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Ejemplos de oraciones con la palabra roberto

Lista de frases en las cuales se puede ver cómo se usa la palabra roberto en el contexto de una oración.

Término roberto: Frases

Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "roberto" aquí tienes una selección de 32 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.

En cada una de las frases aparece resaltada la palabra roberto para que la puedas detectar fácilmente.

Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.

  • Será Roberto dijo Concha.
  • Roberto es como es y basta.
  • Yo quiero a Roberto, ¿me entiendes?
  • Concha, la hermana, coqueteando con Roberto.
  • Roberto se acercaba de un modo inconveniente a Conchita.
  • Quien había aporreado a su hermano era Roberto del Campo.
  • En casa de doña Manuela, Roberto era muy bien acogido, especialmente por Conchita.
  • Indudablemente, aquel trasto de Rafaelito había relatado a Roberto lo del caballo.
  • Conchita estaba furiosa contra Roberto del Campo, el pollo bonito, como le llamaban algunas.
  • Roberto del Campo, que iba con algunos amigos, las saludó con la más seductora de sus sonrisas.
  • Meses antes se había dicho que Roberto Koch había inventado un remedio eficaz para la tuberculosis.
  • En el jardín estaban las jóvenes, muy alborozadas, en torno de Rafael y su amigo Roberto, que acababa de llegar.
  • Al fin, Roberto es un buen partido, y Conchita no va a despedirlo por cuatro palabras dichas como broma imprudente.
  • Roberto del Campo, el amigo íntimo de Rafael, su mentor, que le guiaba en el camino de la distinción y el buen gusto.
  • Además, Rafael y Roberto se encargaban de dar a la merienda el tono de distinción que tanto agradaba a doña Manuela.
  • Rafael y Roberto sacaban a bailar, una tras otra, a todas las señoritas, y el señor Cuadros, ¡oh asombro! entró de refuerzo.
  • Rafaelito, su amigo Roberto y Fernando, el teniente de artillería, que por fin había sido presentado en la casa por el hermano de Amparito.
  • Llegó el día y salí en uno como caballo, mejor dijera en un cofre vivo, que no anduvo en peores pasos Roberto el diablo, según andaba él.
  • Era Roberto del Campo, el cual, a pesar de su gallardía, iba resultando un posma, que sólo sabía decir floreos, sin llegar nunca a declararse.
  • Y la joven se expresaba con serenidad, con frescura, como si se tratase de la honra de otra y aquel Roberto fuese un infeliz a quien calumniaban.
  • Pero a los dos días de ocurrida la riña le dijeron que Rafael y Roberto iban juntos otra vez, apuntando sobre el tapete verde en fraternal combinación.
  • Pensaba llevarlo a casa lo mismo que a Roberto del Campo, y la niña se temía que la tenacidad del antiguo novio detuviera una declaración que tanto esperaba.
  • Hasta Conchita, a pesar de su carácter iracundo y malhumorado, considerábase dichosa al ver que Roberto volvía al redil, mostrándose más enamorado que antes.
  • Concha malhumorada y ceñuda porque en todo el día no había visto al elegante Roberto, y Amparo muy satisfecha de poder lucir un novio, para molestia de su hermana.
  • Se habían emborrachado amigablemente, y al dirigirse después hacia la feria, surgió la disputa a consequencia de ciertas afirmaciones infames del elegante Roberto.
  • Mientras tanto, las niñas de la casa, las de López y las magistradas paseaban por el jardincillo con Rafael, que hablaba de su amigo Roberto, a quien estaba esperando.
  • Era una imprudencia expresarse así a pocos pasos de aquel grupo donde estaban Roberto y Andresito, dos extraños que no podían imaginarse la verdadera situación de la casa.
  • Entre cuatro grandes cirios, sobre un tapiz fúnebre y tendido en el acolchado fondo de una caja blanca y dorada como aquella que tanto le había seducido, pasó Juanito la noche, velado por su hermano y por Roberto, que de vez en cuando salían al balcón para fumar un cigarro.
  • Y Andresito, cerrando los ojos, despreciando los punzantes recuerdos del pasado, se sentía feliz, tanto casi como Conchita, que en los días de Pascua, en la agitación de las alegres meriendas, había conseguido turbar a Roberto hasta el punto de arrancarle la deseada declaración.
  • Rafael había salido del salón, Juanito jugueteaba con Miss, cada vez más inquieta y ladradora, y Roberto, apoyado en el piano, hablaba con Concha, que sonreía, tecleando nerviosamente, haciendo escalas que parecían cabriolas e iniciando temas conocidos, que se confundían fantásticamente.
  • Http://www.gutenberg.org/6/0/4/6/60464/ Produced by Carlos Colón, Roberto Marabini and the Online Distributed Proofreading Team at http://www.pgdp.net (This book was produced from images made available by the HathiTrust Digital Library.) Updated editions will replace the previous one the old editions will be renamed.
  • Spanish START OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK EL ARBOL DE LA CIENCIA Produced by Carlos Colón, Roberto Marabini and the Online Distributed Proofreading Team at http://www.pgdp.net (This book was produced from images made available by the HathiTrust Digital Library.) PÍO BAROJA LA RAZA EL ÁRBOL DE LA CIENCIA NOVELA Illustration RAFAEL CARO RAGGIO.