Palabras

Ejemplos de oraciones con la palabra venga

Lista de frases en las cuales se puede ver cómo se usa la palabra venga en el contexto de una oración.

Término venga: Frases

Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "venga" aquí tienes una selección de 100 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.

En cada una de las frases aparece resaltada la palabra venga para que la puedas detectar fácilmente.

Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.

  • Que venga.
  • Venga usted.
  • Venga usted.
  • ¡venga usted.
  • Que venga aquí.
  • Que venga Shanti.
  • Que venga y diga.
  • Tía, venga usted.
  • Usted, venga acá.
  • ¡venga petróleo!
  • Venga usted aquí.
  • Que venga Bautista!
  • Venga usted conmigo.
  • Que venga al momento.
  • Venga acá ese chisme.
  • Venga usted por aquí.
  • Que venga para decirle.
  • Más vale que no venga.
  • Dile que venga mañana.
  • Cuando venga Rafaelito.
  • Venga ese décimo, niña.
  • Que venga replicó Lulú.
  • Según lo que venga detrás.
  • Venga acá, querido Don José.
  • Maestra, maestra, venga usted.
  • Venga, y sea por lo que fuere.
  • Vámonos antes que ella venga.
  • Que venga el señor Magistral.
  • Pues déjate que venga la otra.
  • No venga acá vendiendo mérito.
  • No sea cosa que alguien venga y.
  • No me venga usted con cuentos de.
  • Le diré que venga a ver a usted.
  • Y suponiendo que venga y me ronde.
  • No me venga usted a mí con cuentos.
  • Mañana, a la hora que te venga mejor.
  • ¡Venga mi dinero, señora doña Paula.
  • No me venga usted con autores alemanes.
  • Pero venga en buen hora la excomunión.
  • A Frígilis que venga con usted o antes.
  • Le he mandado que venga y no quiere venir.
  • Haz el favor de decir a mi hija que venga.
  • A mí no me venga usted con circunloquios.
  • Izquierdo, no nos venga usted con sandeces.
  • Es necesario que venga usted a Roma me dijo.
  • ¿Y para qué quieres que venga acá ese tipo?
  • Cuando venga La Correspondencia, me la leerás.
  • Y que cuando yo venga esté lavada toda la ropa.
  • ¡Ay, venga usted! Está diciendo mil disparates.
  • Que venga también el señor Benito el demandadero.
  • Sí decía en la junta Visitación que venga Olvido.
  • ¿Pero a dónde iré yo que él no venga tras de mí?
  • Aviado está usted si espera a que venga el Príncipe.
  • ¡Ah!, que no me venga ahora hablando de sus derechos.
  • Si Mary tiene que salir de Bisusalde, que venga aquí.
  • Venga acá dijo Jacinta con mal humor, saliendo otra vez.
  • ¿Qué vamos a hacer, Dios mío, cuando venga ese hombre?
  • Dile que venga cuando quiera a verme a esta nuestra casa.
  • ¿Quiere usted que vaya a Lúzaro y venga con un paraguas?
  • Venga mi dinero, caballero De Pas, o somos caballeros o no.
  • Que se me venga ahora con leyes, y verá lo que le contesto.
  • Que venga todo el género humano a impedirme esta resolución.
  • ¡Que no venga, por Dios! ¿Usted me promete que no vendrán?
  • Entonces, venga usted mañana a las tres y le daré el dinero.
  • Pero doña Lupe me ha instado tanto para que venga, que al fin.
  • Señor cura, a mí no me venga usted con argucias de seminario.
  • Que no nos venga aquí echándosela de plancheta con su neísmo.
  • ¡Hombre! Yo no obligo a nadie a que venga conmigo dijo Martín.
  • Lléveselo antes de que venga mi tía, o mi marido, o doña Lupe.
  • Hay, que ya no te queda pretexto para negarme que venga de noche.
  • ¡Pues venga! Volvió a callar y a aplicar el oído a la cerradura.
  • Como venga hoy, le echaremos la sonda más abajo a ver si sale algo.
  • En el bien entendido de que venga Padilla esta noche a quedarse de guardia.
  • Y que venga acá decía y viviremos todos juntos, que hay sitio para todos.
  • Si echo a ese enemigo, no encuentro quien me guise ni quien venga a servirme.
  • Tiene que ser un chiquillo, porque si no le retuerzo el pescuezo a lo que venga.
  • ¡Ana! ¡Jesús! XXIX El día de Navidad venga usted a comer el pavo con nosotros.
  • ¡Que venga la Shele! Vino la Shele, pálida, con los ojos bajos y las ojeras moradas.
  • ¡Venga leña! Pero nos cansamos de ella y todos queremos echar el pie fuera del plato.
  • ¡Venga usted acá, dama infiel! le dijo el frenético esposo, cogiéndola por un brazo.
  • Quiere decirse que te hará la rueda cuando venga y se entere de que ahora vas para santa.
  • Pues si no tiene usted algo más importante que hacer, venga usted esta tarde a las cinco.
  • Venga usted acá, viborezno libre pensador, Voltaire de monterilla, Lutero con cascabeles.
  • Pero, hombre de Dios, ¿a usted qué le importa que el alma venga de acá o venga de allá?
  • A no ser que venga el cruzamiento con alguna casta del Norte, trayendo aquí madres sajonas.
  • ¡A ver, Anselmo! que venga Anselmo que le voy a tirar por el balcón si no me explica esto.
  • Si hasta que venga el Príncipe no le llevan a usted a su ramo, menudo pelo va usted a echar.
  • ¡Venga de ahí, que estamos a todo! No fue malo el desfile de platos organizado por Visanteta.
  • Venga usted! De Pas sentía unas dulcísimas cosquillas por todo el cuerpo al oír a la Regenta.
  • Que venga mi sobrino inmediatamente, y si está durmiendo, encargue usted a Papitos que le despierte.
  • Mas ¿qué me aprovecha si está constituido en mi triste fortuna que ningún gozo me venga sin zozobra?
  • Mañana, cuando venga el capellán y bajen esas tías pasteleras a la iglesia, ¡qué chasco se van a llevar!
  • Mi padre, que se encuentra enfermo, le suplica encarecidamente a usted que venga a verle lo más pronto posible.
  • Cuando Juan Pablo venga a Madrid irá a Molina de Aragón a enterarse del testamento y recoger lo que es vuestro.
  • ¡Ni que fuéramos bobos en España! Señores, ¿a ustedes les cabe en la cabeza que venga aquí el Príncipe Alfonso?
  • A Primitivo le puedo yo dar tres docenas de puntapiés, si se me hinchan las narices, sin que el juez me venga a empapelar.
  • Venga la Marsellesa ! repitieron miles de voces con expresión amenazante, como si alguien se negase por anticipado a sus exigencias.
  • Pero me enfurece que lo que estaba bien, y muy en su punto, venga el señor Progreso y lo eche a perder con su afán de revolucionarlo todo.
  • Y si no, venga usted a mi puesto, al puesto que tuve desde que me engañó aquel, y entonces veríamos las perfecciones que nos sacaba la mona esta.
  • Así, al modo de perro o gato, no necesita de que un cura venga y le dé la solución, sino que basta y sobra con que uno mismo se entienda con Dios.