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Ejemplos de oraciones con la palabra medicinas

Lista de frases en las cuales se puede ver cómo se usa la palabra medicinas en el contexto de una oración.

Término medicinas: Frases

Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "medicinas" aquí tienes una selección de 19 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.

En cada una de las frases aparece resaltada la palabra medicinas para que la puedas detectar fácilmente.

Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.

  • Aquí hay medicinas.
  • Déjate de medicinas.
  • Las medicinas que usted le da, no le hacen ningún efecto.
  • Luego sacó una cajita de medicinas y una botellita con poción.
  • Verá usted cómo trabucan las medicinas y le encajan una por otra.
  • Y yo, desde que me contó su historia, no le cobro nada por las medicinas.
  • Y como era pobre, no tenía dinero para comprarse ni alimentos ni medicinas.
  • La peor de las medicinas era esta, pues gustaba la joven de estar sola, entretenida con sus pensamientos.
  • Casi nunca se sentaba, y hasta llegó a fastidiarle el registro de medicinas y demás pormenores íntimos.
  • Vestía muchos niños, daba ropa a los viejos, medicinas a los enfermos, alimentos y socorros diversos a todos.
  • Pues bien, a ese precio ¿consienten ustedes en asistirle, cuidarle, darle el alimento y las medicinas que necesita?
  • Pero mientras Paca estuvo en la alcoba haciendo que ordenaba las cosas, moviendo los trastos y revisando las medicinas, Don Evaristo no desplegó los labios.
  • Los primeros perfumes de la naciente primavera se extendieron por el cuarto, que olía á medicinas, y cuyo ambiente pesadísimo parecía cargado de insomnio y suspiros.
  • Pero a fuerza de orden y economía fue saliendo adelante, y aun hizo verdaderos milagros atendiendo a las medicinas que Maximiliano necesitaba y a los considerables gastos de su carrera.
  • Allí estuvo Gertrudis, mientras el cuidado de la pobrecita niña que desfallecía de hambre se lo permitió, sirviendo medicinas inútiles, componiendo la cama, animando a la enferma, encorazonando a todos.
  • Lo primero que hizo Maxi fue sacar de un envoltorio de regular tamaño multitud de paquetes chicos muy bien doblados, como los que en Farmacia se llaman papeletas, forma en que se dividen y expenden las dosis de las medicinas en polvo.
  • No se resistía a tomar el alimento ni las medicinas, sometiéndose silenciosamente a cuanto se le mandaba, como si lo dominante, en aquella fase del proceso encefálico, fuera la anulación de la voluntad, el no ser nada para llegar a serlo todo.
  • Y poco después, mientras Benítez traía a la vida con antiespasmódicos a la Regenta y recetaba nuevas medicinas para combatir peligros nuevos, complicaciones del sistema nervioso, Frígilis en el tocador leía la carta del que siempre llamaba ya para sus adentros cobarde asesino.
  • La botica, los jaropes que él aborrecía, el miedo a equivocar las dosis, el pavor que le inspiraban las medicinas verdosas, creyendo que podían ser veneno (para don Víctor el veneno, a pesar de sus estudios físico químicos, siempre era verde o amarillo), las equivocaciones y torpezas de las criadas, las horas de hastío y silencio al pie del lecho de la enferma, las inquietudes naturales, el estar pendiente de las palabras de Somoza, el hablar con todos los que quisieran enterarse de la misma cosa, de los grados de la enfermedad.