Palabras

Ejemplos de oraciones con la palabra sublime

Lista de frases en las cuales se puede ver cómo se usa la palabra sublime en el contexto de una oración.

Término sublime: Frases

Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "sublime" aquí tienes una selección de 49 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.

En cada una de las frases aparece resaltada la palabra sublime para que la puedas detectar fácilmente.

Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.

  • ¡Eso es sublime, don Fermín.
  • ¿Concibe el alma nada más sublime?
  • La que ponía el amor, ese amor tan sublime y.
  • No hablaba con la sublime unción de otras veces.
  • Representaba a través de tantos siglos un duelo sublime.
  • Le digo a usted que no hay ciencia más sublime que la Farmacia.
  • El infierno, aquella verdad tremenda, sublime en su mal sin término.
  • Acaso no estaría él aquella mañana para tratar materia tan sublime.
  • La música sublime de Rossini exaltó más y más la fantasía de Ana.
  • Pero grande ahora, sublime, como una corriente de ternura capaz de anegar el mundo.
  • Pero el principio de caridad que entrañaba aquel acto lo trocaba de vulgar en sublime.
  • Sí, el placer era puramente material, pero su intensidad le hacía grandioso, sublime.
  • Han visto ustedes el panteón, de severa arquitectura románica, sublime en su desnudez.
  • Más enternecida estaba la Regenta, que seguía en su libro la sencilla y sublime narración.
  • Él mismo, aunque de lejos, y como si se tratara de otro, comprendió que estaba siendo sublime.
  • Pero no era un tonto vulgar, era uno de esos tontos que tocan lo sublime con la punta de los dedos.
  • Lo principal era tener aquella sublime idea del honor, tan propia para redondillas y hasta sonetos.
  • Propuso el cura con la hinchazón de vanidad que le daba aquel papel sublime de lañador de almas cascadas.
  • Su mente se dejó ir en alas de aquella sublime idea, perdiéndose en los espacios invisibles y sin confines.
  • El poeta eclesiástico que olvidaba otros cabellos para alabar los de María, le pareció sublime en su ternura.
  • Sin duda el amor más sublime es el más discreto, y las bocas más elocuentes aquellas en que no puede entrar ni una mosca.
  • Y así, fue en vano que en cierto sermón de Semana Santa Fortunato estuviera sublime al describir la crucifixión de Cristo.
  • En el coro han saboreado primores del relieve, si no de un Berruguete, de un Palma Artela, desconocido, pero sublime artífice.
  • Hemos perdido al primero de nuestros marinos, al valiente entre los valientes, al heroico, al divino, al sublime almirante Nelson.
  • Cualquier atrocidad de las que se le ocurrían, que podía ser sublime en otro, en él se le antojaba, ante todo, grotesca, ridícula.
  • Pero Dios ya no se le aparecía en la idea de su soledad sublime, sino presidiendo amorosamente el coro de los mundos, la creación infinita.
  • Seguía enamorada de la Doctora sublime, pero algunas opiniones de la Santa prefería pasarlas por alto, estaban en pugna con las ideas propias.
  • En presencia de aquel terrible antagonismo entre el corazón y las leyes divinas y humanas, problema insoluble, su gran piedad inspirole una idea sublime.
  • Y la compasión hacía que brotaran en su voluntad aquellos deseos de virtud sublime que a ratos surgían como flor de un minuto, criada por la emulación.
  • Esa omnipotencia del dinero, antipática para un hombre de sentimientos delicados, le parecía a Aracil algo sublime, admirable, un holocausto natural a la fuerza del oro.
  • En el semblante de mi amo, en la sublime cólera de Uriarte, en los juramentos de los marineros amigos de Marcial, conocí que estábamos perdidos, y la idea de la derrota angustió mi alma.
  • Porque aquel pensamiento era todo su amor, todo su espíritu, la expresión de todo lo nuevo y sublime que en él había, y no se puede encerrar cosa tan grande en la estrechez de la discreción.
  • Iii Una de las cosas a que Maximiliano daba más importancia para poner en ejecución su plan redentorista era que Fortunata le amara, porque sin esto la sublime obra iba a tener sus dificultades.
  • Distinguíamos tan sólo el aparejo de algunos buques lejanos, aumentados de un modo inexplicable por no sé qué efecto óptico o porque el pavor de aquel sublime momento agrandaba todos los objetos.
  • Desde allí las olas no parecían sacudidas violentas de una fiera enjaulada, sino el ritmo de una canción sublime, vibraciones de placas sonoras, iguales, simétricas, que iban de Oriente a Occidente.
  • Me voy, te dejo, porque si estoy aquí, te pego, no tengo más remedio que romperte encima el palo de una escoba, y la verdad, si eres poco hombre para ese amor tan sublime, aún lo eres menos para recibir una paliza.
  • El órgano, con motivo de la alegría cristiana de aquella hora sublime, recordaba todos los aires populares clásicos en la tierra vetustense y los que el capricho del pueblo había puesto en moda aquellos últimos años.
  • Creyó al principio que su pasión noble, sublime, le levantaría cien codos sobre todas aquellas miserias, pero el oleaje de la falsa indignación pública salpicaba su alma, llegaba tan arriba como su deliquio sin nombre.
  • Desde allí hasta el techo todas las paredes estaban dedicadas al sublime arte de la pintura, pues Copa, aunque parecía hombre burdo, atento únicamente á que por la noche estuviese lleno el cajón de su mostrador, era un verdadero Mecenas.
  • Y que no le disputara esta gloria Juana Trujillo, madre de Baldomero, la cual había muerto el año anterior, porque Asunción probaría ante todas las cancillerías celestiales que a ella se le había ocurrido la sublime idea antes que a su prima.
  • Oh, si ella tuviese todavía aquel espíritu sinceramente piadoso de otro tiempo, esta nueva mortificación, este escarnio, esta saturación de ridículo le hubiera agradado, porque así el sacrificio era mayor, la fuerza de su abnegación sublime.
  • Esto era un colmo, el colmo del buen fin, y en semejante acto había una mezcla horrenda de ignominia y de abnegación sublime, un no sé qué de osadía y al mismo tiempo de bajeza, que levantó al bueno de Rubín, a sus ojos, de aquel fondo de vulgaridad en que estaba.
  • Y aquella luz que derramaba polvo de oro por todas partes, aquel cielo empapado de sol, aquella diafanidad vibrante en el espacio, ¿no era el propio himno a Venus, la canción impúdica y sublime del trovador de Turingia ensalzando la gloria del placer y de la terrena vida?
  • Pero ¡cuánto mejor se hubiera abierto su espíritu a estas grandezas religiosas en un escenario más digno de tan sublime poesía! ¡Cuán difícil era admirar la creación para elevarse a la idea del Creador, en aquella Encimada taciturna, calada de humedad hasta los huesos de piedra y madera carcomida.
  • Doña Lupe también hacía aspavientos, y Fortunata se veía obligada a expresar su entusiasmo, aunque no entendía una palabra de tal cencerrada, y en su interior se pasmaba de que aquello se llamase arte sublime, y de que las personas formales aplaudiesen música semejante a la de un taller de calderería.
  • La mamá era siempre para él un ídolo, un ser superior, y los hermanos, al verlos tan elegantes, le hacían recordar la época en que él, pequeño, pero avispado por el desvío maternal, les servía de niñera cuidadosa, llevándolos en sus brazos y sufriendo con sublime abnegación sus infantiles caprichos.
  • Cuando se trocaban los papeles, cuando ella era la perseguidora y a mí me correspondía el ser cogido, se duplicaban las inocentes y puras delicias de aquel juego sublime, y el paraje más obscuro y feo, donde yo, encogido y palpitante, esperaba la impresión de sus brazos ansiosos de estrecharme, era para mí un verdadero paraíso.
  • Estos versos que ha querido hacer ridículos y vulgares, manchándolos con su baba, la necedad prosaica, pasándolos mil y mil veces por sus labios viscosos como vientre de sapo, sonaron en los oídos de Ana aquella noche como frase sublime de un amor inocente y puro que se entrega con la fe en el objeto amado, natural en todo gran amor.
  • Estos son profesores de retórica, de esos que tienen la sublime misión de contarnos cómo se estornudaba en el siglo XVIII después de tomar rapé, los que nos dicen que la ciencia fracasa, y que el materialismo, el determinismo, el encadenamiento de causa a efecto es una cosa grosera, y que el espiritualismo es algo sublime y refinado.