Palabras

Ejemplos de oraciones con la palabra vidas

Lista de frases en las cuales se puede ver cómo se usa la palabra vidas en el contexto de una oración.

Término vidas: Frases

Si quieres ver ejemplos de uso de la palabra "vidas" aquí tienes una selección de 18 frases y oraciones donde se puede ver su aplicación en un texto.

En cada una de las frases aparece resaltada la palabra vidas para que la puedas detectar fácilmente.

Para evitar saturar nuestro sistema sólo se mostrarán un máximo de 100 frases por palabra.

  • Es gana de meterse en vidas ajenas.
  • No hay que meterse en vidas ajenas.
  • No me gusta meterme en vidas ajenas.
  • ¿Qué consecuencias puede sacarse de todas estas vidas?
  • Pesquisar y procurar de saber vidas ajenas para contárselas.
  • Trataba en vidas y era tendero de cuchilladas, y no le iba mal.
  • Pero allí pasaba el rato enterándome de las vidas ajenas, y me entretenía.
  • El soldado echaba a cada suerte doce votos y otros tantos peses, aforrados en por vidas.
  • Mas como estaba vendiendo vidas, la herencia de esta señora no era más que una esperanza remota.
  • La que no tiene flor se pone entre los pelos cualquier hoja verde y va por aquellas calles vendiendo vidas.
  • ¡meterme en vidas ajenas! La impresión que saqué el otro día es que por el momento no es ella quien te le distrae.
  • IX LA CRUELDAD UNIVERSAL TENÍA Andrés un gran deseo de comentar filosóficamente las vidas de los vecinos de la casa de Lulú.
  • Tú, tú que eres mi vida, tú que conmigo has traído al mundo nuevos mortales, tú que me has sacado tres vidas, tú, mi hombre, dime, ¿esto qué es?
  • ¡ah! por ser valiente, ¡por empeñarse en salir en una descubierta! Era un hombre tan patriota, que por salvar a su querida Francia, habría dado él cien vidas que tuviera.
  • Y también se dio a pensar en lo molesto y difícil que era para ella tener que vivir dos vidas diferentes, una verdadera, otra falsa, como las vidas de los que trabajan en el teatro.
  • Él aseguraba que no se moría de aquel arrechucho, que tenía siete vidas como los gatos, y que era muy posible que Dios le dejase tirar algún tiempo más para permitirle ver muchas y muy peregrinas cosas.
  • Le amortajó como lo había hecho con su tío, cubriéndole con un hábito sobre la ropa con que murió, y sin quitarle ésta, y luego, quebrantada por un largo cansancio, por fatiga de años, juntó un momento su boca a la boca fría de Ramiro, y repasó sus vidas, que era su vida.
  • Tendida en el lecho que había sido campo de donde brotaron tres vidas, llegó a faltarle el habla y las fuerzas, y cojida de la mano a la mano de su hombre, del padre de sus hijos, mirábale como el navegante, al ir a perderse en el mar sin orillas, mira al lejano promontorio, lengua de la tierra nativa, que se va desvaneciendo en la lontananza y junto al cielo.