Palabras

Ejemplos de oraciones con la palabra tendió

Lista de frases en las cuales se puede ver cómo se usa la palabra tendió en el contexto de una oración.

Término tendió: Frases

Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "tendió" aquí tienes una selección de 29 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.

En cada una de las frases aparece resaltada la palabra tendió para que la puedas detectar fácilmente.

Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.

  • Martín se tendió en la muralla.
  • El marqués le tendió la petaca llena.
  • Se tendió vestido, prometiéndose despabilarse al punto.
  • Contestó Zalacaín amablemente, y se tendió en el suelo.
  • Andrés hizo lo propio, y se tendió en la cama aletargado.
  • Catalina tendió la mano a Martín, quien la estrechó en sus brazos.
  • ¡Adiós! y me tendió los brazos y me estrechó en ellos débilmente.
  • Y sin saber lo que hacía, tendió la mano enguantada y dijo temblando.
  • Entonces, ¡adiós! Me tendió la mano, yo alargué la mía y me la estrechó con fuerza.
  • Batiste agarró la cuerda y tendió una mano al vendedor, que se la apretó enérgicamente.
  • Pero ella, hurtando el cuerpo, le tendió una manecita fresca, recién lavada con agua y colonia.
  • Despidió a su criado, después de quitarse la ropa, y envuelto en su bata se tendió en el sofá.
  • De Pas no paró la atención en ellas, pero Ripamilán se detuvo, olfateando, y tendió el cuello en actitud de escuchar.
  • Quintanar al ver a don Álvaro suspiró, le tendió ambas manos, después de dejar un libro negro sobre la mesa y exclamó.
  • Al soltar la carcajada se tendió Papitos para atrás con tanta fuerza, que el respaldo de la silla crujió como si se rompiera.
  • El hombrecito negro sacó una especie de túnica amarillenta, se envolvió en ella, se puso un pañuelo en la cabeza y se tendió a dormir.
  • Tendió las manos al cielo, corrió por los senderos del Parque, como si quisiera volar y torcer el curso del astro eternamente romántico.
  • Comió Martín lo que le trajeron, se tendió envuelto en la manta, y después de un momento de siesta, se levantó a tomar una resolución.
  • El Dragón, como asombrado, dió un bote terrible, se inclinó hasta hundir la proa en el agua, se tendió al viento y se lanzó a la carrera.
  • El Magistral abrió entonces su balcón de par en par y tendió el cuerpo sobre la barandilla, hacia la casa de Barinaga, pretendiendo oír algo.
  • Encima tendió una colcha de almidonadas randas, y puso sobre ella el pequeño ataúd traído de Valencia, una monada, que admiraban todas las vecinas.
  • No necesito oirlas contestó el otro con voz seca, y se tendió en el diván como para manifestar el poco aprecio que sentía por su compañero de viaje.
  • Glocester, sacando fuerzas de flaqueza, se levantó, tendió la mano a doña Rufina, y salió diciendo chistes, haciendo venias y prodigando risas falsas.
  • Se tendió en el suelo y estaba así con la cara junto a la tierra cuando se le acercó la chica haraposa del domador que tocaba la campanilla a la puerta.
  • Allí no había árboles donde guarecerse, pero sí unos montes de piedra machacada para el lecho de la carretera, y en uno de ellos se tendió Martín y en el otro el extranjero.
  • Cuando Caracas concluyó nuestro barco, fuimos, Zelayeta y yo, a la rampa del muelle, lo pusimos en el agua, y el barco, como si estuviera cansado, se tendió suavemente y se le mojaron las velas.
  • Y de repente, como asustada, por aprensión, sin el menor motivo, tendió el vuelo recto y rápido al principio, ondulante y pausado después y se perdió en la atmósfera que el sol oblicuo teñía de púrpura.
  • Sin embargo, Mourelo, a fuer de canónigo de mundo, ocultó una vez más sus sentimientos y tendió la mano a su enemigo, acompañando la acción con una catarata de gritos guturales con que significaba su inmensa alegría.
  • De pronto la criatura, incitada por el tasajo que sobrenadaba en la cubeta de la perra Chula, tendió la mano para cogerlo, y la perra, torciendo la cabeza, lanzó una feroz dentellada, que por fortuna sólo alcanzó la manga del chico, obligándole a refugiarse más que de prisa, asustado y lloriqueando, entre las sayas de la moza, ya ocupada en servir caldo a los racionales.