Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "pobrecito" aquí tienes una selección de 40 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.
En cada una de las frases aparece resaltada la palabra pobrecito para que la puedas detectar fácilmente.
Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.
- El pobrecito.
- Pobrecito mío.
- ¡Pobrecito mío!
- ¡Pobrecito mío!
- El pobrecito está mal.
- ¡Pobrecito, cómo está!
- ¡Pobrecito Brillante mío.
- ¡Pobrecito! Me quiere mucho.
- ¿Adónde irás tú, pobrecito?
- Pobrecito, por poco no lo cuenta.
- Pobrecito mío, hoy viene perdido.
- ¡Pobrecito niño! Eso será frío.
- ¡Pobrecito!, me da mucha lástima.
- ¡ Brillante ! ¡Pobrecito Brillante.
- ¿Qué vas a hacer tú, pobrecito, sin mí?
- Y no cabía dudar que el pobrecito se moría.
- ¡Pobrecito, tan lindo, tan mono y no parecerse.
- ¡Pobrecito! Esta mañana se me orinó en la sala.
- Si no caes en la trampa, creo que el pobrecito revienta.
- Si te parece, haz bulla para que no descanse el pobrecito.
- El único que podía esperar algo de mí es ese pobrecito.
- El pobrecito agora sin duda se ensució, cuando le dio el mal.
- Mira, llévalo al pobrecito al corral dijo el ama, que se vaya.
- En la situación de ese pobrecito, mi estallido sería su muerte.
- El pobrecito quería engañarse a sí mismo, haciéndose el valiente.
- ¡Pobrecito! ¿Qué le contaría al Señor cuando entrase en el cielo?
- Llegó el 70, y al pobrecito Fenelón le mataron esos infames prusianos.
- Si el pobrecito tiene una madre descastada, no le faltará quien mire por él.
- ¿Pero no ves, burra, no ves que se te ha retirado la leche, y el pobrecito no tiene qué mamar?
- ¡Quién sabe si este pobrecito también estaba enterado y se va al otro mundo avergonzado de su madre.
- ¡Pobrecito! exclamó con vivo dolor Jacinta, observando que el mísero traje del Pituso era todo agujeros.
- Pero el pobrecito no le daba la interpretación verdadera, y creía que aquel célebre dicho significaba por si acaso.
- El pobrecito estaba destinado a no tener rato bueno, pues a punto que su espíritu recibía algún alivio, se le inició la jaqueca.
- ¡Pobrecito! Doña Lupe corrió a ver a Maximiliano, que después de empezar a vestirse, había tenido que echarse otra vez en la cama.
- Pero a donde quiera que vaya, me gustará saber de este pobrecito, el único que me ha querido de verdad, el que me ha perdonado dos veces y me perdonaría la tercera.
- De la crisis de la víspera había salido anonadado, y miraba todo esto con indiferencia, como si la barraca no le perteneciese ni el pobrecito que estaba en la cama fuese su hijo.
- Mas cuando se las veía y oía de cerca, resultaban ser unas tiotas relajadas, comilonas, borrachas y ávidas de dinero, que desplumaban y resecaban al pobrecito que en sus garras caía.
- Un hábito de gasa tejida con hebras de plata, unas sandalias, una guirnalda de flores, todo blanco, de rizada nieve, como la luz del alba, cuya pureza simbolizaba la del pobrecito albat.
- ¡Qué cosas se le ocurren a mi marido! Ya, como a él no le han hecho ir nunca a los entierros, pisando lodos, aguantando la lluvia y el frío, le parece muy natural que el otro pobrecito se críe entre ataúdes.
- ¡pero si tenía el pobrecito cada dolor de muelas que le hacía poner el grito más allá del Cielo! Padecía también de corizas y las empalmaba, de modo que resultaba un coriza crónico, con la pituitaria echando fuego y destilando sin cesar.