Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "oficio" aquí tienes una selección de 100 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.
En cada una de las frases aparece resaltada la palabra oficio para que la puedas detectar fácilmente.
Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.
- Si es mi oficio.
- El de tu oficio.
- Lo ha tomado por oficio.
- A cumplir con el oficio.
- Un oficio de volatineros.
- A un prebendado de oficio.
- En su oficio era un águila.
- ¿Quieres aprender el oficio?
- Era perro viejo en aquel oficio.
- Es mi oficio le dijo el extranjero.
- Pero si navegó, no le tomó gusto al oficio.
- ¡Ah!, señores, este oficio tiene muchas quiebras.
- Buen oficio para poner a prueba su bárbara energía.
- Pero su oficio tenía los peligros del domador de fieras.
- Aprenderá un oficio, y quién sabe, quién sabe si una carrera.
- Si ese remendón supiera su oficio, parecerían estos una gloria.
- El oficio de una mujer es hacer hombres y mujeres, y no vestirlos.
- Verdugo era, si va a decir la verdad, pero una águila en el oficio.
- El calavera de oficio no se permitió aquella noche ninguna barrabasada.
- Algo le decía en la conciencia que el oficio que había tomado era miserable.
- Era exigencia del oficio cambiar el nombre, así como hablar con acento andaluz.
- Padre, bien se echa de ver que no es soldado, pues me reprehende mi propio oficio.
- Y con esto y mi oficio, he sustentado a tu madre lo más honradamente que he podido.
- Y a los demás, por ser oficio alegre y de pullas, que se acomoden en mozos de mulas.
- Era también maestro, padre quizás, del ciego chico y le estaba enseñando el oficio.
- El catalán no era tan petulante como la generalidad de sus paísanos del mismo oficio.
- Pero dentro de mí está naciendo algo que se compagina muy bien con ese oficio humilde.
- El Magistral, aunque le disgustaba emplearse en tal oficio, también espiaba y vigilaba.
- Había dejado su oficio de cochero y entrado con Arcale en algunos negocios de contrabando.
- Condenado a muerte durante una sedición, se evadió y tomó el oficio de domador de caballos.
- Para resistir mejor su cruz, decidió tomarle afición al oficio de enfermero y lo consiguió.
- No sabes ningún oficio, ni siquiera el de peón, porque eres haragán y no te gusta cargar pesos.
- Tú has nacido para un gran oficio, en el cual puedes alcanzar mucha gloria y el pan de cada día.
- Y de estas cosas me sucedieron muchas mientras perseveré en el oficio de poeta y no salí del mal estado.
- Esto ya lo había notado el Palomo, empleado laico de la Catedral, perrero, según mal nombre de su oficio.
- Aparisi, propietario y concejal de oficio, era un hombre que se preciaba de poner los puntos sobre las íes.
- Tomaba en serio su oficio de pescador de gente, y la verdad, nunca se le había presentado un pez como aquel.
- Entraron en la plaza las banderas de los gremios, llevando en su remate la imagen del santo patrón del oficio.
- Yo era el despensero Judas, de botas a bolsa, que desde entonces hereda no sé qué amor a la sisa este oficio.
- Acudieron a rezar el oficio de difuntos el abad de Roncesvalles y los curas de Arneguy, de Valcarlos y de Zaro.
- Orgaz padre, que era algo erudito, aunque de oficio escribano, aseguró que el duelo era resto de las ordalías.
- Llegaron la señalada y requirieron a la huéspeda que venían de parte del Santo Oficio y que convenía secreto.
- En la lenta convalecencia y total soledad de Nucha, falta le hacía que alguien se consagrase a tan piadoso oficio.
- Desque me vi en hábito de hombre de bien, dije a mi amo se tomase su asno, que no quería más seguir aquel oficio.
- Pero conservaban la cara afeitada, como para estar disponibles en el caso de que los admitiesen otra vez en el oficio.
- Lo que es en su provincia, ya se tentarían la ropa los revolucionarios de oficio que fueran a predicar ciertas ideas.
- Hame sucedido tan bien, yo le he usado tan fácilmente, que casi todas las cosas al oficio tocantes pasan por mi mano.
- Bismarck era de oficio delantero de diligencia, era de la tralla, según en Vetusta se llamaba a los de su condición.
- Su apodo procedía de su oficio de capataz de los que dan la señal para el comienzo y el paro del trabajo con una bocina.
- Era la pierna para él su modo de vivir, su finca, su oficio, lo que para los mendigos músicos es la guitarra o el violín.
- Porque entre los casos de excepción citan los prebendados de oficio y traen a cuento no sé qué disposiciones de los Papas.
- No poco había contribuido en Quintanar a privarle de originalidad y resolución, el contraste de su oficio y de sus aficiones.
- Usé el oficio de adelantado, que es mejor a veces serlo de un cachete que de un reino, y metíle a uno media pretina en la cara.
- Al ruido despertó la media casa, y pensando que eran ladrones (que son antojadizos de ellos los de este oficio) subieron al tejado.
- ¡Preciosa confesión! ¡Dato precioso! Don Cayetano confiesa que don Santos y don Fermín son enemigos porque son del mismo oficio.
- Añadió que debía aprender a peinarla, y que con el oficio de maestro peluquero podía ganarme la vida y ser un verdadero personaje.
- Colgó la penca en un clavo, que estaba con otros de que colgaban cordeles, lazos, cuchillos, escarpias y otras herramientas del oficio.
- Sí, este cura quiere hacer lo mismo que yo, sólo que por otro sistema y con los recursos que le facilita su estado y su oficio de confesor.
- Adorar, idolatrar y otros cumplían mejor su oficio de dar a conocer la pasión exaltada de un joven enclenque de cuerpo y robusto de espíritu.
- Don Víctor había desaparecido y el seductor de oficio y la dama se habían ocultado poco a poco entre los árboles, en un recodo de un sendero.
- El concejal de oficio estaba tan excitado, que la contracción de su hocico se acentuaba, como si el olor aquel imaginario fuera el de la aza fétida.
- Ella está enamorada de ti, de eso estoy seguro decía Paco a Mesía en el Casino, a última hora, cuando sólo quedaban allí los trasnochadores de oficio.
- Los otros, o que porque no les hablaba o que porque les parecía demasiado punto el mío, siempre andaban poniéndome nombres tocantes al oficio de mi padre.
- Llevaban tres carros, y quiso Dios que entre los compañeros iba uno que lo había sido mío del estudio en Alcalá, y había renegado y metídose al oficio.
- Supo que había en Segovia un licenciado Cabra que tenía por oficio el criar hijos de caballeros, y envió allá el suyo y a mí para que le acompañase y sirviese.
- Era tan hacendosa y tan corrida en el oficio, que la misma doña Lupe se sorprendía de verla trabajar, porque despachaba las cosas en un decir Jesús, sin atropellarse.
- Podría suceder muy bien que cuando todo iba como una seda, saliese con ciertas mistiquerías propias de su oficio, sacando el Cristo de debajo de la sotana y alborotando la casa.
- A pesar de sus notables prendas, doña Casta no le veía con buenos ojos, porque la crítica, francamente, como oficio para mantener una familia, no le parecía de lo más lucrativo.
- Como ya iba aprendiendo el oficio, se administraba el yoduro de potasio en todas las formas posibles, y andaba siempre con un canuto en la boca aspirando brea, demonios o no sé qué.
- Y en efecto, Marcial no hacía otra cosa que cargar, distraer y dormir a su nieto, para cuya faena le bastaban sus canciones marineras sazonadas con algún juramento, propio del oficio.
- Fue, tal como todos dicen, de oficio barbero, aunque eran tan altos sus pensamientos que se corría de que le llamasen así, diciendo que él era tundidor de mejillas y sastre de barbas.
- ¡Para qué! Yo tengo, por razón de mi oficio en la Iglesia militante, la mitad de mi vida entregada a la calumnia, al odio, a la envidia, que la devoran y hacen de ella lo que quieren.
- Hubo grandes diferencias entre mis padres sobre a quién había de imitar en el oficio, mas yo, que siempre tuve pensamientos de caballero desde chiquito, nunca me apliqué a uno ni a otro.
- Pero don Víctor comprendió que el cómico en España no vive de su honrado trabajo si no se entrega a la vergüenza de servir al público el arte en las compañías de comediantes de oficio.
- Hasta que al fin el cansancio aplacó su furia, y se arrojó en un surco llorando como un niño, pensando que la tierra sería en adelante su cama eterna y su único oficio mendigar en los caminos.
- La ramera, por costumbre del oficio, intentó acoger con cínica sonrisa, con el gesto excéptico del que conoce el secreto de la vida y no cree en nada, las exclamaciones de la escandalizada labradora.
- Además, no eran criaturas idealistas, místicas, que consideraran el mundo como un valle de lágrimas, sino muchachas sin recursos, algunas viudas, que tomaban el cargo como un oficio, para ir viviendo.
- Con toda la diplomacia que pudo emplear un hombre que se creía principalmente político y era seductor de oficio, ofreció a la doncella la nueva posición, que sería divertidísima, y lucrativa como pocas.
- Y aun así y todo decía un canónigo muy buen mozo, nuevo en Vetusta y en el oficio, pariente del ministro de Gracia y Justicia aun así y todo no se puede llevar en calma la imprudencia con que habla de todo.
- Las viejas se dedicaron a desplumar aves, las mozas a fregar y dejar como el oro peroles, cazos y sartenes, y un par de mozancones de la aldea, uno de ellos idiota de oficio, a desollar reses y limpiar piezas de caza.
- Su vida pasada era un continuo cambio de profesión, siempre dentro del círculo de la miseria rural, mudando cada año de oficio, sin encontrar para su familia el bienestar mezquino que constituía toda su aspiración.
- Lo que le valía el continuo acarreo de pellejos hinchados de vino ó de aceite perdíase en manos de chalanes y constructores de carros, hasta que llegó el momento en que, viendo próxima su ruina, abandonó el oficio.
- Y con favor que tuve de amigos y señores, todos mis trabajos y fatigas hasta entonces pasados fueron pagados con alcanzar lo que procuré, que fue un oficio real, viendo que no hay nadie que medre sino los que le tienen.
- Ni había oficio en el mundo que más le cuadrase, porque aquello no era trabajar ¡qué demonio!, era retratarse, y el que trabajaba era el pintor, poniendo en él sus cinco sentidos y mirándole como se mira a una novia.
- Tratado Séptimo Cómo Lázaro se asentó con un alguacil, y de lo que le acaeció con él Despedido del capellán, asenté por hombre de justicia con un alguacil, mas muy poco viví con él, por parecerme oficio peligroso.
- Olmedo, al mismo tiempo que sondeaba la inmensa gravedad del propósito de su amigo, no pudo menos de reconocer que a él, Olmedo, al perdulario de oficio, no se le había pasado nunca por la cabeza una majadería de aquel calibre.
- El de nuestros enemigos es inmejorable, compuesto todo de viejos y muy expertos marinos, mientras que muchos de los navíos españoles están tripulados en gran parte por gente de leva, siempre holgazana y que apenas sabe el oficio.
- Mientras esta duró, la ilustre dama, aunque no apartaba su atención del Oficio, pudo advertir que su sobrino estaba tras ella, cumpliendo con todo el ritual como cualquier devoto, arrodillándose y levantándose en las ocasiones convenientes.
- Hallábase en lo más entretenido de aquella crítica literaria, tan propia de su oficio, cuando vio que hacia él iban tres individuos de calzón ajustado, botas de caña, chaqueta corta, gorra, el pelo echadito palante, caras de poca vergüenza.
- El cronista, pues, hizo su oficio desentrañando la genealogía entera y verdadera de las casas de Cabreira y Moscoso, probando ce por be que el título de Ulloa no correspondía ni podía corresponder sino al duque de tal y cual, grande de España, etc.
- Si él hubiera sido señor, alcalde, canónigo, fontanero, guarda del Jardín Botánico, empleado en casillas, sereno, algo grande, en suma, hubiera hecho lo mismo ¡dar cada puntapié! No era más que Bismarck, un delantero, y sabía su oficio, huir de los mainates de Vetusta.
- Él, por una de esas ironías tan comunes en la vida, era el hombre más grave, seco y desapacible del mundo, comadrón de oficio, y se llamaba Don Francisco de Quevedo (hermano del cura castrense, Quevedo, a quien conocimos en la tertulia del café, junto con el Pater y Pedernero).
- Don Pompeyo se dirigió a la junta en papel de oficio citando los artículos del Reglamento que, en su opinión, prohibían semejantes muestras de júbilo por parte de una corporación que, por su calidad de círculo de recreo, no debía, no podía tener religión positiva determinada.
- Esta sola diferencia hacía comprender la diversa procedencia de los tripulantes, pues mientras unos eran marineros de pura raza, llevados allí por la matrícula o enganche voluntario, los otros eran gente de leva, casi siempre holgazana, díscola, de perversas costumbres, y mal conocedora del oficio.
- Aquel clérigo, arreglador de conciencias, que se creía médico de corazones dañados de amor, era quizás la persona más inepta para el oficio a que se dedicaba, a causa de su propia virtud, estéril y glacial, condición negativa que, si le apartaba del peligro, cerraba sus ojos a la realidad del alma humana.
- Fueme tan bien en el oficio que al cabo de cuatro años que lo usé, con poner en la ganancia buen recaudo, ahorré para me vestir muy honradamente de la ropa vieja, de la cual compré un jubón de fustán viejo y un sayo raído de manga tranzada y puerta, y una capa que había sido frisada, y una espada de las viejas primeras de Cuéllar.
- Ítem, advirtiendo que después que dejaron de ser moros (aunque todavía conservan algunas reliquias) se han metido a pastores, por lo cual andan los ganados flacos de beber sus lágrimas, chamuscados con sus ánimas encendidas, y tan embebecidos en su música que no pacen, mandamos que dejen el tal oficio, señalando ermitas a los amigos de soledad.
- XVII Que Máximo Juncal, ya que es su oficio, reconozca detenidamente la cuenca del río lácteo de la poderosa bestiaza, conducida por el marqués de Ulloa, no sin asombro de las gentes, en el borrén delantero de la silla de su yegua, por no haber en Castrodorna otros medios de transporte, y no permitir la impaciencia de don Pedro que el ama viniese a pie.
- XXVIII Al llegar aquí de la narración, es preciso acudir, para completarla, a las reminiscencias que grabaron para siempre en la imaginación del lindo rapazuelo, hijo de Sabel, los sucesos de la memorable mañana en que por última vez ayudó a misa al bonachón de don Julián (el cual, por más señas, solía darle dos cuartos una vez terminado el oficio divino).
- Pregonero, hablando en buen romance, en el cual oficio un día que ahorcábamos un apañador en Toledo y llevaba una buena soga de esparto, conocí y caí en la cuenta de la sentencia que aquel mi ciego amo había dicho en Escalona, y me arrepentí del mal pago que le di por lo mucho que me enseñó, que, después de Dios, él me dio industria para llegar al estado que ahora estó.