Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "nuestros" aquí tienes una selección de 100 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.
En cada una de las frases aparece resaltada la palabra nuestros para que la puedas detectar fácilmente.
Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.
- Ocupemos nuestros puestos.
- Nuestros remeros estaban rendidos.
- Nuestra, sí, y de nuestros hijos.
- ¡Arrayua! Este es de los nuestros.
- ¡Ah del navío!, gritaron los nuestros.
- ¡Y tuyos! Bueno, sí, a nuestros hijos.
- La moral de nuestros remeros desfallecía.
- Si todos fueran nuestros, no era preciso tanto.
- ¿Y el que dice que nuestros abuelos eran monos?
- Nuestros padres nos dieron esto amasado y cocido.
- Sus navíos corrieron igual suerte que los nuestros.
- Pero devolviendo doble estrago a nuestros contrarios.
- Nos decidimos e hicimos nuestros últimos preparativos.
- La caridad es inagotable, pero no lo son nuestros recursos.
- Nuestros enemigos habrán tenido pérdidas de consideración.
- La muerte sorprende nuestros cuerpos fatigados en plena vida.
- Algunos sacamos de nuestros cofres el dinero que guardábamos.
- De manera que nadie ha marchado bien de nuestros condiscípulos.
- Si alguno de nuestros barcos puede salvarse, será una gran cosa.
- Una prudente piedad heredada de nuestros mayores y basta y sobra.
- Dímelo como en confesión, que voy a contárselo a los nuestros.
- La serenidad le salvó al capitán y quizá también nuestros informes.
- Sintetice usted nuestra discusión y nuestros distintos puntos de vista.
- Yo miraba a los ingleses, remando con tanta decisión como los nuestros.
- No hubo nadie de los nuestros que no creyera que aquel era nuestro final.
- Van Stein quedó malherido y dos de nuestros hombres cayeron prisioneros.
- He hecho el viaje por saturarme de estos recuerdos de nuestros clásicos.
- De ellos, de los nuestros, seguiré siendo yo la madre, pero del de ésa.
- ¡Claro! Aunque dócil, era también de los nuestros, y ha preferido irse.
- La gente de Ryp debió darse cuenta de nuestros gritos y comenzó a dispararnos.
- Le auxiliaron el Neptune, francés, y el San Ildefonso y el San Justo, nuestros.
- Los seis nuestros en conjunto desplazan aproximadamente veintiocho mil toneladas.
- (¡Vivan los nuestros!) gritaron los de la calle de Urbia aplaudiendo torpemente.
- Al fin, cediendo a nuestros ruegos, comprendió que era preciso abandonar el mando.
- No hay cosa en todos nuestros cuerpos que no haya sido otra cosa y no tenga historia.
- De Bernouville, dio orden para que se entregara a nuestros aliados cuanto necesitasen.
- Somos tan torpes, que al ver una oveja no pensamos que en ella están nuestros gabanes.
- Parecían lamentarse de no ver nuestros cadáveres sobre el cieno inmundo de los pantanos.
- Ayún y Senquá dejaron de ser nuestros mejores amigos, y se hicieron amigos de los ingleses.
- Uno quisiera que las personas y las cosas relacionadas con nuestros recuerdos fueran eternas.
- Él dará a sus criados, y aun a los nuestros si los tuviéramos, como nos ha dado a nosotros.
- Ahora, vamos añadió el viejo, dirigiéndose al capitán de la Dama Zuri, a nuestros asuntos.
- Apenas entraron en él los ingleses, un grito resonó unánime, proferido por nuestros marinos.
- ¡Qué menos podía hacer por uno de nuestros salvadores! exclamó ella ocultando su confusión.
- Cuál de nuestros pueblos era mejor, y llegábamos hasta contar las casas que había en cada uno.
- Tristán, el de la cicatriz, propuso que contestáramos con el fuego de uno de nuestros cañones.
- ¡Y aún dicen que no hay fe! Por fortuna, la religión de nuestros padres vive y vivirá siempre.
- Nuestros vecinos sabían el proyecto, y esperaban ver el resultado, como en una función de teatro.
- El viejo nos preguntó nuestros nombres, y cuando yo le dije el mío se quedó mirándome fijamente.
- Secuestradoras, que de tiempo en tiempo nos prestan a nuestros propios maridos para que no alborotemos.
- Los oficiales de esta nación, que antes eran nuestros guardianes, se habían convertido en prisioneros.
- Aburridos, cansados, dimos con nuestros cuerpos en una tienda de montañés próxima a la Puerta del Mar.
- Atendiendo a que este género de sabandijas que llaman poetas son nuestros prójimos, y cristianos aunque malos.
- Allen pidió al master madera para hacer dos cajas, una para él y otra para mí, para guardar nuestros efectos.
- Un arte que nosotros, aunque cristianos viejos, heredamos directa y legítimamente de nuestros abuelos los moros.
- En el ardor de aquel primer encuentro, apenas advertí que algunos de nuestros marineros caían heridos o muertos.
- Y entonces nos creemos felices y consideramos compensados con este minuto de satisfacción nuestros largos trabajos.
- Jacinta no desea el mal del prójimo, y sabe que debemos amar a nuestros enemigos y hacer bien a los que nos aborrecen.
- Y con esto, comidos de piojos y huéspedas, nos volvemos en este pelo a rogar a los moros y herejes con nuestros cuerpos.
- Al decir esto, un terrible chasquido sonó bajo nuestros pies en lo profundo del sollado de proa, ya enteramente anegado.
- Y que si no me valiese, diría que como se entraron sin llamar a la puerta como en su casa, que entendí que eran nuestros.
- Compréle del huésped tres agujetas, atacóse, dormimos aquella noche, madrugamos, y dimos con nuestros cuerpos en Madrid.
- Si nuestros paniaguados andan por ahí como esponjas recogiendo el oro y el moro, para venir a soltarlo en la alberca de casa.
- Hemos perdido al primero de nuestros marinos, al valiente entre los valientes, al heroico, al divino, al sublime almirante Nelson.
- Y una idea, un gesto, un acto que se esfuman y pierden a través de las generaciones es el corolario de nuestros afanes y locuras.
- Y si usted lo aprueba, ella y yo le abriremos nuestros amantes brazos y será usted nuestra madre, nuestra consejera, nuestra guía.
- En nuestros cafés se habla de cuanto cae bajo la ley de la palabra humana desde el gran día de Babel, en que Dios hizo las opiniones.
- Además, que esos señores parientes nuestros, como solterones, tendrán una porción de chinchorrerías y no les gustarán los chicos.
- Mas para esto ha sido preciso que viniera la gran vigorización del comercio después del 68 y la robustez de los capitales de nuestros días.
- Pero es preciso, hija mía, confesar la fe de Cristo, consagrar a ella nuestros últimos pensamientos y pedirle con el corazón que nos perdone.
- Pero Villeneuve, que estaba decidido a ello, por hacer una hombrada que le reconciliase con su amo, trató de herir el amor propio de los nuestros.
- El sucesor de estos artistas, el fecundo e inspirado King Cheong se cartea en inglés con nuestros comerciantes y da sus precios en libras esterlinas.
- Que otros corrían sin concierto ni rumbo, llevados por el temporal, y que alguno de los nuestros era remolcado por otro inglés en dirección al Sur.
- Por muy grande que nos figuremos la masa de olvido derramado en la sociedad como elemento reparador, esa masa supera todavía a todos nuestros cálculos.
- Pero ellos cuentan poderlo remolcar a Gibraltar antes que ningún otro, ya que no pueden llevarse al Trinidad, el mayor y el más apetecido de nuestros navíos.
- El fin práctico de nuestros viajes a las rocas era coger esos cangrejos grandes y obscuros que aquí llamamos carramarros, y, en otros lados, centollas y ermitaños.
- El comercio antiguo, sin duda, las tradiciones de la calle de Postas, el contrabando, quizás la religión de nuestros mayores, por ser hombre tan sinceramente piadoso.
- Una de las velas se rajó en dos pedazos y cayó echa un montón de pingajos, con un trozo de astilla que dió en la cabeza a uno de nuestros hombres y lo dejó muerto.
- Pero a pesar de los fuertes tumbos y arcadas, apretamos el paso, y hasta que no perdimos de vista el pueblo, no se alivió algún tanto el martirio de nuestros cuerpos.
- Yo le vi agitar sus labios, bebiendo aquel líquido, y luego lo escupía con furia fuera del portalón, como si también quisiera herir a salivazos a nuestros enemigos.
- Ni nuestros amores, ni nuestras aventuras, ni nuestros pensamientos tienen bastante interés para ser comunicados a los demás, a no ser que se exageren y se transformen.
- Los oficiales ingleses que habían entrado allí trataban a los nuestros con delicada cortesía, y según entendí, querían trasbordar los heridos a algún barco enemigo.
- Parecía más bien italiano que español, y no es maravilla que haya sido, en época posterior al 73, en plena Restauración, el modelo predilecto de nuestros pintores más afanados.
- Y para que ustedes lo comprendan bien, les pongo aquí una lista de nuestros navíos, indicando los desviados, que dejaban un claro, la nacionalidad y la forma en que fuimos atacados.
- Pero por no gastar con barberos, prevenimos siempre de aguardar a que otro de los nuestros tenga también pelambre y entonces nos la quitamos el uno al otro, conforme lo del Evangelio.
- Todos callábamos, y los más fijaban una triste mirada en el sitio donde se suponía que nuestros compañeros abandonados luchaban en aquel instante con la muerte en espantosa agonía.
- Tenía el propósito decidido de no protestar de nada, y eso me sirvió, porque algunos de nuestros compañeros, entre ellos Ugarte, además del despojo, tuvieron que sufrir el encierro.
- Entrará uno a visitarnos en nuestras casas, y hallará nuestros aposentos llenos de huesos de carnero y aves, mondaduras de frutas, la puerta embarazada con plumas y pellejos de gazapos.
- Y seguían mirando con nostalgia y despecho la larga fila de carruajes, experimentando la misma impresión de nuestros bíblicos padres ante las puertas del Paraíso cerradas para siempre.
- Y para serlo del modo que requeriría el camino de perfección en que debemos entrar al ordenarnos de sacerdotes, se necesita, aparte de nuestros esfuerzos, que la gracia de Dios nos ayude.
- Los ingleses, validos de la obscuridad de la noche, dispusieron que el navío Soberbio, el más ligero de los que traían, apagara sus luces y se colocara entre nuestros dos hermosos barcos.
- Nosotros, la cuadrilla de vascos, ya habituados a aquella vida extraña e indiferentes a todo cuanto pasaba a nuestro alrededor, nos poníamos a jugar a la manilla o al truque nuestros ahorros.
- Tú sabes que los fisiólogos han demostrado que, en el uso de nuestros sentidos, tendemos a percibir, no de la manera más exacta, sino de la manera más económica, más ventajosa, más útil.
- Pero como en la mayor parte de nuestros dramas modernos se exige sala decentemente amueblada, sin artesones ni cosa parecida, los directores de escena solían decidirse en tales casos por el cielo azul.
- En eso sí que son contrarios nuestros gustos, porque yo, en cuanto veo que los actores pegan gritos y las actrices principian a hacerme pucheritos, ya estoy bufando en mi butaca y mirando para la puerta.
- Mas tan hábil plan no sirvió sino para demostrar la impericia y cobardía del almirante francés, el cual, de regreso a Europa, no quiso compartir con nuestros navíos la gloria del combate de Finisterre.
- Por el contrario, eran los del Santa Ana unos caballeros muy foscos y antipáticos, y mortificaban con exceso a los nuestros, exagerando su propia autoridad y poniendo reparos a todo con suma impertinencia.
- La sangre que corría por mis venas era su sangre, y esa voz interna que nos incita a ser benévolos con las faltas de los nuestros, no podía permanecer callada después de la escena que pasó ante mis ojos.
- Y si no estuviera mandado que lo cómico no acabe en trágico, en buena retórica, en aquel montón inquieto hubieran encontrado sepultura Álvaro y Ramona sofocados por uno de nuestros más humildes cereales.
- Estos tres años se pasaron sin sospechar nosotros que íbamos creciendo, y nuestros juegos no se interrumpían, pues ella era más traviesa que yo, y su madre la reñía, procurando sujetarla y hacerla trabajar.