• Matrimonio imposible.
• Haréis un buen matrimonio.
• ¿El matrimonio o la mujer?
  
• Esterilice usted su matrimonio.
• El matrimonio se miraba sonriendo.
• ¿Qué tiempo lleva usted de matrimonio?
• Es muy soso un matrimonio sin chiquitín.
• D.) en los primeros días del matrimonio.
• VI VENÍA ya el tercer hijo al matrimonio.
• No seré yo quien le estorbe otro matrimonio.
• En cuanto hay secretos, adiós paz del matrimonio.
• Pasaba lo de la anarquía y aun lo del matrimonio.
• No parece sino que has inventado lo del matrimonio.
• El ama, al proponerle el matrimonio, había pensado.
• ¡Una cama de matrimonio! ¡Y qué cama! Una grosería.
• ¡Qué casa esta y qué matrimonio! Nada me coge de nuevo.
• Pues hijo mío, serán ustedes un matrimonio sans culotte.
• Pero el matrimonio no se instituyó sólo para hacer hijos.
• Nunca creí, Rosa, que el matrimonio pudiese entontecer así.
• Antes morir que continuar la farsa de un matrimonio imposible.
• Ni el deshonor, ni el matrimonio la han curado de esta manía.
• Al principio de su matrimonio fué, sí, el imperio del deseo.
• La cama de matrimonio fue lo único que se tomó en el almacén.
• Al año Hortensia celebró su matrimonio con don Matías Cepeda.
• Por tener esto en cuenta, he sido siempre feliz en mi matrimonio.
• ¿Usted cree que el matrimonio con ese hombre habrá contribuído.
  
• A no ser su matrimonio, nada había sacado de aquellas confesiones.
• Pero en esto del matrimonio te aseguro que no han variado mis ideas.
• Este matrimonio era una recompensa para Juana, la mujer de Froilán.
• III EN PAZ PASARON muchos meses y la paz del matrimonio no se turbó.
• Es aquel disparate de que el matrimonio, cuando no hay hijos, no vale.
• Parézcanos bien o mal, nuestra carrera es el matrimonio o el convento.
• Su matrimonio había originado al coronel un rompimiento con su familia.
• Este cuarto sería la alcoba, el despacho, el comedor para el matrimonio.
• Doña Lupe dormitaba, sentada en una silla junto a la cama del matrimonio.
• Pues Juanito fue esperado desde el primer año de aquel matrimonio sin par.
• Parecían un matrimonio bien avenido, aunque sin amor ya a fuerza de años.
• Y sin embargo, ya tenía ella que contar de los últimos años de matrimonio.
• Si viviera mi padre pensaba Ozores de fijo perdonaba este matrimonio desigual.
• Este matrimonio solía ir los domingos acompañado de toda la familia, a saber.
• No había manera decorosa de salir de allí a no ser el matrimonio o el convento.
• Nada, discreteos de tu marido sobre las ventajas e inconvenientes del matrimonio.
• Es aquel dramita moral en que se recomienda el matrimonio y las buenas costumbres.
• Por lo demás, ni tu tía Águeda ni yo manifestamos nunca afición al matrimonio.
• Y vuelvo trayendo el matrimonio cristiano, las virtudes del hogar consagrado por ti.
• La Regenta dormía en una vulgarísima cama de matrimonio dorada, con pabellón blanco.
• Todos los conocidos de Lulú y de Andrés se maravillaban de la armonía del matrimonio.
• El que iba poco, poquísimo, por casa del nuevo matrimonio era el bueno de don Primitivo.
• Además, de su matrimonio ha tenido dos hijos y una hija, y todos los ha educado cristianamente.
• XV Por entonces se dedicó el matrimonio Moscoso a pagar visitas de la aristocracia circunvecina.
• Al marido fiel y bondadoso apenas lo nombraba, como si su matrimonio hubiese sido de algunos días.
  
• XIV UNA profunda tristeza henchía aquel hogar después del matrimonio de Ramiro con la hospiciana.
• Por aquí se veía un enfermo tendido en un camastro, más allá un matrimonio que disputaba a gritos.
• Esta chica o hace un gran matrimonio, con quien ella quiera, o no tienen los mozos de hoy ojos en la cara.
• En el momento del matrimonio, Menchaca, que era voluble, se escapó del pueblo, dejando a Hortensia embarazada.
• Las solteronas, sin contestar ni transigir en lo del matrimonio, se quedaron en el palacio para que no se derrumbara.
• El matrimonio y la mamá de él, enferma, y una hermanita que, según me ha contado Ponce, debe de tener hambre canina.
• Fue acogida con mal disimulado júbilo la proposición tímida, y el matrimonio mejor avenido del mundo dividió el lecho.
• El cálculo de las tías respecto al matrimonio de Ana no se había modificado a pesar de la gran hermosura de su sobrina.
• No habrían transcurrido muchos meses de nuestro matrimonio, cuando mi mujer murió, tras una larga y penosísima enfermedad.
• La primera chica que se casó fue la segunda, llamada Candelaria, y en honor de la verdad, no fue muy lucido aquel matrimonio.
• Te digo que no me caso repitió la joven, sintiendo que se renovaba en su alma el horror al matrimonio con el chico de Rubín.
• El matrimonio tomó asiento en el sofá, lugar preferente del salón, honra que hizo enrojecer de orgullo a la antigua criada.
• Si aquello no era el matrimonio cristiano soñado por el excelente capellán, viven los cielos que debía asemejársele mucho.
• A los peligros ya conocidos debían unirse los que ofrece por sí misma toda belleza superior dentro de la máquina del matrimonio.
• Acordábase de que había soñado con instituir en aquella casa el matrimonio cristiano cortado por el patrón de la Sacra Familia.
• Realmente la suegra, Niní, su marido, los vecinos, la portera, miraban el estado feliz del matrimonio, como algo ofensivo para ellos.
• Uno de sus consuelos, el mayor, era recojerse en aquella alcoba en que tanto habían vivido amándose y repasar su vida de matrimonio.
• Aquel matrimonio había sido la ilusión de su vida durante los últimos años, ilusión que por lo muy hermosa no encajaba en la realidad.
• Pero no sería menos cómico oponerse a un matrimonio porque el abuelo del novio o de la novia hubiese sido en su tiempo zapatero o quincallero.
• Tu marido, aunque no lo dice, comprende que un matrimonio, y más un matrimonio joven como vosotros y en plena producción, necesita estar solo.
• El señor y la señora de Santa Cruz, que aún viven y ojalá vivieran mil años, son el matrimonio más feliz y más admirable del presente siglo.
• ¿Y por qué alegué derechos de mi edad para no servir como soldado del matrimonio y pretendí después batirme como contrabandista del adulterio?
• La total inocencia, que se pintaba en sus ojos vagos y como perdidos en contemplaciones de un mundo interior, no había menguado con el matrimonio.
• Es poco delicado en usted suponer que he tenido algún lío con esa señora, y que lo disimilo con la hipocresía de querer reconciliar el matrimonio.
• La noticia del matrimonio de Juanito cayó en la familia Arnaiz como una bomba que revienta y esparce, no desastres y muertes, sino esperanza y dichas.
  
• No es esa la manera de prepararse a criar hijos, pues el matrimonio se instituyó para casar, dar gracia a los casados y que críen hijos para el cielo.
• Yo con esto quedé como muerto y dime por novillo de legítimo matrimonio, determinado de coger lo que pudiese en breves días y salirme de en casa de mi padre.
• Lo primero que tienes que hacer es sostener el orden público, quiero decir la paz del matrimonio, respetar a tu marido y no consentir que pierda su dignidad de tal.
• Y esforzábase ésta más que nunca por mantener al nuevo matrimonio apartado de los niños, y que éstos se percataran lo menos posible de aquella convivencia íntima.
• Seguía luego la alcoba del matrimonio joven, la cual se distinguía principalmente de la paterna en que en esta había lecho común y los jóvenes los tenían separados.
• Había hecho esfuerzos para convencerse de que su caudal, que no dependía más que de un matrimonio afortunado y de la suerte, era obra de su talento y de su perseverancia.
• El matrimonio fue al poco tiempo de realizado un motivo de satisfacción para don Juan, que aunque no odiaba a su hermana se alegraba de sus desgracias, hijas de la imprevisión.
• Salvo el debido respeto, se había llevado la trampa el matrimonio cristiano, en cierto modo obra suya, y ya no quedaba rastro de hogar, sino una sentina de corrupción y pecado.
• Jacinta no podía considerar de otro modo el hecho del abandono, aunque este significara el triunfo del amor legítimo sobre el criminal, y del matrimonio sobre el amancebamiento.
• El 28 por la mañana, ya de vuelta de misa, entró Barbarita en la alcoba del matrimonio joven a decirles que el día estaba muy bueno, y que el enfermo podía salir bien abrigado.
• No tenía niños este matrimonio, y mientras Don Francisco se pasaba la vida sacando a luz los hijos del hombre, su esposa sacaba y criaba pájaros, para lo cual tenía muy buena mano.
• Pensaba en que la situación imponía disimulo, y que la amistad del matrimonio Cuadros le era muy necesaria para salvarla en sus apuros de señora en decadencia, acosada por las deudas.
• Y es preciso confesar que no se quejaba sin razón, pues aquel matrimonio, que durante cincuenta años habría podido dar veinte hijos al mundo y a Dios, tuvo que contentarse con uno solo.
• Ilustración LIBRO SEXTO LA SHELE I HABLA EL MÉDICO VIEJO Unos días después de mi matrimonio, el médico viejo me encontró en la calle y me dijo con grandes extremos que fuera a su casa.
• Y por último, tras de referir varios chascarrillos adecuados al asunto y contados en dialecto, acabó por declarar que a las demás chicas les daría algo al contraer matrimonio, pero que a Nucha.
• El matrimonio cristiano, lazo bendito, por medio del cual la Iglesia atiende juntamente, con admirable sabiduría, a fines espirituales y materiales, santificando los segundos por medio de los primeros.
• Diversas e inexplicables alternativas hubo en aquel matrimonio, que tan pronto estaba unido como disuelto de hecho, y el marido pasaba de las violencias más bárbaras a las tolerancias más vergonzosas.
• La situación del matrimonio seguía difícil y sin mejorar, cuando un día Menchaca, jugando con unas pistolas, no se sabe si inadvertida o intencionadamente, se pegó un tiro en la sien y cayó muerto.
• Llegáronse a mí las viejas a hacerme regalos, y holguéme de ver descubiertas las niñas, porque no he visto desde que Dios me crió tan linda cosa como aquella en quien yo tenía asestado el matrimonio.
• Cuando usted se determinó a casarse, ¿no hizo allá en el fondo de su pensamiento, la reserva de que el matrimonio le permitiera pecar libremente, no digo que con este y con el otro, sino con el que usted quería?
• Algunas de las casas de las dos calles principales muestran su escudo, otras, sentencias escritas en latín, y la generalidad, un número, la fecha en que se hicieron y el nombre del matrimonio que las mandó construir.
• Señores, lo que sostengo aquí y en todos los terrenos, es que si proclamamos la libertad de cultos y el matrimonio civil, pronto volveremos a la idolatría, y seremos como los antiguos egipcios, adoradores de Isis y Busilis.
• Dichos cadáveres, horriblemente destrozados, eran la propiedad, todas las clases de propiedad posibles, el Estado, la Iglesia y cuantas instituciones se derivan de estos dos principios, Matrimonio, Ejército, Crédito público, etc.
• Y los convidados, transidos aún del miedo que infunde el terrible sacramento del matrimonio visto de cerca, hablaban bajito, lo mismo que en un duelo, esmerándose en evitar hasta el repique de las cucharillas en la loza de los platos.