Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "recomendación" aquí tienes una selección de 15 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.
En cada una de las frases aparece resaltada la palabra recomendación para que la puedas detectar fácilmente.
Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.
- Pensó en buscar alguna recomendación.
- La tal recomendación fue una broma estúpida.
- Tu tía te habrá hecho la misma recomendación.
- Bueno dijo Martín, sin fijarse en lo extravagante de la recomendación.
- Hecha esta recomendación, Martín, muy erguido, se dirigió al convento.
- Nada, es la madre del pobre Valledor que me pide una recomendación para el alcalde.
- Lo tendré en cuenta replicaba Lulú, que se burlaba de la grave recomendación de su marido.
- Cuando estábamos los dos estudiando en Madrid, fuimos un día a verle con una carta de recomendación.
- Al año de casada, Catalina tuvo un hijo, al que llamaron José Miguel, recordando Martín la recomendación del viejo Tellagorri.
- A mí me salvó muchas veces de las palizas la recomendación de mi madre de que no me pegara, porque me encontraba todavía enfermo.
- A poco volvió con lo que la chiquilla deseaba, y repetida la recomendación de portarse bien y estudiar mucho, acompañolas hasta la puerta.
- La recomendación del médico de El Argonauta seguía siendo eficaz para mí, y, gracias a ella, el comandante me prestó varios libros de geometría, de álgebra y de física.
- Un día estaba haciendo los preparativos para zarpar, cuando recibi la visita del capitán de la goleta Dama Zuri, que me traía una carta de recomendación de mi amigo Recalde.
- En cuanto llegaba un forastero de alguna importancia a Vetusta, se buscaba por un lado o por otro una recomendación para que Bermúdez fuese tan amable que le acompañara a ver las antigüedades de la catedral y otras de la Encimada.
- Decidido a hablar con Juan Pablo, fue a verle una mañana al café de Madrid, donde tenía un rato de tertulia antes de entrar en la oficina, pues al fin ¡miseria humana!, hubo de aceptar la credencialeja de doce mil que le había dado Villalonga, por recomendación del mismo Feijoo.